La dirección de FOETRA acaba de firmar con Telecom y Telefónica un acuerdo de un paliativo en dos cuotas fijas y en negro (500 pesos en marzo y 300 en mayo) pateando las paritarias para julio, como vienen haciendo varios sindicatos en acuerdo con el gobierno de Cristina. Es una miseria. Las patronales telefónicas ganaron en 2008 cuatro veces más que en el 2007. Este acuerdo se da en medio de una importante crisis de la dirección del gremio (Azul y Blanca), que estalló el jueves 26/02 en el plenario de delegados convocado para discutir y aprobar justamente el acta. Sectores de la conducción se desprendieron y la gran mayoría de los delegados nos retiramos. Tanto en casos anteriores como en este último, la dirección se negó a que las actas sean discutidas en la base, a través de las asambleas de edificio, sabiendo que con este método devendría el reclamo por un aumento salarial en serio.

El método de aceptar paliativos y techos salariales con las empresas y el gobierno es lo que llevó nuestro salario a estar muy lejos de la canasta familiar.

La moción de la oposición se pintó de violeta

El desgaste de la dirección del gremio brota a partir del significativo retraso salarial de los telefónicos y del continuo método burocrático de resolver todo en plenarios sin mandato de asamblea, o mediante maniobras como la famosa asamblea en Racing. Ante ello, una vez más, los compañeros de la Violeta junto a un sector de independientes, propusimos al resto de las agrupaciones en una reunión de la oposición, plantear al plenario como moción bajar la discusión a la base, pasar a cuarto intermedio, realizar asambleas por edificio y volver con mandato a un próximo plenario, para que sean los compañeros en asambleas de oficinas los que decidan. Esta propuesta fue tomada por el resto de los sectores opositores y planteada por una compañera independiente del edificio Costanera.

Una dirección desprestigiada, cada vez más burocrática

Luego de esta moción común de la oposición, Osvaldo Iadarola (Sec. Gral.), realizó una serie de maniobras, para evitar que se vote, ya que seguro era mayoritaria. Cantábamos ¡qué se vote; qué se vote! Ante las maniobras y las provocaciones que luego se sucedieron, con empujones a dos delegadas y ante la negativa de votar la moción, la gran mayoría de los delegados nos retiramos del plenario en señal de repudio a los métodos burocráticos. Luego realizamos un comunicado explicando los hechos con la firma del 70% de los delegados presentes en ese plenario.