“Las persecuciones arrancaron desde el primer momento”

Las persecuciones arrancaron desde el primer momento que empezamos con los delegados de la Marrón en nuestro trabajo. A los que nos quedamos, la empresa no pudo comprarnos, y tampoco pudo convencernos que estuviésemos de su lado. A partir de ahí el ataque comenzó a ser más fuerte. Primero con denuncias contra los delegados y tratando de alejar a la gente, para demostrar que no eligieron bien.

El 29 y 30 de octubre se hizo una concentración en la puerta de la fábrica con el turno que ingresaba en ese momento, más las agrupaciones sociales y delegados de otras fábricas, no pudo hacerse algo más fuerte. Veíamos que uno de los motivos, tanto de la empresa como de la otra lista, era generar un conflicto por una situación que se va a dar el viernes dentro del gremio. Hay una asamblea general por revisores de cuentas, hay una próxima elección de delegados internos en diciembre. (…) El ataque de la empresa no es sólo contra los delegados de la Marrón sino contra todo el sindicato. Pero el sindicato central no lo entiende así. Se los invitó a participar pero no vinieron y dejaron correr las cosas. Nosotros intentábamos que la gente resguardara el trabajo y que apoyara mediante la participación en la puerta de fábrica.
Cuando la empresa despidió a los 80 compañeros no despidió solamente trabajadores comunes, despidió prácticamente a toda la primera línea de la lista Marrón. Entonces hay que volver a trabajar con la gente, generar el compromiso. Hay que esperar a que maduren para que puedan tomar una decisión. La gente que está con nosotros desde el primer momento tiene la decisión de que si el ataque se hace más fuerte hay que buscar otro tipo de respuesta, no solamente un acto en la puerta de fábrica.

Lo que puede frenar a la patronal y a la burocracia sindical es la participación masiva de la gente. (…) No hay que dejar la decisión en manos de los malos dirigentes o de la empresa. El trabajador tiene que de una vez por todas ir a defender lo suyo, a cara descubierta y sin miedo. Porque no es lo mismo que participen 100 a que participen 1500. Nosotros les decimos que hay que participar para defender a los dirigentes, al sindicato y por lo tanto a su fuente de trabajo.