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Informaciones Obreras

POR UN PARO NACIONAL Y UN PLAN DE LUCHA DE CTERA

“En ninguna asamblea se discutió que el obispo conduzca el movimiento”

Luego del ataque de un hombre del presidente, Daniel Varizat, la maestra Marta Guillarmaz lucha por su vida, y varios trabajadores resultaron heridos. Un nuevo atentado contra los docentes, en medio de una provincia militarizada. La Verdad Obrera dialogó con Antonio Chacón, delegado de escuela en Río Gallegos, sobre la lucha docente, las responsabilidades políticas, y el rol del obispo y la Multisectorial.

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23 de agosto 2007

¿Cómo fue la respuesta al ataque de Varizat?

En Río Gallegos hicimos el mismo sábado una movilización que llegó a Casa de Gobierno, donde se tiraron las vallas y demás. La llegada a Casa de Gobierno fue un hecho político importante. Después arrancamos la semana con un paro masivo en toda la provincia, arriba del 95 % de adhesión.

Mientras se realizaban las asambleas en el interior cayó el anuncio del gobernador Peralta, con los 780 pesos de básico para nosotros, un 22 % de aumento para la administración pública, tratando de tapar con plata todo el quilombo que tiene.

Si se hubieran conseguido los 780 pesos en otras circunstancias podríamos hablar de un triunfo, pero hay compañeras heridas, entonces lo del aumento pasó a un segundo plano.

¿Y cómo se vinieron organizando?

En la Mesa de Unidad Sindical se votó una asamblea popular o una multisectorial, para trabar lazos con otros sectores y ‘apuntalar’ el conflicto. El obispo Romanín, ni lerdo ni perezoso, llamó a una reunión a la Mesa de Unidad Sindical, y desde ahí se llamó a la Multisectorial, donde están el radicalismo, el partido de Eduardo Arnold (vicegobernador de Kirchner), el candidato radical Costa, miembros de la Iglesia Evangelista, el Partido Obrero y el MST, y las organizaciones sindicales. Es una cosa muy ecléctica, con pocas definiciones. El latiguillo del obispo fue “por la gobernabilidad”, o sea un llamado para garantizar la gobernabilidad. Creemos que Romanín es un poco el apoyo de Peralta.

Lo que muchos delegados veíamos es que la Multisectorial licuó y reencausó, le quitó el tono confrontativo a la protesta. Hay mucha unidad, pero se pretendió y en parte se logró licuar el conflicto. Pero todos saben que esto es un polvorín, cualquier otra cosa que pase se arma un quilombo.

¿Ustedes que vienen planteando?

Nosotros nos venimos organizando un grupo de compañeros, la mayoría delegados de escuela. Nuestro planteo es que, más allá de los reclamos puntuales, hay que hacer hincapié en las responsabilidades políticas. No basta con que renuncie el comisario Roque. El ministro de gobierno Pablo González tiene sus responsabilidades. En principio planteamos con fuerza la renuncia de este Ministro de Gobierno, del Ministro de Derechos Humanos y el de Asuntos Sociales. Si Peralta no está dispuesto a recambiar toda esta gente, tiene que irse él.

Se venían pidiendo renuncias a distintos funcionarios del gobierno. Parte de esto se licuó en la Multisectorial. A la hora de las renuncias nadie se quiso hacer cargo. Parece que todos los problemas que se plantean ahí no tuvieran responsables políticos.

¿Qué alternativa te parece que puede plantearse ante esta situación que contás?

En el Congreso de ADOSAC se había planteado un Congreso de Gremios Patagónicos, más que nada por el tema del impuesto al trabajo. Nosotros propusimos que ese congreso se adelantara, pero que además incluya otros temas que unifican a los gremios de la región.

Además hemos propuesto un Plenario de Delegados de Base. Pero hay que tener en cuenta que la situación no se va a cerrar, por eso tenemos que seguir laburándolo, porque en la próxima de cambio tenemos que estar organizados. Hay una falta terrible de dirección política, las conducciones gremiales vacilan continuamente, no quieren que ‘los corran por izquierda’ pero tampoco se juegan a fondo. Ir al encuentro de Romanín marca la decisión que tomaron las direcciones sindicales, todos saben lo que va a plantear Romanín. Uno ve que cuando van al obispo, van a cerrar por derecha.

Gendarmería en Río Gallegos, gendarmería en Puerto Deseado, gendarmería en Las Heras…

Sí, se puede decir que Santa Cruz es un provincia militarizada, eso es innegable. Del plenario este salió también la exigencia de la salida de gendarmería no sólo de Río Gallegos sino de Santa Cruz, y el desmantelamiento del Grupo GOE, un grupo represivo de operaciones especiales, para palos. Cada vez que alguien menciona eso en una asamblea es ovacionado. Todos los trabajadores, y otros sectores sociales, están en contra de los grupos de choque de la Gendarmería. Es interesante que sea un reclamo generalizado.

Con las novedades del anuncio de Peralta y el levantamiento del paro, ¿cuál es tu opinión?

Hoy la asamblea sirvió para discutir sobre lo que había sido la multisectorial, y el obispo metido en medio de la movilización, apareciendo como la figura visible y el líder de la movilización popular. Nosotros planteamos que no expresaba ni el espíritu ni las propuestas concretas que habían salido de la asamblea. Romanín planteaba fundamentalmente la gobernabilidad, planteó que no era tiempo de pedido de renuncias, cuando muchos impulsamos desde las asamblea la responsabilidades políticas en el gabinete, y que si Peralta no daba respuesta tenía que irse también. En mi caso plantee que en la asamblea no se discutió que el obispo conduzca este movimiento ni mucho menos, no se lo votó como representante.

Por eso es importante revisar algunas acciones que planteó la conducción, en relación a la multisectorial. Hubo críticas a la intervención de Romanín y sus declaraciones con el tema de Aníbal Fernández. Para muchos compañeros dejó de ser importante la presencia del obispo.

De cualquier manera sigue la lucha…

Mañana mismo nos planteamos rediscutir con los compañeros en cada escuelas, y las reuniones de delegados, para ver cómo se perfila la cosa. La lucha la vamos a continuar.
Hay que ver ahora cómo nos mantenemos organizados, y como fortalecemos las organizaciones de delegados, para estar preparados. O puede cerrarse un ciclo, o volver a explotar un polvorín.

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