En el programa “Código Político”, del canal de noticias TN (16/7), Pino Solanas, afirmó que “Argentina tiene 45.000 o 46.000 millones de dólares en el Banco Central (…) Argentina tiene que echar mano a cinco, seis mil, siete mil millones de dólares, para ponerlas en creación de la gran petrolera nacional”, lo mismo había afirmado al diario La Nación (19/6): “queremos construir una petrolera estatal, pero que no sea Enarsa, que es una oficina de negocios sin licitación pública”. Además, en el programa mencionado, afirmó que “Las concesiones que no cumplieron las inversiones, las concesiones que contaminaron el territorio, como las mineras y las petroleras (…) esas concesiones tienen que ser canceladas, con aplicación de la justicia y las cláusulas de retrocesión”.

Esta es una verdadera defección de Pino Solanas, quien supo cimentar su imagen en la denuncia a las privatizaciones menemistas, en particular en lo que se refiere al sector de hidrocarburos y minería, preside el Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora (MORENO), “que brega por el derecho del pueblo a la energía y la recuperación de todos nuestros recursos naturales”, según reza en su sitio Web. Durante años supo denunciar la estafa que significó la privatización de YPF, la entrega de los recursos naturales, el saqueo de los mismos, la falta de inversión que lleva al agotamiento del petróleo y el gas, y la profundización de esta política durante el gobierno de los Kirchner. Ante esto proponía “la reestatización de YPF y la construcción de una empresa moderna y cien por ciento estatal, con participación de los trabajadores y los usuarios” (Boletín N° 229 del MORENO).

El ex-diputado y ex-senador radical, Raúl Baglini, hoy asesor de Julio C. Cobos, hace unos años afirmó, más o menos, lo siguiente: “Cuanto más se acerca un político al poder, más se modera y más va dejando de lado sus viejas ilusiones”. Este enunciado, a partir de allí, es conocido como “el teorema de Baglini”. ¿Le estará pasando esto a Fernando Pino Solanas a partir del éxito electoral?

Hoy, luego de haber obtenido el 24% de los votos en la Capital, abandonó su propuesta de reestatización de YPF, lo que deja en pié el robo de la privatización de YPF y convalida el saqueo que realizó hasta ahora.

Y la alternativa vendría a ser construir una empresa estatal desde la nada. De llevarse adelante la política de Pino Solanas, se anularían las concesiones y esa hipotética petrolera estatal, debería competir con los pulpos imperialistas. Su política, en el mejor de los casos, llevaría a una renegociación de las concesiones con las multinacionales del sector y con mayores controles. Dejando nuevamente el negocio en manos de dichas compañías.

Solanas, queda también por detrás hasta de la política de Hugo Chávez en Venezuela, quien, sin llegar a la expropiación, compró las empresas que considera estratégicas para los intereses de su país, como es el caso de Sidor.

Mientras tanto, hay otros sectores que luchan contra la entrega del petróleo, como el Nuevo Proyecto Energético Latinoamericano, que están por “la Nacionalización y Estatización de los hidrocarburos, la expropiación de las multinacionales petroleras, sin ningún tipo de pago indemnizatorio y el control obrero y popular de los recursos naturales nacionalizados”.

Lejos de esta política de nacionalismo retórico de Solanas, los trabajadores y el pueblo debemos luchar por la renacionalización de las riquezas naturales, la expropiación sin pago de todas las empresas petroleras y mineras, y su puesta a producir bajo administración de los trabajadores, los únicos interesados en terminar con los negociados y el saqueo, haciendo un uso racional del petróleo y el gas, cuidando el medio ambiente. Esta es la única medida no utópica, que permitirá el control de estos recursos estratégicos, la inversión en exploración y producción, el control de la renta y la planificación de la venta en función de los intereses de los trabajadores y el pueblo, así como también la exploración de otros recursos energéticos.