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Falleció el historiador marxista Alberto Pla

A los 83 años falleció en Rosario, el 10 de agosto, el importante historiador marxista Alberto Pla. Su nombre está indisolublemente ligado al estudio, desde un punto de vista socialista, de la historia del movimiento obrero, y de la historia de América Latina. Ejerció hasta el año pasado como titular de la cátedra de Historia de América Latina Contemporánea en la UNR.

Josefina Luzuriaga

14 de agosto 2008

A los 83 años falleció en Rosario, el 10 de agosto, el importante historiador marxista Alberto Pla. Su nombre está indisolublemente ligado al estudio, desde un punto de vista socialista, de la historia del movimiento obrero, y de la historia de América Latina. Ejerció hasta el año pasado como titular de la cátedra de Historia de América Latina Contemporánea en la UNR.

En el año 1946 rompió con la juventud del PS de La Plata, para sumarse a las filas del trotskismo argentino, en el GOM (Grupo Obrero Marxista) liderado por Nahuel Moreno. Alberto siempre resaltaba de aquellos años su lectura de “La revolución traicionada” de León Trotsky, como una marca fundamental en su concepción del socialismo. Posteriormente militará durante varios años en el grupo trotskista encabezado por José Posadas. Durante el resto de su vida, aunque distanciado de la militancia partidaria, mantuvo sus simpatías por la lucha de León Trotsky y las ideas socialistas.

Su obra más conocida es la “Historia del movimiento obrero”, editada por el CEAL (1972-74). También el CEAL editó bajo su coordinación una “Historia de América”.

De sus libros pueden destacarse: Historia y socialismo; Clase obrera: Partidos y sindicatos en Venezuela, 1936-1950; Modo de producción asiático y las formaciones económicas-sociales inca y azteca; América Latina siglo XX; La Internacional comunista y América Latina; Introducción general a la historia del movimiento obrero; América Latina, mundialización y crisis, entre otros.
En sus trabajos sobre América Latina se destacan los análisis sobre el desarrollo desigual y combinado, que da lugar a la formación de una débil o impotente burguesía nacional, polarizando las fuerzas entre el imperialismo por un lado, y la clase obrera y el campesinado por otro.

Su análisis de la revolución mexicana, la revolución del ’52 en Bolivia, y la revolución Cubana, tienen un lugar importante en su trabajo “América Latina, siglo XX. Pla se delimita claramente de la concepción “etapista” de la revolución, pregonada por los partidos comunistas en América Latina.

En la introducción que realiza a la publicación de los escritos sobre el fascismo, de Leon Trotsky (Ediciones Cepe 1972), da cuenta de la influencia del dirigente de la revolución rusa en su pensamiento: “Ni los clásicos ni Lenin analizaron la cuestión del fascismo, y Stalin hizo de ello, como de todo, una mascarada infame. Trotsky, sometido a enormes presiones, sufriendo hasta la venganza en su familia (su propio hijo fue asesinado antes que él), continuó fiel a su conciencia y a la continuidad del marxismo-leninismo. Así como fue insuperable su análisis del fascismo, así también lo es su análisis de la burocracia soviética, sus planteos sobre la estrategia revolucionaria a partir del estado obrero soviético de 1917, etc. Su enorme confianza en la historia y en las masas del mundo es parte de su optimismo vital, optimismo revolucionario (…).”

Perseguido por la Triple A se exilió en Venezuela y luego en México, regresando al país al final de la dictadura.

Pla polemizó permanentemente con las distintas “modas intelectuales” que hegemonizaron la historia “oficial”. Así, a principios de los años ’90, debatió con el historiador Luis Alberto Romero, defendiendo la importancia de la categoría de clase obrera en el análisis histórico.

En las jornadas Interescuelas de historia del 2005, Alberto señaló en el discurso de apertura: “Ya hay demasiados posibilismos en la vida actual y defensores de un cambio de maquillaje para que nada cambie. El sistema es cada vez más un aparato de destrucción masiva de la sociedad, del ambiente y de la vida. Hago mi apuesta a una sociedad en transición al socialismo donde vayan desapareciendo la explotación, el hambre, la acumulación del capital y la destrucción “asesina” de la vida misma en el planeta.”

En los últimos años compartimos numerosas charlas y actividades con Alberto Pla, siempre dispuesto a colaborar con la difusión del marxismo y apoyar las luchas de los trabajadores. Así, en agosto del 2005 viajó especialmente a Buenos Aires para presentar en el auditorio Bauen el libro “Cómo hicimos la revolución rusa” editado por el CEIP Leon Trotsky, al que adhería como miembro honorario.
Mientras que los Romero y otros se convirtieron en defensores de una “historia oficial” sirviente de la “democracia alfonsinista”, mientras que tantos intelectuales posmodernos coparon las universidades difundiendo el posibilismo y el conformismo, las palabras y el compromiso de Alberto dejan huella en sentido opuesto. El de la construcción de una historiografía comprometida con el cambio social y la crítica al capitalismo, la defensa del marxismo, junto a los trabajadores y por el socialismo.

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