Los muchachos de la UTA andan sueltos

Desde hace días los trabajadores del subte vienen sufriendo en los túneles y estaciones aprietes por parte de la burocracia sindical de la UTA, que recorre las líneas intentado corromper voluntades, rompiendo lugares y apretando activistas. A pesar de ello poco han logrado (nos cuentan que los muchachos de la UTA suelen volverse con los petitorios en blanco y otro tanto desmoralizados). Una compañera junto a un compañero nos relatan detalles y reflexionan al respecto.

Un par de gritos para unos matones

“La UTA viene por acá abajo bastante seguido; ellos llegan con gente ajena al lugar de trabajo, y aprietan a los compañeros. La otra vez, no dejaron entrar a una compañera al vestuario. Se pusieron en la puerta como matones (...) Mientras tanto, otro de la UTA nos decía que ellos son los verdaderos representantes; hasta que una compañera les puso los puntos y les pegó un par de gritos, explicándole que nuestros delegados eran los que nosotros habíamos elegido.”

Viajes de fin de semana y excursiones

“Nosotros respaldamos al Cuerpo de Delegados, que más allá de los nombres de los delegados, es un espacio conquistado que le ganamos a la burocracia, donde los trabajadores nos expresamos y decidimos. Los aprietes y la presión de la burocracia de la UTA van principalmente en ese sentido; contra este espacio de poder que conquistamos. Por eso, los trabajadores no debemos naturalizar nuestras conquistas y defenderlas día a día (...) Hay un plan de la UTA de dividirnos. Y hacen de todo, desde aprietes hasta viajes de fin de semana, como la semana pasada cuando invitaron a una excursión de pesca a más de 30 compañeros; todo pagado por la empresa (...)”.

Emergencia ferroviaria, descarrilamiento y rotura de acoples

“Los de la UTA saben bien en el pésimo estado en el que están los trenes. Lo mismo que el gobierno, que es cómplice y mantiene en vigencia la Ley de Emergencia Ferroviaria, que le permite a la empresa ampararse y realizar un mínimo mantenimiento. Porque acá el peligro de descarrilamiento y roturas de acoples continua; el peligro de accidentes a 60 kilómetros por hora está latente, y un chofer puede terminar siendo sacado de la cabina con un soplete (...) Al gobierno no le interesa nuestra situación laboral; ni los peligros ni nada. Lo que pasa realmente acá abajo lo sabemos sólo nosotros, los trabajadores (...) Hace un rato estuve con un compañero mecánico, que nos contaba que hace mucho tiempo que hacen poco y nada de mantenimiento; que sólo cambian cuando se rompe algo”.