A continuación, reproducimos partes de una conversación entre despedidos y trabajadores/as de planta de Felfort, cambiando, por cuestiones obvias, sus nombres:

“¡Nunca imaginé que podíamos llegar hasta acá!”, dijo asombrado Nicolás, despedido de Felfort después de dejar casi tres años de su vida para que gente como Ricardo Fort viva como vive. Nosotros trabajamos 12 horas por día, dejando nuestras familias, arruinándonos nuestros cuerpos, para que ellos viajen a Miami como uno a San Justo. Durante años en Felfort los despidos, los bajos salarios, la supexplotación era algo así como parte de la ‘naturaleza’.

¿Cómo se inició todo? “Comenzamos la lucha en marzo por un aumento salarial de 600 pesos y el pase a planta a permanente de todos”. Cara de orgullo: “entre todos votamos que ‘si tocan a uno tocan a todos’, ahí empezamos a luchar por primera vez”.

Marcela lo interrumpe para contarnos que “Nos cansamos de que se nos trate así. Dijimos ‘BASTA’”. La compañera trabajaba en la empresa y también la despidieron.

La solidaridad de los de adentro, dicen, es lo nuevo. Jonatan –un trabajador efectivo- cuenta que “Nos cansamos de que nos traten así, entendimos que si dejábamos que estos siguieran despidiendo a muchos de nuestros compañeros, tarde o temprano iban a venir por nosotros”.

Una nueva moral se impone. Marcela cuenta: “nos organizamos los despedidos, hicimos cortes, manifestaciones, fuimos al ministerio de Trabajo, hablamos con diputadas y hasta nos reunimos en la Comisión de Trabajo del Congreso. Se solidarizaron también en esta lucha distintas organizaciones, como Pan y Rosas, madres de Plaza de Mayo, gente del Inadi, los de Kraft que son un ejemplo increíble, los estudiantes. Y ahora seguimos en la lucha, y estamos en la espera de una respuesta del Ministerio”. Jonatan acota que “Lo nuevo es que esta lucha tuvo una muy buena repercusión adentro. Ahora la patronal lo piensa dos veces antes de despedir a gente de más de 6 meses. A cuenta gotas efectivizó a algunos. Pero son cientos los contratados”, dice.

“Los contratados de todas las fábricas hacemos las mismas tareas que el resto que está hace más tiempo, y apenas que entras tenés que ponerte a la par de los compañeros efectivos con años de empresa… Pero cuando no le servís más, o estás enfermo, te echan”, sintetizan Nicolás y Marcela la situación de miles de trabajadores como ellos.

¿Y adentro? “El apoyo que tenemos y que nos da fuerza para seguir es el de los trabajadores de adentro. Todos los compañeros estamos esperando que la Interna se ponga a la cabeza y tome alguna medida adentro”, dice Marcela. “Con toda esta repercusión no podemos perder esta oportunidad, la Interna tiene que llamarnos para hacer asambleas de verdad y cuanto antes”, sostiene Jonatan. “Queremos cambiar las condiciones de trabajo y los maltratos que sufrimos. Por eso también luchamos por nuestras compañeras embarazadas”, remata Nicolás.

“No estamos solos, nos vimos en el espejo cuando salió la gente tercerizada del Roca. Me sentí parte”, cuenta Marcela.

El sábado 31 se realizará el Encuentro de trabajadores/as en la zona norte: “Está muy bueno no sólo por los despedidos de Felfort, sino por todos los trabajadores. Porque las condiciones de trabajo son similares en todas las fábricas, es moneda corriente el fraude laboral”, nos dice Nicolás, a lo que agrega Marcela “además tenemos que mantenernos unidos con el resto de los trabajadores para seguir luchando. Así que vamos a estar ahí”.