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Nacionales

Kirchner apuntala a la burocracia

Frente único obrero por el trabajo y el salario

5 de noviembre 2003

La gran marcha piquetera a Plaza de Mayo en respuesta a la “judicialización de la protesta”, es el primer acto, en las calles, contra el gobierno. El ataque a los luchadores no es nuevo. Hay más de 3000 compañeros procesados y según aclaran funcionarios del gobierno “estamos empeñados en desterrar la sensación de impunidad (…) para volver a manejarnos dentro de la legalidad. Los indultos o amnistías, siempre dejan una sensación de impunidad»2 . Más que un “devotazo” camporista, el gobierno progresista parece robar letra al discurso menemista. Según se ve, los procesados seguirán como están.
La manifestación de un grupo de piqueteros en el Ministerio de Trabajo y la denuncia penal hecha por el gobierno –incluida la idea de Kirchner de crear una brigada antipiquetera- muestra cómo desde el Ejecutivo “entienden” los reclamos de los desocupados. Las amenazas represivas fueron un globo de ensayo para testear la viabilidad de una política represiva. Les salió mal. El rechazo de la opinión pública y de todo los piqueteros, incluidos los aliados del gobierno, D’Elía y Alderete (FTV-CCC), le puso un límite.
La política actual del kirchnerismo con los desocupados es la orientación clásica del peronismo y continuación de la gestión de Duhalde. Poner todas las fichas a la conformación de una burocracia piquetera para controlar la protesta social. A los piqueteros “dispuestos al diálogo” todas las “atenciones”, a los grupos “ideologizados” o “duros” (como gusta decir el gobierno), los que se nieguen a ser parte de la burocracia, manifestando alguna independencia, lo que le espera es el aislamiento, el intento de compra y corrupción de sus dirigentes, y a los que se les ocurra sacar los pies del plato, probablemente vuelvan a la carga, con la aplicación del “código penal”.

Continuar la obra de Duhalde


A los piqueteros “duros” el gobierno los acusa de rechazar el “trabajo productivo”, de «reclamar más planes de ayuda para seguir financiando a sus militantes». La verdad es otra. Kirchner no está dispuesto a ampliar los Planes Jefes y Jefas3 , ni a dar trabajo genuino. Para los que aún tienen empleo, no habrá mejora salarial.
Para encubrir esta realidad, Kirchner presenta la pulseada con el “ala dura” piquetera como una pelea contra el “clientelismo político”. Esto es una impostura, ya que mientras habla contra la corrupción, premia con más planes y microemprendimientos, a su burocracia de la FTV-CCC, que dicho sea de paso, son los que más denuncias por “irregularidades” acumularon.
Por otra parte, el anunciado «plan integral de promoción del empleo» también llamado “Más y mejor trabajo” es una mala copia de un anterior proyecto duhaldista, el “Componente Solidario de Reinserción Laboral”. Lo de Kirchner también es un negocio redondo para el bolsillo patronal. Las empresas podrán contratar entre los “beneficiarios” del plan Jefas y Jefes pagando la diferencia entre los $150 –que pondría el estado- y el piso de convenio.
Lo de “más y mejor trabajo” es otro verso. El “Componente Solidario” fracasó porque los patrones prefirieron seguir apostando al trabajo en negro. En el caso de que ahora se “arriesguen”, tampoco el trabajo puede llamarse “mejor” ya que el sueldo es miserable, muy por debajo del costo de vida. Incluso no se prevé estabilidad laboral y no está claro si el despedido sería retomado en los Planes Jefas.
Como denunciamos en otras ocasiones, estos planes apuntan a bajar el salario obrero. El reciente conflicto de la zona norte del Gran Buenos Aires es ilustrativo. A los recolectores de residuos se los quiere municipalizar para bajar costos, sobre la base de nuevos contratos entre beneficiarios de los Planes.
Otra mentira que queda al descubierto, es la de acabar con el trabajo en negro. Para muestra basta un botón. Los trabajadores de la industria pesquera de Mar del Plata, que reclaman la efectivización de los fileteros de las cooperativas (hoy en negro), encontraron al gobierno alineado con las patronales explotadoras.
Por último, en lo que respecta a los ocupados, “no se prevén aumentos en los sueldos estatales (…)Lo mismo ocurrirá con los asalariados del sector privado que no reciban aumentos de sus patrones”4 .
Los anuncios más optimistas señalan que el crecimiento económico no superará el 4% anual (2004) y que la inflación estimada para el próximo año será del 10,5%5 ; en este marco, la presión a la lucha por el salario estará planteada contra una patronal –y un gobierno que le hace el coro- que no está dispuesta a ceder nada de sus ganancias.

Peleas en la burocracia sindical. Por nuevas comisiones internas


Paralelamente al conflicto con los piqueteros viene dándose una pelea entre los “gordos” de la CGT –otrora menemistas- y el moyanismo. En la disputa por la representación gremial de los trabajadores de logística de Carrefour, el Ministerio de Trabajo falló a favor de los camioneros contra Cavallieri. ¿Qué significa esta decisión? Según el Cronista Comercial, Kirchner tiene en los gordos “un blanco...para apuntarle al menemismo”. El gobierno necesita contar con una burocracia afín para contener futuras luchas obreras. Moyano, apoyándose en la bronca obrera a la burocracia de los gordos está construyendo esa base social. La debilidad de la CTA –que desde el vamos- se ofreció como central kirchnerista- empuja al presidente a buscar un acuerdo con Moyano y éste a su vez ve que puede avanzar en lo que era terreno de la vieja CGT.
Desde el punto de vista de los luchadores estos cambios descriptos no son secundarios. Hablan de la crisis de un sector de la dirigencia y de la posibilidad de “aprovechar la brecha” para recuperar comisiones internas y cuerpos de delegados, que sean alternativa dirigente en los posibles conflictos salariales y por establecimiento.

Unidad obrera y piquetera


Ante la política delineada por el gobierno, está planteada una reorientación de la acción de la vanguardia de la clase obrera ocupada y los movimientos piqueteros combativos. El reclamo central que reordene la acción debe ser, el trabajo genuino, el salario, y también el desprocesamiento a los luchadores.
Entre los movimientos piqueteros independientes no puede ser que se mantenga para un futuro la lucha por el trabajo genuino, mientras en lo concreto la pelea, sigue siendo por los planes de empleo. Este es el camino para desterrar todo rasgo que tienda a reproducir el clientelismo en los movimientos.
Los movimientos piqueteros que se movilizaron a Plaza de Mayo y que reclamaron por los procesados, por un plan de obras públicas y por el aumento salarial, deben buscar la unidad con los trabajadores ocupados para apostar a una lucha común. En primer lugar con las empresas ocupadas por los trabajadores, con las listas de oposición y sindicatos combativos. Está planteado hacer un gran frente único, para ir a la clase obrera y tirar las fuerzas contra la burocracia sindical y la burocracia piquetera.

1 Clarín. Encuestadora de Enrique Zuleta Puceiro.
2 Clarín, 3 de noviembre.
3 Hoy existen dos millones de beneficiarios, que reciben 150 pesos al mes, de los que los piqueteros tienen unos 200 mil.
4 Clarín 2 de noviembre.
5 Clarín 2 de noviembre.

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