La planta de General Motors de Alvear (cercana a Rosario) continúa cerrada. La patronal aceptó la conciliación obligatoria y dejó en suspenso casi 500 despidos entre efectivos y contratados. Sin embargo, insiste en dejar en la calle a unos 300 trabajadores con la excusa de la crisis, que bajaron las ventas y que dejarán de producir el Grand Vitara. Y para refrendar esto decidió prolongar una semana más el cese de actividades. La propuesta de los dirigentes del SMATA está muy lejos de expresar la voluntad de lucha que demostraron los trabajadores cuando pararon dos días ante el primer despido, y después se autoconvocaron en la puerta de la Secretaría de Trabajo y hasta en el portón de la fábrica. Había fuerza como para cortar la autopista y con un piquete en el portón haber impedido que se llevaran la enorme cantidad de autos que colmaban el playón. Los dirigentes se opusieron y durante los días de receso la empresa sacó el stock que tenía acumulado.

El gremio, en sintonía con el gobierno del “socialista” Binner, propone en las negociaciones cambiar los despidos por suspensiones, hasta el banco de horas, es decir devolver las horas trabajando el doble cuando la patronal quiera. Ante una multinacional que se mantiene inflexible con los despidos, como dijimos en las notas anteriores, lo mejor es una respuesta contundente. Mientras pasan los días de conciliación obligatoria no hay ninguna propuesta de un plan de lucha serio de todo el gremio para impedir que se efectivicen los despidos.

¿Qué es la GM?

General Motors cumplió hace poco 100 años y fue durante casi 70 la automotriz primera en ventas a nivel mundial (solo superada por Toyota el año pasado).

Emplea medio millón de trabajadores en todo el mundo. Además de diseñar, producir y comercializar automóviles, desarrolla tecnología en telecomunicaciones, satélites, aviación, servicios financieros y seguros.
Está conformada por distintas marcas además de Chevrolet como son Pontiac, Buick, Cadillac, Opel, y Suzuki, entre otras.

Un grupo de legisladores yankis le pidieron a Henry Paulson, el presidente del Tesoro de EE.UU. ayuda financiera para las automotrices y consiguieron 25 mil millones para rescatar a la General Motors, Chrysler y Ford.

Esta multinacional enorme después de haber ganado millones en el boom automotriz de los últimos años, ni bien las ganancias bajan un poco, descargan toda la crisis sobre sus obreros. En la Argentina obtuvieron durante 10 años exenciones de impuestos que significaron millones de las arcas del estado. Los gobiernos provinciales de Santa Fe (tanto del PJ como el actual del PS) beneficiaron a la GM que hace el verso de generar puestos de trabajo e invertir en el país. Y hoy generan despidos, suspensiones y una planta que más que alta tecnología o robótica prefiere superexplotar trabajadores, con ritmos y trabajos inhumanos.

Frenar el chantaje

Dicen que tienen crisis. Que muestren sus libros, balances y sus negocios. Esta multinacional yanki es una de las importantes industrias que provocaron la crisis en EE.UU. y en el mundo, junto a sus timbas financieras. Los trabajadores no tienen porque pagar la crisis. Que la pague la GM. Pero esto no lo hará el gobierno de Binner ni el de Cristina. Si quieren despedir o suspender masivamente, hay que impedirlo. Que el Smata largue un paro nacional contra los despidos en toda la rama. Que la CGT y la CTA de Rosario lancen un paro regional. Y si GM quiere echar gente hay que nacionalizarla sin indemnización y que los trabajadores se hagan cargo de su gestión.