La incapacidad del gobierno para encontrar a los culpables de los casos Gerez y López, su convivencia con la impunidad y la “vieja política”, golpean sobre las supuestas banderas “progresistas” del kichnerismo: la defensa de los derechos humanos y la renovación política.
La llamada “Izquierda K” dice que “hay que apoyar al Presidente” para enfrentar a la derecha y proponen organizarse como el “kirchnerismo consecuente”. Esta política conduce a un callejón sin salida.
Es tarea de los socialistas revolucionarios y los luchadores clasistas denunciar el carácter de la política oficial, su contenido de clase y sus limitaciones insalvables. Tanto en la lucha contra la impunidad como en todos los órdenes de la política nacional se impone levantar una política independiente del gobierno, de movilización y unidad obrera y popular. El PO, el PTS y los dirigentes de las organizaciones obreras combativas tenemos que poner en pie un gran Frente de la izquierda clasista y socialista para levantar una perspectiva de lucha para terminar con la Argentina de los grandes capitalistas impulsores del genocidio.