Como todos los días desde hace dos años, Ariel terminaba su extenuante jornada de trabajo en la AFIP de San Telmo. Como tantos millones de jóvenes él, a los 22 años, era parte del ejército de tercerizados que trabajan superexplotados por dos mangos, mientras un puñado de empresarios se lleva ganancias millonarias. Luego de horas interminables de carga y descarga, Ariel emprendía el regreso a su barrio, Sarandí.

Pero a media cuadra de su trabajo, cuando se iba a tomar el colectivo de vuelta, lo encontró la muerte. Según la versión policial, un oficial de la Policía Federal que perseguía a tres supuestos delincuentes se tropezó, se le cayó el arma y accidentalmente disparó el proyectil que terminó con la vida de Ariel. Pero sus amigos de toda la vida y sus compañeros de trabajo, a los que la Juventud del PTS que se hizo presente en el lugar entrevistó, dudan de la versión policial: “si no lo veo, no lo creo”. Como Gastón, su compañero de trabajo que, como todos los días, salió de trabajar en el mismo horario que Ariel, pero arrancó la vuelta unos minutos después. “Yo llegué dos minutos después cuando ya estaba tirado en el piso, yo fuí el primero de mis compañeros que lo ví tirado. Estaba lleno de policías, había dos o tres patrulleros cuando yo llegué. Había detenidos, la policía dice que eran delincuentes, pero yo no sé si eran delincuentes. No sé qué pasó. Yo no escuché el disparo.”

El asesinato de Ariel a manos de la policía asesina es una postal de la Buenos Aires para la juventud trabajadora. A pocos metros de ahí, mientras la Federal copa el lugar, podemos ver cientos y miles de prefectos que “custodian” la zona, mientras la Gendarmería militariza otros barrios del sur. Es el plan “Cinturón Sur” del kirchnerismo, para competir con Macri y su Metropolitana, a ver quién gana más el voto de derecha, quién pone más orden. Orden para los empresarios, palos para los trabajadores, como vimos hace poco en el desalojo de los docentes de Santa Cruz en el Ministerio de Trabajo. Compiten a ver quién ofrece más seguridad. Seguridad para los empresarios y los ricos, y persecución y muerte para los trabajadores y la juventud. Como lo vimos el año pasado en el Indoamericano, como lo vemos ahora en San Telmo. Juntos no “venimos bien”, y los K muestran que no sólo tienen la misma agenda de la derecha, sino el mismo accionar. Durante la gestión de Néstor y Cristina Kirchner más de 850 personas fueron asesinadas por las fuerzas de seguridad en todo el país en casos de gatillo fácil. Se suma este nuevo crimen de la Federal.

Los trabajadores y la juventud necesitamos una salida independiente, luchando por la disolución de la policía asesina y de todas las fuerzas de represión.

(Sólo en internet)

Comunicado de Carla Lacorte, víctima del gatillo fácil, integrante del CeProDH y candidata a Diputada por el PTS en el FIT

REPUDIO A UN NUEVO CASO DE GATILLO F˜áCIL

La muerte de Ariel Domínguez, joven trabajador de 22 años en manos de un agente de la Policía Federal, muestra claramente las consecuencias de militarizar los barrios y darle cada vez más poder a las instituciones represivas tanto en la Ciudad como en la Provincia de Buenos Aires. La Federal, la Bonaerense, la Gendarmería y la Prefectura son verdaderas tropas de ocupación, asesinas de jóvenes trabajadores y estudiantes.

Ninguna de ellas esta exenta de crímenes ya sea de gatillo fácil, ya sea contra trabajadores ocupados y desocupados en lucha.

Desde el PTS en el FIT reclamamos juicio y castigo para el policía asesino de Ariel Domínguez y nos solidarizamos con su familia y sus amigos. Sólo con la lucha y la movilización lograremos frenar este flagelo que mata un pibe del pueblo trabajador cada 28 horas y que ya lleva más de 3000 víctimas.