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Derechos Humanos

Este 24, también contra los criminales de la Triple A

22 de marzo 2007

En este aniversario del golpe los crímenes de la Triple A han vuelto a salir a la luz. Las bandas terroristas que operaron con el respaldo del Estado cometieron entre 1.500 y 2.000 asesinatos. Estos crímenes siguen impunes. La reapertura de la causa Triple A motivó la denuncia de familiares, organismos de DD.HH., organizaciones gremiales y partidos de izquierda que nos presentamos como querellantes.
Este 24, plantearemos la exigencia elemental de que los crímenes de la Triple A sean considerados de lesa humanidad, es decir, imprescriptibles, ya que luego de que el Juez Oyarbide los caratulara de esta forma en la causa que lleva por este tema, la apelación hecha por los acusados de estos crímenes, aún no ha sido respondida.
La Triple A operó desde 1973 hasta la dictadura, y fue creada bajo Perón y ejecutada por López Rega desde el Ministerio de Bienestar Social. De Isabel Perón, hasta se sabe que los nombres de algunas de las víctimas se discutían en las reuniones de gabinete.
Sin embargo, poco se ha dicho sobre la resistencia que sectores de la clase obrera le opusieron a las bandas fascistas. Las acciones de autodefensa1 de los trabajadores, aún cuando no hubo una respuesta generalizada (fundamentalmente se llevó a cabo en las fábricas más combativas2) permiten mostrar que en esta clase anidaba la fuerza que podría haber derrotado a la represión.

Autodefensa en Villa Constitución
Uno de los ejemplos más importantes fue el segundo Villazo en marzo de 1975, cuando los dirigentes de la UOM de Villa fueron detenidos por medio de un operativo de más de 4.000 hombres armados dirigidos por el Jefe de la Policía Federal Margaride (capitoste de la Triple A) y con apoyo de la patronal de Acindar (que prestó sus terrenos como cuarteles y como centro de detención donde se torturó a trabajadores). El investigador Oscar Anzorena afirma que el operativo se proponía "desbaratar la organización popular lograda en Villa Constitución en torno al sindicato metalúrgico, el único a nivel nacional que no respondía a las directivas de Lorenzo Miguel. Allí estaban Acindar (de la familia Acevedo), Marathon y Metcon de la Ford, dándose la convergencia de intereses entre la burocracia (Lorenzo Miguel), la patronal y el gobierno de Isabel"3. En la madrugada del 20 de marzo hubo 300 apresados y 20 desaparecidos. La respuesta obrera fue inmediata. Angel Porcu, dirigente del Villazo, relata que: "No obstante estar detenidos los dirigentes gremiales y los principales activistas, los 7.000 metalúrgicos... se organizaron y declararon la huelga en demanda de nuestra libertad y la devolución del sindicato a la Comisión Directiva legítimamente constituida. Todo el pueblo de Villa Constitución apoyaba la huelga y a nivel nacional se contaba con la solidaridad de diversos sectores obreros, políticos y sociales"4. En los barrios se impulsaron comisiones de apoyo que garantizaron la custodia de los depósitos de víveres y la protección del activismo. Por las noches, en los barrios, se hacía un apagón general de luces para impedir el ingreso de los grupos derechistas y "reventarlos" si intentaban hacerlo.
Los ejemplos de autodefensa obrera y popular fueron elementos avanzados de esta histórica lucha que fue muy desigual, ante un enemigo de magnitud. La burocracia de la UOM necesitaba aplastar a la combativa UOM de Villa para evitar que fuera un polo en la pelea por las paritarias que se avecinaba en todo el país. Villa fue finalmente derrotada tras dos meses de huelga debido al aislamiento que sufría. La ausencia de una coordinadora nacional de los sindicatos y las fábricas combativas, que pudiera darle fuerza a un enfrentamiento de tal envergadura, fue una gran falencia.
A pocos meses de la derrota de Villa, las jornadas de junio y julio de 1975 contra el "Rodrigazo" lograron que López Rega, tuviera que huir del país. La clase trabajadora mostraba que su lucha era decisiva para derrotar la política represiva que iba de la mano del gobierno peronista.
La clase obrera no pudo derrotar la política represiva del gobierno y la Triple A ni evitar el golpe. Pero en ella estaba la fuerza para poder hacerlo. Su dirección, pero también las políticas erráticas de la izquierda se lo impidieron. Lamentablemente en el plano de la autodefensa, estas corrientes no apostaron a la perspectiva de propiciar el frente único obrero de los sectores combativos y antiburocráticos, impulsando la creación de milicias de autodefensa, empezando por las fábricas combativas. No lo hicieron los Montoneros ni el PRT-ERP, pero tampoco aquellos que como el PST se planteaban como una alternativa de clase a la guerrilla. El PST que fue duramente golpeado por la Triple A5, más allá de llamados episódicos a impulsar esta autodefensa, terminó impulsando un frente (el grupo de los 8) con sectores de la burguesía "democrática", con el PC y partidos como la UCR.
Luego de junio y julio de 1975, el gobierno de Isabel fue abriendo paso al golpe militar. En febrero ya había ordenado la intervención de las FF.AA. en Tucumán, en septiembre ya se había extendido a 14 provincias. Mientras, la burguesía y los militares aprovechaban los espacios conquistados para preparar la salida golpista.


1 Paros y manifestaciones callejeras contra la represión, algunas adoptaron medidas de autodefensa como la protección de delegados, guardias en las fábricas, colectas para que los delegados cambiaran de vivienda, etc.
2 Tal es el caso de Subterráneos, Indiel, IKA-Renault, Thompson Ramco, Rigolleau, Grafa, FATE, Ford, Wobron, Silvania, Atlántida, Alba y Codex, Astarsa, Tandanor, FATE electrónica, Eveready, Fitam y Cormasa.
3 Anzorena, Tiempo de Violencia y Utopía, Ediciones del Pensamiento Nacional, Buenos Aires, 1998, p. 242., p. 314.
4 Werner Ruth y Aguirre Facundo, "A 30 años del Segundo Villazo", LVO N°160.
5 El PST tuvo 16 asesinados por la Triple A.

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