El lunes 6 de diciembre se realizaron las elecciones del Sindicato de obreros papeleros Río Negro y Neuquén. Las mismas se dieron en un marco, por un lado, de creciente descontento con la burocracia de Héctor Beroiza, quien hace más de 17 años es secretario general, ligado al burócrata Luis Barrionuevo, y por otro, de un proceso de organización del activismo y los sectores antiburocráticos en varias fábricas que representa esta seccional.

Estos últimos son encabezados por la combativa comisión interna de la Papelera Molarsa, quienes en los últimos años han cambiado de raíz la situación de su fábrica y se han convertido en una referencia para otros sectores del parque industrial de Neuquén y papeleros rionegrinos, siendo que lograron conquistar que hayan delegados después de 14 años, impidiendo despidos y suspensiones, consiguiendo romper los techos salariales (tienen los sueldos más altos de todas las fábricas papeleras) y logrando dobles aguinaldos, conquistando el método de la asamblea para decidir con mandatos lo que llevarán a cabo sus dirigentes, rotando sus delegados, coordinando con otros sectores en lucha, y siendo siempre independientes de la patronal y sus gobiernos.

En estas elecciones se mantuvo en la conducción la lista Azul de la burocracia de Beroíza, con 100 votos, quien se dedicó a realizar una campaña casi exclusivamente de desprestigio de la lista combativa y apretando compañeros en complicidad con las patronales; la lista Marrón de los clasistas obtuvo 60, rompiendo con el miedo de muchos compañeros y mostrando por primera vez en muchos años una alternativa democrática para los trabajadores realmente independiente de las patronales.

Sin embargo, luego del escrutinio, estos burócratas lejos de festejar, salieron del recuento con caras largas de preocupación y nerviosismo, porque en el sindicato se fortalece una tendencia clasista que se referencia con el sindicalismo de base junto a los ceramistas del SOECN, por lo que unos 40 papeleros de la agrupación junto Alfredo Fuentes, candidato a secretario general, y a Leopoldo Denaday del CeProDH, quien los asesora, festejaron esta gran elección que expresa un paso adelante por ser la primera vez que se presentan.

La agrupación Marrón logra de este modo extenderse a varias fábricas donde no tenían presencia, empezando a cuestionar desde las bases un sindicato que ha estado puesto de rodillas los derechos de los compañeros para multiplicar las ganancias de los empresarios, en cuyas fábricas se implementa el trabajo tercerizado, temporario y precario, que es uno de los flagelos que mantiene en condiciones de superexplotación a muchos jóvenes papeleros.

Así mismo, la Marrón de papeleros y la comisión interna de Molarsa definieron ser parte del Encuentro de Nacional del Sindicalismo de base y clasista en Capital Federal el próximo 11 de Diciembre, así como del acto homenaje al compañero Mariano Ferreyra en la estación Constitución.

Daniel Rojas