Luego de varias movilizaciones la lucha de los trabajadores de la Salud se viene profundizando, a pesar de las amenazas del gobernador Alperovich, que dice va a descontar los veinte días de quite de colaboración.
Alperovich intenta ganarse a la opinión pública arguyendo que no existe plata para dar el aumento y que además los sueldos de los trabajadores son de más de $2.400. Son todas mentiras.

En primer lugar porque el presupuesto provincial destina millones y millones de pesos a subsidiar a un puñado de empresarios. Mientras miles de enfermeras, personal administrativo y médicos no llegan a cubrir la canasta familiar -algunos salarios son de $1.600 con veinte años de servicio -, el gobierno le entrega millones a Britos del Banco Macro, paga sobreprecios en la obra pública (a sus propias constructoras) o les quita impuestos a empresarios millonarios como los Lucci o Trapani. Pero además, el gobierno permite tarifazos y recientemente dio lugar a un 22% de aumento en el boleto.

Cuando Alperovich dice que “no tiene plata”, en realidad lo que dice es que sólo tiene para banqueros y empresarios y no para salud, educación y trabajo.

Para dar una salida de fondo al problema de la salud es necesario que luchemos para que el presupuesto se destine a cubrir las necesidades de los trabajadores y no de un puñado de capitalistas. Si faltan recursos, que se quiten los subsidios a empresarios, que se graven con impuestos progresivos a las grandes fortunas y se deje de pagar la ilegítima deuda externa.

Por eso hay que redoblar la lucha, y exigirles a los gremios que ya convoquen al paro y plan de lucha de lo autoconvocados.

La patronal del campo tampoco es una salida

Mientras miles de trabajadores vienen marchando semana a semana para torcerle el brazo a Alperovich, las patronales del campo hicieron votar en el Congreso el quite de retenciones para su sector. Esto fue impulsado por diputados y senadores de la Coalición Cívica, Fuerza Republicana, PJ disidente, entre otros. Así, mientras existe una gran crisis económica que se refleja en ahogo presupuestario para la salud y la educación, las grandes patronales del campo pretenden ahorrarse miles de millones de pesos. Si la salida no está en los subsidios y pago de deuda que implementa el gobierno, tampoco lo está favoreciendo a los terratenientes y a los monopolios exportadores. En Tucumán, los 200 terratenientes que concentran el 64% de toda la tierra son tan enemigos de los trabajadores de la salud como Alperovich, aunque oportunistamente hoy digan estar a favor de la lucha del hospital público. Para defender los intereses de los trabajadores no podemos confiar en ningún sector patronal, ni de la ciudad ni del campo. Debemos hacer de la lucha de la salud la de todos los trabajadores, empezando por todos los estatales.

Avanzar en la coordinación

Los trabajadores de la salud son un gran ejemplo de lucha y organización. Un triunfo de ellos significaría una derrota para las políticas fiscales del gobierno a favor de los patrones y que avalan las burocracias sindicales. Abriría la posibilidad de que el conjunto de los trabajadores se anime a luchar por mejores condiciones de trabajo y salario, y de poner en marcha un verdadero plan de obras públicas que dé respuesta a la desocupación y la falta de viviendas, escuelas y hospitales. Los trabajadores autoconvocados han ganado la suficiente autoridad para convocar a una gran asamblea provincial que vote un plan de lucha del conjunto de los trabajadores. Para ello, las listas antiburocráticas en ATEP y UDT, los docentes municipales autoconvocados, los municipales del interior, los delegados y trabajadores combativos de UATRE y la Alimentación, la nueva comisión directiva del Ingenio San Juan, la oposición en FEIA, etc., pueden convocar a un encuentro para levantar esta perspectiva, en defensa de la salud, la educación y el empleo.