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Entrevista a Daniel Stragá, Abogado de la CORREPI

15 de abril 2004


¿Qué opinás sobre las nuevas leyes votadas a pedido de Blumberg?
Los diputados resolvieron que ante determinados delitos, secuestro y violación seguido de muerte, homicidios agravados, no se permita excarcelación o que la condena no sea de cumplimiento condicional. Pero la privación ilegal de la libertad y el tormento seguido de muerte se les olvidó... A Blumberg se les olvida y a los diputados también, cuando la tortura es lo peor que puede cometer un ser humano y estos son los típicos delitos cometidos por la policía. Ellos sí pueden cumplir una parte de la condena y salir en libertad.
Es notable cómo la "mano dura" ha emprendido su "cruzada". Y no vengan a decir que son los "fascistas", porque el diputado Ricardo Falú, vocero de Kirchner, estaba detrás de esto; es todo el aparato del Estado el que está detrás, mientras restringen las libertades públicas para los sectores populares. Yo no escuché al señor Blumberg, pedir mayores penas para el cura Grassi y Carrascosa (caso Garcia Belsunce). El señor Carrascosa, que mató a su esposa, y que en el Código Penal dice que es un delito agravado con penas de prisión a reclusión perpetua goza de las mieles de los countries…
Por otra parte, los profesionales de los secuestros son aquellos que realmente tienen una estructura organizada, y en eso la policía está metida siempre. Recuerdo hace un año y medio atrás el asalto a un camión blindado, que le tiraron con un arma antitanque, que la habían puesto no ya en un trípode sino en el techo de un auto con unos resortes. ¿Y dónde están los FAL (Fusil Automático Liviano, de uso militar) que aparecen en los grandes hechos delictivos…? La logística del delito es siempre de la policía.
¿Cuál es el nivel de participación de las fuerzas policiales en los delitos?
La bonaerense es la que más trascendencia tiene pero el resto de las fuerzas de represión no son ajenas. El tema central está dado en la política de seguridad del Estado capitalista. En definitiva, las fuerzas de seguridad son las fuerzas de un orden que no es el "orden" de los trabajadores y el pueblo. La "bonaerense", al ser la más numerosa y por los conflictos que tiene, es la más conocida en casos de violaciones a los derechos humanos y participación en delitos comunes. Si uno analiza en cantidad (la bonaerense tiene unos 45.000 efectivos) es obvio que tenga el mayor número de hechos delictivos. Pero si uno compara en proporción, la de Santa Fe es la de mayor porcentaje de violaciones a los derechos humanos, "gatillo fácil", tortura o privación ilegal de la libertad. En todo el país existe este tipo de casos. Las estructuras internas de las policías de todo el país son iguales.
¿Y en el caso de la Federal…?
La Federal es la policía del ejecutivo. Tanta presión hecha por Giacobino, por la Federal y los legisladores de la derecha de la Ciudad para modificar los códigos contravencionales, tiene que ver con que da mayores facultades policiales para el control social y también para sus propios negocios... Sencillamente, si no se puede ejercer la prostitución en las calles, quien va a manejar el negocio será la policía. Es más, en el tema de "merodeo" o "permanencia injustificada", como lo llaman los ibarristas, significa que será la policía la que "analizará" quién está injustificadamente en un lugar, es obvio que esas cosas se arreglan con un billete... Pero hay más de la Federal, la semana pasada (en Lugano) procesaron a 18 oficiales por fraguar causas donde hubo más de 80 detenidos, que fueron privados ilegalmente de la libertad. Esto no sale en los medios ahora.
¿Cómo actúa la policía en los barrios?

Primero, es muy difícil que algo se les escape de la organización delictiva. En las barriadas los grandes delitos lo cometen bandas mixtas, una misma estructura formada por gente dedicada al delito y la policía. Los delitos de mayor trascendencia son de ellos. Los pequeños lo pueden llegar a cometer los pibes chorros, pero a estos pibes los mandan los propios policías, y si a estos pibes se les ocurre hacerlo por la propia terminan asesinados por la policía. Está lleno de casos donde se simulan enfrentamientos que son ratoneras, o directamente los entregan.
¿Recordás algún caso en concreto?
Sí. En Talar de Pacheco, en Benavídez, hasta hace muy poco actuaba un "escuadrón de la muerte", que nosotros pudimos desarticular a través de la denuncia y el periodismo, zona que gobierna Ubieto (intendente de Tigre), que fue funcionario de la dictadura. Era una agencia de seguridad "Los tres ases", bancada por los vecinos "decentes", tipo Blumberg, que pagaban un canon para mantener limpio el barrio de chorros. Su jefe era un oficial de la bonaerense y el tipo tenía un "book" con los pibes abatidos, reflejando la "eficiencia" que tenían.
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Atractivos negocios carceleros
Uno de los puntos que quedó pendiente en la propuesta de Blumberg es la implementación del trabajo en las cárceles. Este accionar no es novedad. En EE.UU. y Europa se suele aplicar y en algunos casos es acompañado por una reducción de pena, cuestión -sin embargo- con la que los nuevos "cruzados" criollos no comulgan.
En EE.UU. se estima que en los ’90 el trabajo en las cárceles disminuyó dos puntos el índice de desocupación y bajó un tanto más el piso salarial. En este país el negocio carcelero mueve por año unos 4000 millones de dólares.1 La construcción de prisiones –que también propone Blumberg- es una industria próspera para el capital y con una rentabilidad en aumento.
Si bien restan definir un par de cuestiones legales "numerosos expertos consideran el desarrollo del trabajo asalariado carcelario como la más importante fuente de ahorros (...). De tal modo, la expansión sin precedentes de las actividades carcelarias del Estado norteamericano está acompañada por el desarrollo frenético de una industria privada de la prisión (...) Diecisiete empresas se reparten unos 140 establecimientos diseminados en una veintena de Estados (...)."2
Pareciera ser que asistimos a un salto en la perversa lógica del capital que pasaría a "crear trabajo" en las cárceles utilizando la mano de obra esclava de los detenidos para acotar los derechos y salarios obreros.
Entrevistó H. E.
1 Louis Wacquant, "Las cárceles de la miseria", Ed. Manantial.
2 Id.

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