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LEY DE PROTECCION DE BOSQUES: DIALOGO CON EL BIoLOGO RAUL MONTENEGRO

“Es una ley para el país de los señores de la soja”

El desastre social y ambiental producido en Tartagal por el desmonte y la deforestación de los bosques salteños, apuró al gobierno nacional y provinciales a reglamentar la Ley de Protección de Bosques Nativos que tenían cajoneada. Sin embargo, la desidia y la voracidad capitalista encuentra en esta ley una nueva forma de blanquear los desmontes y extender la frontera agrícola.

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19 de febrero 2009

El desastre social y ambiental producido en Tartagal por el desmonte y la deforestación de los bosques salteños, apuró al gobierno nacional y provinciales a reglamentar la Ley de Protección de Bosques Nativos que tenían cajoneada. Sin embargo, la desidia y la voracidad capitalista encuentra en esta ley una nueva forma de blanquear los desmontes y extender la frontera agrícola.

¿La ley blanquea los desmontes?

“Sorprende el entusiasmo que se ha generado y el optimismo de algunas ONG’s -reflexiona Raúl Montenegro, biólogo y ambientalista, Premio Nóbel Alternativo1-. Es una ley del país de los señores de la soja. Más bien se puede decir que no protege los bosques, y abre las puertas a los desmontes. El artículo 33, es una de las trampas al respecto. Establece que cada provincia a través de sus legisladores realizará el ordenamiento de los bosques nativos. En el caso particular de Salta (vaya ironía y cinismo), siguiendo a rajatabla lo que dice la ley de bosques, blanquean los desmontes”, que produjeron los desastres de Tartagal. Encima algunas organizaciones ambientalistas como Greenpeace saludaron la reglamentación de la ley.

Desde un punto de vista hipotético, cuando se habla de “ordenamiento territorial”, debería tratarse de recuperar y producir ambientes nativos y comenzar a equilibrar los suelos y superficies. En la Argentina han destruido el 80% de la zona boscosa. El último informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires confirmó que en la zona del NOA (Salta, Jujuy, Catamarca y oeste de Santiago del Estero) se programó una intención de siembra de soja de 1,2 millones de hectáreas, un 89% superior respecto de 2008. A partir de la reglamentación en Salta las patronales sojeras pretenden pasar de una superficie agrícola de 1,5 millones a 4 millones de hectáreas en base a nuevos desmontes. En tanto en el NEA (Chaco, Santiago del Estero y Formosa) la intención de siembra sojera es de 1,8 millones; un 29% más que en 2008.

¿De qué “color” es el dinero?

La ley establece tres categorías para diseñar un reordenamiento de los bosques nativos. Define las áreas por colores, acorde a los niveles de deforestación. Las de color rojo y amarillo no pueden tocarse; y sí podrían desmontarse las de color verde. ¿Cómo se define? ¿Quiénes establecen la magnitud y color del peligro? “El arte de los legisladores es maquillar los informes técnicos -expresa Montenegro-, para sacar normas como en Salta donde la ley de protección de bosques ha sido contraproducente, habilitando más desmontes como quizás no hubiese ocurrido si no estaba la ley”.

La ley que el diputado Miguel Bonasso redactó, contó con la participación de muchas ONG’s, universidades, organizaciones sociales y ambientales; grupos campesinos y pueblos originarios. ¿Qué rol les cabe ahora? Montenegro contesta: “La ley prevé la ‘participación’, el problema es que al momento de realizar los proyectos y aprobaciones sus opiniones no son vinculantes ni tienen peso ni son tomadas muy en cuenta. Es más de lo mismo, como pasó en Salta con el excelente informe técnico de la Universidad, donde la Legislatura lo ignoró completamente”.

Expoliación y poder político

La amistad y los vínculos entre funcionarios del Estado argentino con los empresarios -comunmente- suele ser bastante estrecha. La expoliación de recursos naturales en nombre de la patria y el desarrollo viene de larga data. Y esta norma extiende sus manos. “La ley abre las ventanitas necesarias -expresa- por donde la corrupción y las administraciones enfermas terminan imponiendo las órdenes del poder económico. En Córdoba, por ejemplo, la ‘Mesa de Enlace’ está más cerca de los legisladores que se manejan por fuera de los informes técnicos que de la gente”.

Ahora bien, esta ley de protección de bosques nativos, ¿modifica la relación entre deforestación y áreas para el cultivo de soja? “No. La ley no modifica nada. Tiene mecanismos absolutamente permeables al juego y corrupción política, y crea las herramientas para que los gobiernos provinciales blanqueen los desmontes. No los prohíbe. No asegura la protección de los bosques, y aleja la posibilidad seria de participación vinculante de las organizaciones que vienen luchando contra la deforestación. Lo único seguro es la movilización ciudadana y vigilar de cerca los bosques”. Sin duda, en los ejemplos de lucha directa de los asambleístas de Gualeguaychú, en la resistencia de las poblaciones campesinas y pueblo originarios contra el avance sojero, y los bloqueos de las asambleas de base contra la expoliación minera se desarrolla el camino para enfrentar la terrible expoliación capitalista y la defensa del medio ambiente.

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