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“Es como la causa AMIA, donde todos plantan y limpian pruebas”

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8 de septiembre 2011

La Verdad Obrera entrevistó al periodista Gabriel Levinas, director de la legendaria revista El Porteño y actual director del portal periodístico Plaza de Mayo. Desde allí esta semana publicó un artículo titulado “Un perejil mató a Candela” [1].

— ¿Qué opinás de las derivaciones de este hecho aberrante?

— El caso tiene varias posibilidades. Hay una clase de venganza contra la familia para cobrar dinero que puede provenir de drogas, de pedofilia, de trata o de secuestro extorsivo. La mayoría de estos problemas son de naturaleza federal. Hay una ley que dice que el secuestro extorsivo es un delito federal, otra que dice que los delitos de drogas son federales y la trata es un asunto federal. Apenas se supo que la nena desapareció y que la familia estuvo involucrada en delitos la Justicia federal debería haber intervenido, incluso sin que haya denuncia, evidencia ni reconocimiento por parte de nadie.

Así se hubieran develado algunas relaciones de la Policía de la Provincia con las mafias que en los barrios manejan la prostitución, la piratería del asfalto y las redes del paco.

Creo que hubo un acuerdo con la Nación de dejar que la Provincia resuelva el problema interno. Ni la Justicia federal ni la fiscalía hicieron lo que debían hacer. Se terminó en un disparate donde la Policía no le pasaba información al fiscal o se la pasaba de modo que éste no tuviera que derivar la causa y declararse incompetente. Ricardo Ragendorfer (en su programa del canal 360TV, NdR) le preguntó al aire al fiscal y éste reconoció que no sabía de las negociaciones donde la policía, en la casa de la madre de Candela, estaba involucrada. Ahora lo están derivando a algo así como un caso de pedofilia, para seguir manejando ellos la cosa y no entregárselo a la Justicia federal. Los médicos forenses que trabajan en Tribunales, no hablo de los peritos de parte, la mayoría de las veces terminan procesados por ocultamiento de pruebas y otros delitos. No se puede confiar en ellos. Plantar pruebas es común. Mucho más en un caso donde se quiere ocultar la enorme corrupción en la Provincia.

— ¿Qué pensás de la actuación de Scioli?

— No tenía por qué hacer ese show con el cuerpo de la chiquita. El forense que estaba ahí, según el propio fiscal general, dijo que había evidencia de que la chica había sido abusada, que tenía la cara toda destruida, que estaba en mal estado, que le habían roto el cuello. Después la llevaron a la morgue de la zona, donde ellos tienen poder absoluto, y resultó todo lo contrario, no había un solo rastro, estaba todo bárbaro. ¿Quién la limpió? ¿La limpiaron ellos? ¿Ya vino limpia? ¿Y el otro tonto no se dio cuenta y dijo todo lo contrario?
Nunca vamos a saber lo que pasó. Es como una causa AMIA pero más chica, donde todos plantan y limpian pruebas.

— ¿Y de las “reformas” y las leyes como las impulsadas por Blumberg?

— En realidad cambian las leyes como para decirle a la gente que van a hacer algo. Si antes secuestrabas a una persona te daban 10 años y si la matabas te daban 25. Ahora si la secuestrás te dan 20 y si la matás te dan 25. O sea, por 5 años de diferencia, ahora la matás para que no te delate.

Por otro lado si un juez, que un día recibió dinero, por ejemplo, de un hecho comercial, tiene que investigar la corrupción de otro que está vinculado en una violación, el otro le dice “callate la boca porque cuento lo que vos hiciste”.

— Muchos aprovechan estos hechos para pedir más policía y represión.

— Cuando vivís en González Catán o en Isidro Casanova y ves que el 80% de los chicos de entre 10 y 18 años está de una manera o de otra involucrado con el paco; cuando ves que se te va muriendo un hijo; en ese momento casi seguro te hacés facho y querés que metan en cana a medio mundo y se pudra todo y los maten a esos tipos que están matando a tus hijos. Es muy complicado.

Y además mucha gente tiene miedo. Imaginate caer en manos de la Justicia. Si no sos kirchnerista, te hacen pelota. Si sos kirchnerista tenés un salvoconducto, pero sino estás desamparado, te revientan, sos un perejil, vas en cana y no te saca ni dios. ¿A quién te vas a ir a quejar? ¿A la policía, que es la que le vende el paco a tus hijos?

Entrevistó Daniel Satur

Prensa

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