400 jóvenes y trabajadores de diferentes sectores compartieron una cena en el Club Max Nordeau de La Plata, con la presencia de Raúl Godoy, dirigente del PTS, obrero de Zanon y diputado electo por el FIT en Neuquén.

Además saludaron al encuentro los compañeros del Ceprodh, que hoy son parte del juicio a los represores del Circuito Camps; Malena Díaz Reck candidata a diputada y referente de la lucha por los derechos de LGTB; el compañero Tito Bustos, delegado de IOMA y candidato a Intendente de La Plata; Juan Porto, médico y candidato a Intendente por Ensenada y jóvenes trabajadores de una gráfica de la región.

Raúl Godoy comenzó retomando la experiencia de lucha de Zanon al cumplirse diez años desde que los ceramistas ocuparon la planta. “Zanon no cayó del cielo. Zanon podría haber sido como cualquiera de las fábricas que lucha, consigue algo, lo gana lo pierde, pero termina ahí. Ese día de la expropiación decíamos que el programa hace a los hombres y que los grandes objetivos hacen grandes a los hombres. Porque si uno tiene el objetivo solamente de pelear el puesto de trabajo o el salario, es muy importante y uno comparte esa lucha, pero tiene un límite. El asunto es atravesar el portón y empezar a juntarse con los compañeros y compañeras que comparten una misma causa. (…) Tenemos que establecer un dialogo con los compañeros que nos ven como luchadores. Y hay que explicarles porque vamos a apoyar. Que tenemos un gran interés cada vez que vamos a la puerta de una fábrica o vamos a un conflicto. Y el gran interés es transmitirles que queremos pelear por una causa mayor. Por eso es tan importante el periódico Nuestra Lucha. Porque une al compañero que pelea por el derecho más mínimo hasta los compañeros que peleamos por una revolución. Establecer un diálogo, un ida y vuelta, y darle la oportunidad a muchos trabajadores que tomen el periódico en sus manos y escriban, aun con diferencias. Y mientras tanto ir haciendo peleas comunes. Y que nos conozcan y nosotros conocerlos a ellos. Porque si uno pretende construir una organización que cambie esta sociedad tiene que tener compañeros de confianza al lado. Cada lucha parcial, cada huelga, la hacemos pensando en la grande. La pensamos como escuela de guerra”, fueron algunas de sus palabras.

Lo siguió José Montes quien le dio el cierre a una noche donde la experiencia, las lecciones de lucha, la fuerza de la juventud y el entusiasmo sentaron las bases para extender la organización de una izquierda de los trabajadores en la región.