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Internacional

¡Fuera el ejército yanqui de Costa Rica!

El 29/6 fue aprobado en la Asamblea Legislativa costarricense el ingreso al país de 46 buques de guerra estadounidenses. Además se otorgó permiso a 7.000 soldados estadounidenses para que puedan “disfrutar de libertad de movimiento y el derecho a realizar actividades que considere necesarias en el desempeño de su misión”, con la excusa de la lucha contra el narcotráfico, brindar apoyo humanitario y “construir escuelas”.

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8 de julio 2010

La noche del 29/6 fue aprobado en la Asamblea Legislativa costarricense el ingreso al país de 46 buques de guerra estadounidenses, con capacidad para transportar 200 helicópteros de guerra. Junto con este arsenal se otorgó permiso a 7.000 soldados estadounidenses para que puedan “disfrutar de libertad de movimiento y el derecho a realizar actividades que considere necesarias en el desempeño de su misión”, con la excusa de la lucha contra el narcotráfico, brindar apoyo humanitario y “construir escuelas”.

Esta penetración militar responde a la política de sistemática militarización estadounidense en Latinoamérica, cuyo objetivo es tener bajo control lo que consideran su patio trasero ante eventuales convulsiones sociales, mientras van tomando posiciones en alianza y con el completo aval de los gobiernos locales como ya se viene observando con los despliegues iniciados en México y que pretenden extender hasta Sudamérica. Esta incursión se ha acelerado en los últimos meses, especialmente después del catastrófico terremoto en Haití, que fue respondido con la movilización de más de 15.000 marines del ejército de EE.UU. en esa isla y la región del Caribe.

Es necesario recordar que esta incursión de tropas yanquis se desarrolla al mismo tiempo que el gobierno de Laura Chinchilla y el empresariado intentan imponer reformas laborales, el recorte en el presupuesto de las universidades públicas y la privatización de los muelles en Limón y la electricidad.

El bombardeo mediático sobre la presencia de jefes y miembros de los carteles de droga (cuyos principales puntos de apoyo son los gobiernos de Estados Unidos y Colombia) persigue allanarle el camino a esta nueva injerencia militar, y complementa las leyes represivas que han venido siendo aprobadas como la Ley Antiterrorista.

Desde la Liga de la Revolución Socialista hacemos un llamado urgente a todas las organizaciones vinculadas al movimiento obrero y popular a levantar con todos los medios disponibles una gran campaña que sirva para denunciar y tirar abajo esta ocupación militar de nuestras costas.

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