El 8 de noviembre los 15 miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, incluidos Francia, Rusia, China y hasta Siria, votaron por unanimidad la Resolución 1441 para proceder al "desarme" de Irak.
En una semana el gobierno iraquí deberá presentar a los inspectores de armas de la ONU una declaración completa de todo su armamento y sus programas de investigación nuclear, biológica y química, aunque estos no sean con fines militares. Los inspectores deberán concluir su trabajo el 23 de diciembre y tendrán 60 días más para elevar su informe al Consejo de Seguridad de la ONU.
Esta es una nueva humillación al castigado pueblo iraquí. Los aproximadamente 100 inspectores que se instalarán en ese país bajo el mando de H. Blix tendrán acceso inmediato, incondicional e irrestricto a todo lugar donde sospechen se ocultan "armas de destrucción masiva", podrán "interrogar" a científicos y oficiales iraquíes, incluso trasladarlos fuera del país. Y por supuesto estarán acompañados por "una cantidad suficiente de guardias de seguridad de las Naciones Unidas" para protegerlos. Cualquier "incumplimiento" por parte del gobierno de Hussein podría ser usado como pretexto para la represalia norteamericana.
Desde hace meses la diplomacia estadounidense ha trabajado para que la ONU apruebe una resolución dura contra el régimen iraquí, que le de legitimidad para su guerra. En esas negociaciones se expusieron las diferencias entre Estados Unidos y potencias europeas como Francia y Alemania, que criticaron el "unilateralismo" y la "guerra preventiva" anunciada por Bush en su doctrina de seguridad nacional. Esas diferencias políticas tienen como trasfondo importantes intereses económicos, por ejemplo el control y usufructo de las enormes reservas petroleras de Irak. Sin embargo, el triunfo de los republicanos en las últimas elecciones legislativas, el apoyo de los demócratas a la campaña guerrerista y la decisión del gobierno de Bush de atacar a Irak con o sin el consenso de las Naciones Unidas, terminaron de "convencer" a Francia, Rusia y China que lo mejor era votar una resolución que si bien legitima los reclamos norteamericanos de actuar contra Irak, no autoriza explícitamente el uso automático de la fuerza militar en caso de Hussein no cumpla con las exigencias impuestas.
A pesar de que esta resolución no resuelve las diferencias y tensiones que genera la política agresiva norteamericana, constituye un triunfo importante del gobierno de Bush. Como explica el analista Thomas Friedman, "El equipo de Bush descubrió que la mejor forma de legitimizar su enorme poderío en una guerra de elección no era simplemente imponiéndolo, sino canalizándolo a través de las Naciones Unidas". (New York Times, 10-11)
Estados Unidos usará estos meses para terminar de montar su campaña militar y conseguir la cooperación de otros estados. Irá construyendo su casus belli acumulando "faltas graves" de Irak, para ir justificando una agresión militar. Además se ha reservado el derecho a atacar unilateralmente a Irak.
Mientras Bush y sus aliados preparan la guerra y la ONU le facilita la tarea, centenares de miles se empezaron a movilizar para detenerla. El 9 de noviembre, más de medio millón de jóvenes activistas del movimiento antiglobalización, trabajadores, miembros de comunidades árabes y musulmanas entre otros, se movilizaron en Florencia. Esta fue la movilización antiguerra más grande en Europa hasta la fecha. En Estados Unidos se viene desarrollando un importante movimiento contra la guerra y las leyes "antiterroristas". Debemos seguir este ejemplo. Un triunfo del imperialismo redoblará su dominio sobre el mundo, fortalecerá el sometimiento a sus agencias internacionales como el FMI y envalentonará a sus aliados como el fascista Sharon. Tenemos que organizar una campaña amplia contra la guerra y por la defensa activa de Irak.
¡No a la guerra imperialista contra Irak! ¡Fuera los inspectores y la ONU! ¡Abajo el bloqueo y las sanciones contra el pueblo iraquí! ¡Fuera el imperialismo de Medio Oriente y América Latina!