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NACIONAL

OPINIONES EN LA "TROSKÓSFERA" SOBRE LA "EXPROPIACIÓN CRISTINISTA"

En los blogs

En esta sección publicamos los análisis y debates políticos de cuatro blogs, que se postearon luego del envío al Congreso de la Ley de “expropiación” de las acciones de Repsol-YPF. Estos son parte de una veintena de blogs de militantes del PTS sobre diferentes temas (política, economía, arte, género, marxismo) que aportan en la elaboración colectiva de nuestro partido y forman parte del debate político y de ideas en la blogósfera, donde circulan una enorme cantidad de discusiones que no se expresan en los grandes medios.

PTS

19 de abril 2012

Punto de Desequilibrio / Esteban Mercatante

La “expropiación” de YPF: El diablo está en los detalles

El proyecto de expropiación parcial de Repsol-YPF se titula Ley de Soberanía hidrocarburífera. Algo que poco preocupó al gobierno durante estos años. Repsol fue reivindicada varias veces por las gestiones de Néstor y Cristina, al tiempo que la producción caía y las reservas se deterioraban. Hace una década podía preverse la tendencia al fin del autoabastecimiento y de la “soberanía hidrocarburífera”. Pero como en otros planos, el afán estatista kirchnerista acá también apareció sólo cuando las falencias del mercado y de los empresarios (imperialistas y socios locales) crearon una situación insostenible.

El nombre de Soberanía hidrocarburífera queda grande, ya que sólo se adquiere el 51% de una empresa que no produce más de un tercio del petróleo y 30% del gas que se extrae en Argentina. Una medida que sólo va contra Repsol se queda renga para plantear la mínima “soberanía”, cuando el grueso del capital en el sector es de origen extranjero.

¿Va a invertir el Estado el capital de reserva de la compañía y las utilidades futuras para focalizarlos en inversiones? Es una posibilidad. Sin embargo, hay urgencias, y estas suelen concentrar la atención del kirchnerismo: la importación de combustible superará este año los u$s 12 mil millones. Esto podría llevarse los recursos ganados con la expropiación, dejando poco espacio para enfrentar problemas estructurales.

Por supuesto, el kirchnerismo podría hacer “frondizismo”, abriendo el juego a otras multinacionales. Las reservas no convencionales son formidables, pero su explotación requiere costosas inversiones. Por eso, podrían asociarse con multinacionales, a la espera que el capital extranjero resuelva los problemas estructurales. La medida “soberana” anunciada ayer, podría derivar entonces en nuevas formas de dependencia.

Las amenazas del gobierno imperialista español y de sus socios de la Unión Europea merecen todo nuestro rechazo. Sin embargo, el gobierno argentino se dispone a pagar la expropiación peso por peso con los recursos de ANSES y del Banco Central en una negociación que podría dejar a todos medianamente contentos.

No habrá soberanía hidrocarburífera si no se expropia sin pago el 100% de Repsol-YPF y el conjunto de las empresas hidrocarburíferas. Una iniciativa que resultaría “disfuncional” para la burguesía argentina, que a lo sumo aspira a morder una parte del negocio petrolero. Es sólo la clase obrera, acaudillando al pueblo pobre, la que puede proponerse una salida verdaderamente nacional y antiimperialista, imponiendo una gestión de estos recursos estratégicos en función de las necesidades, como parte de una reorganización del conjunto de la economía nacional sobre nuevas bases.

Lea la versión completa en http://puntoddesequilibrio.blogspot.com.ar


Apuntes de Frontera / Eduardo Castilla

La expropiación de YPF y los límites del gobierno

El envío del proyecto de expropiación de Repsol-YPF al Congreso le permite recuperar iniciativa al gobierno, pero abre la posibilidad de nuevas crisis.
Es una salida “por arriba” a problemas que se arrastran en el plano político, así como una respuesta pragmática a la crisis energética que tiene expresión en los déficits fiscal y comercial.

Que el gobierno nacional haya pasado semanas negociando con Repsol es una confesión de que ésta era una de sus últimas cartas. Los “amagues” y los intentos de “obligar” a invertir son muestras de ello. Avanzando en la expropiación, el gobierno marca la agenda, divide a la oposición y subordina a los autodenominados “progresistas”. Demuestra así olfato político y logra aire fresco luego de estar a la defensiva.

La “izquierda K”, que impulsó una amplia campaña a favor de la nacionalización, ahora festeja y llaman a “bancar más que nunca a nuestra Presidenta” pero “olvidan” que bajo el amparo kirchnerista se continuó el saqueo.

Agujeros en el futuro

Pero lo que puede ser un éxito coyuntural, presenta contradicciones a futuro. En primer lugar, el gobierno tiene un problema fiscal que limita las inversiones en exploración y extracción. Financial Times, vocero del capital imperialista, estima en U$25 mil millones el monto necesario. Si se suma el pago por la expropiación, se obtiene una cifra exorbitante.

No se puede evaluar esta medida sólo desde el punto de vista jurídico. Hay que analizar el verdadero alcance social y aquí radica uno de los límites del “modelo”. En la masacre de Once y en las consecuencias del temporal que arrasó Capital Federal y el Conurbano, salió a la luz la decadencia estructural de la Argentina K. Hay que sumar decenas de muertes por la ausencia de calefacción que sufren millones de familias pobres.

Igual que con Malvinas, todo indica que se trata de “pequeña política” destinada a cambiar algo sin afectar lo esencial de la estructura existente.
Es utópico pensar en una YPF al servicio del pueblo trabajador gestionada por De Vido, garante de los negociados por las privatizaciones. La gestión K será responsable de nuevas crisis cuando se evidencie que tanto discurso “nacional” no significa nada en la vida del pueblo trabajador.

Leer el Post Completo en http://apuntesdefrontera.blogspot.com.ar


El diablo se llama Trotsky / Octavio Crivaro

“Un paso adelante”, aunque no sepamos hacia donde (un debate con la posición de La Mella-COMPA por YPF)

La medida de expropiar acciones para que el estado pase a controlar “la mitad más uno” de YPF fue presentada como una gran gesta por periodistas y blogueros kirchneristas.

En España el gobierno del PP salió a bancar a Repsol, El PSOE amigo de Binner y Bonfatti, también.

No queremos detenernos acá, sin embargo.

¿Un paso adelante o “una estafa”?

Contrariamente a la declaración del EDI firmada por Martín Ogando de La Mella, que sostiene que “hay que prestar mucha atención a la eventualidad de otra estafa, a través de alguna recompra de la compañía con fondos públicos”, La Mella en La COMPA consideró “un paso adelante” la medida.
Al escuchar al propio Axel Kiciloff en el Congreso, lejos de verse como un castigo la expropiación de acciones, parece un premio que se sostenga a especuladores como Repsol. La expropiación del 51% fue la vía que tuvo el kirchnerismo para evitar la estatización al 100%.

La Mella afirma que en “la perspectiva de recuperar la soberanía nacional sobre los recursos”, esto es un avance. Caen en un análisis “cuantitativo”: “51% es 51% mejor que 0% de participación, entonces apoyamos esta medida”.

Omiten que el gobierno se niega a estatizar el 100% de la empresa y que se pagará a los parásitos de REPSOL con plata de la ANSES.

Los fundamentos con los que apoyan esta medida responde a una lógica: la Mella y la COMPA oscilan en tener políticas de una corriente de izquierda, a surfear en las olas que el kirchnerismo genera las (cada vez menos veces) que la crisis lo obiga a tener iniciativas a la izquierda, cuando la izquierda independiente queda como paladín de un “kirchnerismo hasta el final”.
Cuando militan, junto a nosotros, por causas progresivas, los compañeros sostienen posiciones de izquierda; cuando palpitan con los manotazos a izquierda del gobierno, pareciera que solo los separa del atril gubernamental un paso.

La izquierda que lucha, históricamente, por una YPF 100% estatal no debería apoyar la medida.

Lea la versión completa en http://eldiablosellama.blogspot.com.ar


Los Galos de Asterix / Juan Dal Maso

La “expropiación” de YPF y el nuevo escenario político

(...) el proyecto no define la renacionalización y reestatización de YPF, sino la compra por el Estado nacional del 51% de las acciones del total de la compañía, representado en igual porcentaje de acciones “clase D” (según el estatuto de YPF, todas aquellas convertidas en tales por transferencias de acciones “A” del Estado nacional, “B” de tenedores de bonos o titulares de acreencias por regalías o “C” de empleados en el régimen de Propiedad Privada Participada), pertenecientes a Repsol, que se subdividirá en 51% para el Estado nacional y 49% para los gobiernos provinciales. La expropiación será con pago, la empresa seguirá siendo una Sociedad Anónima y tendrá como método la asociación con el capital privado “nacional o extranjero” (Art 2, Art 3 Inciso c), Art. 17). (...) Repsol mantendrá un ínfimo porcentaje, Eskenazi alrededor del 20%, y un 17% será capital flotante en la Bolsa.

(...) analicemos un poco el escenario político. Con esta política el gobierno retoma a su manera un punto de la agenda histórica de la centroizquierda de filiación peronista, luego de arrancar el año en el centroderecha (sintonía fina) y haber pasado por sucesivas crisis políticas (escándalo en la legislatura de Santa Cruz, crisis política por el Proyecto X de Gendarmería, consecuencias políticas del crimen social de Once, escándalo de Boudou y salida de Righi, entre los más importantes). Es sintomático, en este sentido, que distintos referentes de la centroizquierda y grupos populistas salgan a apoyar la “expropiación” de CFK.

En cuanto al rumbo del gobierno, la medida confirma su carácter bonapartista. El gobierno oscila entre la derecha y la izquierda, pivoteando desde el centro, a fin de mejor sostener el respaldo popular (resentido tras la masacre de Once) y ampliarlo en la medida de lo posible, con el limitante de que después del 54% de los votos es más difícil subir que bajar. Sin embargo, la medida no es tomada como parte de una respuesta “por izquierda” a la presión del imperialismo (Cárdenas) sino como un intento de retomar la iniciativa política de parte del propio gobierno, dejando atrás una alianza con una empresa que hasta hace muy poco era uno de sus principales socios. Así como el gobierno no puede hacer una expropiación al 100% y sin pago, que violaría su defensa de la propiedad privada, tampoco puede basar su “gobernabilidad” en medidas ubicadas a la izquierda del espectro político burgués. Necesita abarcar lo más posible de la centroderecha y la centroizquierda y toma alternativamente rumbo hacia un lado o el otro según las relaciones de fuerzas, pero de conjunto queda hoy como un gobierno con una política mayoritariamente conservadora, apuntalada por algunas medidas ligadas a la agenda histórica del “progresismo”.

Lea la versión completa en http://losgalosdeasterix.blogspot.com.ar

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