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DEBATES

ACUERDO ENTRE MAREA POPULAR Y CLAUDIO LOZANO

Estos son mis principios (pero si no les gustan, tengo otros)

No hay dudas de que el acuerdo entre Marea Popular y Claudio Lozano es un acuerdo “marxista”. Pero de Groucho Marx, el autor de la frase del título.

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6 de junio 2013

No hay dudas de que el acuerdo entre Marea Popular y Claudio Lozano es un acuerdo “marxista”. Pero de Groucho Marx, el autor de la frase del título. Hace unos meses, los chicos de Marea se rasgaban las vestiduras frente a los que claudicaron a los sojeros en el lockout agrario, pero siempre apoyando al gobierno K. Hay pruebas recientes: la presidenta de la FUBA de Marea Popular fue oradora en el acto del Movimiento Evita el 1° de Mayo. Emilio Pérsico del Evita retribuyó el favor yendo al acto de Marea.

Lozano fue uno de los héroes de la “rebelión agraria”. Aunque presentó un proyecto de ley supuestamente “independiente”, cedió al lobby rural y votó en contra de la 125, a punto tal de reconocer luego que “es cierto que ese criterio podía haber sido mejor reflejado en la abstención...”.

Pero para Marea y Lozano, la ambición de ocupar cargos es más intensa que la coherencia de sus ideas. Por eso los semikirchneristas cerraron filas con el amigo de la Federación Agraria. Es lo que hay.

Caminamos distinto. Todos los días distinto al anterior

Marea Popular dice que “caminan distinto”, pero en realidad dan saltos de aquí para allá. Sondearon a Luis Zamora pero terminan acordando con Lozano, que siempre cae parado. Y generalmente en el Parlamento. La única claridad del “nuevo espacio” (con olor a Frente Grande senil) conformado por Lozano y Marea Popular, es que se suma al cambalache de 3 o 4 ensaladas centroizquierdistas autodenominadas progresistas, aunque apoyan alguna variante patronal. En esta kermesse, Marea tiene el récord de apoyar a dos bandos de la clase dominante: primero al kirchnerismo y ahora a la oposición “gaucha”.

Lozano no resiste ni la ficha de un archivo. A Marea no le interesa

Quizá haga falta un poco de historia: además de apoyar a De la Rúa y de hacerle guiños a Kirchner en el 2003, Lozano fue diputado con Ibarra, responsable político de la masacre de Cromañón. Luego de la 125, junto a De Gennaro y Pablo Micheli, siguieron en campaña para que Buzzi apareciera como progresista. Sin embargo, esta semana, Buzzi pasó de compartir palco con Marea Popular, Lozano, Micheli y hasta el PO durante el paro de la CTA, a negociar ir como candidato de la derecha peronista en la lista de Momo Venegas y De La Sota en Santa Fe, lo que demuestra lo correcto de la decisión del PTS de retirarse de la Plaza. Y lo equivocado de la política de Lozano y Marea.

Mareados y anestesiados

El carácter acomodaticio de Lozano es a prueba de balas, por eso tiene su corazoncito con el anestesista Binner. El líder del FAP lanzó su postulación a presidente en el local de Unidad Popular, el partido de De Gennaro y Lozano. Binner y el FAP son responsables de la impunidad de la narcopolicía en Santa Fe, de reprimir los saqueos a fin del 2012, con 4 muertos, así como de la impunidad en los asesinatos de Pocho Lepratti, Silvia Suppo, Mono, Patom y Jere, Mercedes Delgado y Sandra Cabrera. ¿A Marea no le interesa esto?

En Buenos Aires, Lozano rompe con el FAP por rechazar el acuerdo con los radicales. Pero banca a Binner y a Bonfatti, que gobiernan con los boina blanca hace años. ¿En CABA es reaccionario lo que en Santa Fe es “modelo”? Una chantada.

Escuálidos

Lozano apoyó a Chávez en Venezuela y se reivindicó chavista, Binner apoyó a Capriles. Marea Popular también apoya al chavismo, y dicen (¿decían?) que rechazan a Binner por sojero. Pero cierran lista con Lozano. Todos parecen “escuálidos”. Todo por los votos. Otra chantada.

Toda la plana mayor de la CTA apoya a Binner. Hacen discursos “progres” mientras Binner demuestra que quiere ser una responsable opción para los empresarios. Marea no pretende ser una izquierda de lucha que apoye a los trabajadores y enfrente a los gobiernos. Por el contrario: se ofrecen como civilizados “políticos” que un día apoyan a una variante patronal y otro día a otra. Su lógica es la de “La Cámpora”: sólo se concibe cerca del calorcito del poder.

El FIT se ofrece, por el contrario, como una opción de independencia política frente a las disputas patronales y como un sostén para la lucha de los trabajadores y el pueblo pobre. Nada que ver con esta transa.

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