Sin dejar más que alguna pequeña huella en los grandes medios de comunicación (un millón de veces menos que un ingeniero), sucedía el sábado 6 otro caso de gatillo fácil, esta vez en el barrio de La Boca, en plena Capital. La policía que “trabaja y trabaja” (según dice Cristina), volvió a actuar. Esta vez los honores se los llevó el agente de la Federal Diego Lescano, por matar “de civil” a un limpiavidrios de la zona.

Las piedras sobre la Comisaría 24 (recordando al repudio merecido por la misma comisaría en 2004, cuando mataron al “Oso” Cisneros), lograron que se pase “a disponibilidad” al asesino. Pero no termina con la impunidad de la que gozan estas “bandas de hombres armados”, los represores, y los verdaderos organizadores del delito, del narcotráfico y de las redes de trata.

Corresponsal