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EL 1° DE MAYO Y EL EJEMPLO DE LOS OBREROS FRANCESES DE CONTINENTAL

“Es necesario que ese odio se exprese”

El periodista de la televisión francesa quiere arrancarle una confesión:
 ¿No se arrepienten de estos hechos de violencia, no están yendo muy lejos?
 Espero que me esté haciendo un chiste. Xavier Mathieu, delegado de los obreros de Continental, no lo puede creer. ¿De qué hay que arrepentirse? Un par de computadoras y muebles rotos, al lado de miles de vidas destruídas. Hay que parar con esto.

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30 de abril 2009

El periodista de la televisión francesa quiere arrancarle una confesión:
 ¿No se arrepienten de estos hechos de violencia, no están yendo muy lejos?

 Espero que me esté haciendo un chiste. Xavier Mathieu, delegado de los obreros de Continental, no lo puede creer. ¿De qué hay que arrepentirse? Un par de computadoras y muebles rotos, al lado de miles de vidas destruídas. Hay que parar con esto.

Desde los estudios, el periodista se acomoda la corbata y vuelve a cargar:

 ¿Para usted entonces el fin justifica los medios?

 Estamos a 28 días del fin, no están diciendo que el plan social se va a terminar. Nos vamos a quedar en la calle, y la verdad que no, que no me arrepiento de nada. Nadie se arrepiente de nada. Lo que vieron no fueron delincuentes, lo que vieron fueron trabajadores llenos de ira, gente que está decidida. Vamos a ir hasta el final de esta pelea. Aguantamos 5 semanas. Durante 5 semanas pudimos contener a la gente, pero ahora se terminó. La gente no quiere saber más nada, el gobierno nos hizo promesas.

Los obreros de Continental están furiosos. La empresa acaba de anunciar que va a cerrar dos plantas en estas semanas, una en Francia y otra en Alemania. Dos mil obreros a la calle.

Pero no va a ser tan fácil para los ‘reyes del neumático’. Los obreros tienen la planta rodeada: destrozaron parte de las oficinas de la empresa y del gobierno local. Las gomas que ellos mismos producen se encendieron. El humo negro no cesa. “Ellos no entienden que hace 5 semanas que nos estamos aguantando, que éramos ovejas y ahora somos leones”.

Con ventas superiores a los 26.400 millones de euros en 2008, el Grupo Continental es una de las mayores empresas de autopartes del mundo. Equipa a las grandes automotrices - BMW, Mercedes-Benz, Porsche y VW – y tiene más de 150.000 trabajadores en 36 países. A pesar de sus millonarias ganancias, en los primeros meses de 2009 despidió a 6 mil trabajadores.

El periodista insiste. Posiblemente haya millones de televidentes viendo el noticiero central y no parece un buen ejemplo para difundir.
 Entendemos su enojo. ¿Pero va a hacer un llamado a la calma esta tarde?

 No voy a hacer ningún llamado a la calma. Es necesario que este odio se exprese. Hay un dicho en las manifestaciones que dice: el que siembra miseria, cosecha odio. Y eso es lo que han conseguido hoy. Hay más de 1000 familias que se quedaron en la calle, que se quedarán sin nada, que no tendrán para comer, que tendrán que vender sus casas.

Lucha de clases

Llega el 1° de mayo. La burguesía se radicaliza: despide, hace lock-out, criminaliza a la juventud y los pobres, reprime manifestaciones. No se detiene: sabe lo que está en juego.

La resistencia aún no se ha puesto a la altura del ataque, pero en Francia los gerentes ya temen por su salud. No es la gripe. Los obreros empiezan a simpatizar con la idea del “secuestro de patrones”. En otros países, aunque aún sin generalizarse, los despidos han dado lugar a huelgas con piquetes y ocupaciones de fábricas.

Por eso, la polémica entre el delegado y el presentador va mucho más allá del conflicto de Continental. Millones ya están perdiendo el empleo, y el “derecho a ser explotado” empieza a dar lugar al “derecho a la rebelión”.

La burguesía y los medios franceses censuran la violencia con que se enfrentan los cierres y despidos. El ex primer ministro De Villepin anuncia “un riesgo revolucionario” y pide dureza con los revoltosos. Las centrales sindicales intentan contener la ira.

Pero la violencia del capital en crisis no tiene comparación. La confesión del primer ministro inglés, Gordon Brown, impresiona. “Cien millones de personas han sido empujadas a la pobreza como resultado de esta crisis, 30 millones más quedarán sin empleo. Y quizás la peor estadística de todo es que el Banco Mundial está informando que medio millón de niños morirá simplemente porque no tendrán lo suficiente para sobrevivir”. Un sistema que se quiere salvar hundiendo cada vez más millones de personas en la miseria merece perecer.

Un 1° de Mayo de lucha e internacionalista

A fines del siglo XIX, la clase obrera desplegaba una masiva lucha contra las extenuantes jornadas laborales, el trabajo de mujeres y niños, y los derechos políticos. En EEUU, el corazón de la crisis actual, el 1° de mayo de 1886 se realizaba una jornada de lucha que paralizaba el país con más de 5 mil huelgas. Las ocho horas eran el principal reclamo. Las movilizaciones se extendieron y los choques con la policía dejó muertos de ambos lados.

Los principales dirigentes de las movilizaciones realizadas en Chicago fueron enjuiciados, en un proceso arreglado por los capitalistas. August Spies, Adolph Fischer, George Engel, Albert Parsons murieron en la horca.

Años más tarde, la II Internacional determinó que el 1° de Mayo se convertiría en una jornada de lucha internacionalista, en homenaje a los “mártires de Chicago”, y las reivindicaciones pendientes de la clase obrera. En 1890, primer acción del 1° de mayo, se realizaron acciones en las principales ciudades del mundo.

Pasaron más de 120 años, pero todavía valen las palabras de George Engel, uno de los obreros condenados, quien dijo en su alegato.

“¿En qué consiste mi crimen? En que he trabajado por el establecimiento de un sistema social donde sea imposible que mientras unos amontonen millones, otros caen en la degradación y la miseria. Así como el agua y el aire son libres para todos, así la tierra y las invenciones de los hombres de ciencia deben ser utilizadas en beneficios de todos. Vuestras leyes están en oposición con las de la naturales y mediante ellas robáis a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar.(...) Esa es mi opinión y mi deseo, pero no combato individualmente a los capitalistas; combato al sistema que produce sus privilegios. Mi más ardiente deseo es que los trabajadores sepan quiénes son sus enemigos y quienes sus amigos”.

Estas semanas, en una acción internacionalista, los obreros de Continental de Alemania y Francia se reunieron en Hannover. Viajaron cientos de kilómetros para marchar desde la estación hacia la reunión de accionistas.
“Ningún llamado a la calma. Es necesario que este odio se exprese”. Que esas palabras se conviertan en un grito de guerra este 1° de Mayo.

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