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ITALIA

En el centro de la crisis económica europea

La burguesía imperialista italiana venía mirando la crisis europea desde cierta distancia, pero esta crisis económica que viene recorriendo Europa y que se expone con mayor claridad en países de menor peso económico y político del Viejo Continente como Grecia, Portugal e Irlanda, pega un salto y ahora se concentra en Italia, la tercera economía de la eurozona y uno de los históricos integrantes del Grupo de los Siete.

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21 de julio 2011

La burguesía imperialista italiana venía mirando la crisis europea desde cierta distancia, pero esta crisis económica que viene recorriendo Europa y que se expone con mayor claridad en países de menor peso económico y político del Viejo Continente como Grecia, Portugal e Irlanda, pega un salto y ahora se concentra en Italia, la tercera economía de la eurozona y uno de los históricos integrantes del Grupo de los Siete.

 
La crisis golpea a un ‘peso pesado’

La crisis se inserta en la península debido a los temores sobre la solvencia y la estabilidad política de Italia. Sumados a la desconfianza de los mercados en la capacidad de Europa para resolver los problemas de Grecia y el contagio en la región, provocaron que el rendimiento de los bonos soberanos de Italia a 10 años saltaran más de 100 puntos básicos, llegando a un récord de 285,6 frente a los bonos alemanes, poniendo en duda la capacidad de pago de la deuda que llega a representar el 120 % de su PBI, junto a que el crecimiento anual apenas llega al 1 %, siendo el país de menor crecimiento de la eurozona en los últimos 10 años.

No se puede dejar de lado que Italia es el tercer mercado de bonos más grande del mundo y que la exposición de los bancos extranjeros es superior a la de Irlanda, Grecia, Portugal y España juntos. Las consecuencias de un estallido de la deuda serían superiores a las perspectivas abiertas sobre Grecia: “Si Italia pierde el acceso a los mercados de capitales, probablemente el resto de Europa tendría problemas para obtener fondos suficientes para mantener la liquidez del país”, señalan los economistas y funcionarios, ya que Italia es “demasiado grande como para caer”, reconocen muchas autoridades. En ese caso, sólo la intervención del Banco Central Europeo (BCE) podría apuntalar al país, a partir de la emisión de dinero, algo a lo que se resiste con todas sus fuerzas” (La Nación, 12-06-2011).

 
Un gobierno debilitado

Para sumar mayores incertidumbres a los movimientos especulativos que tienen como centro a Italia, el gobierno de la coalición de derecha de Berlusconi afronta esta crisis bastante debilitado, con una derrota en las últimas elecciones municipales, perdiendo en manos de la centroizquierda en las principales ciudades que estaban en juego: Milán, Turín y Nápoles, entre otras. Y con una coalición de gobierno bastante endeble, con tironeos permanente con la Liga Norte, y con una relación bastante distante con el ministro de Economía Giulio Tremonti, con la probable caída del ministro de Agricultura Saverio Romano imputado por complicidad con la Mafia por jueces sicilianos y la renuncia de la portavoz del ministerio de Economía, Manuela Bravi, implicada con la logia P4.

En esta situación el gobierno se vio acorralado, si bien ya venía votando medidas de reducción presupuestaria que incluía el alargamiento de la edad de la jubilación, y reducciones en el “estado de bienestar”. En gran parte estas medidas debían ser aplicadas, hasta lograr cierto equilibrio presupuestario, pero el tiempo se acortó y rápidamente luego de los ataques especulativos sobre la deuda, tuvo que aprobar en el parlamento un duro plan de ajuste que llega a los 79.000 millones de euros.

 Las medidas del ajuste

Algunas de las medidas son las siguientes: se termina la gratuidad de la Salud Pública, ahora la consulta con cualquier especialista costará 10 euros e ir a una urgencia llegará a los 25 euros. Quedan congeladas las jubilaciones y las pensiones, aumenta paulatinamente la edad jubilatoria a medida que aumente la esperaza de vida; se terminan las reducciones impositivas por nacimiento o por el pago de guardería. También implican medidas de entrada del capital privado en grandes empresas públicas como son Enel (electricidad), Eni (energía, petróleo), Finmeccanica (aviación), entre otras.

Estas medidas terminaron de votarse el viernes pasado a favor en el parlamento por: 161 a 135 votos en el senado y por 314 a 280 votos en diputados.

Una buena descripción de lo que significa este ajuste la brinda el diario de izquierda Il Manifesto del 20-07-2011 “La austeridad financiera aprobada por el parlamento el viernes 15 de julio establece el empobrecimiento absoluto, no relativo de la gran mayoría de la población italiana, al menos desde el pasaje al euro, ha significado una masiva redistribución de la renta a favor de las capas ricas. Italia se encuentra ahora en una dimensión que va más allá de la crisis actual. Solo un utópico boom europeo como el de los años sesenta, para ser claros, puede detener el empobrecimiento continuo. De hecho la desindexación total o parcial de las pensiones no será abolida, incluso en caso de recuperación” y continúa sosteniendo que “la hipótesis es más que concreta, como en Grecia, los recortes ayudan a perpetuar la deuda, lo que los hace más pesados aún”.

Que la crisis la paguen los capitalistas

Pero a pesar de este brutal ajuste, según el diario El País de España del 19-06-2011, no se logra estabilizar a los mercados “Los cinco bancos que aprobaron las pruebas de resistencia virtuales tampoco pasaron el examen real y sufrieron fortísimas pérdidas. Los dos más grandes, Unicredit e Intesa San Paolo, se dejaron más de un 6%. El otro indicador clave, la prima de riesgo de la deuda, volvió al columpio y superó los 330 puntos básicos. Los títulos del Tesoro a 10 años franquearon por primera vez desde 1996 la barrera del 6%. Y según advirtió un estudio de Goldman Sachs, si el mercado obliga a Roma a pagar un 7% de rentabilidad en sus bonos, “el peso de la deuda se hará insostenible para Italia”.

En medio de los vaivenes de la situación económica, lo que le espera a los trabajadores son más y mayores ajustes, solamente la entrada en escena del movimiento obrero italiano, con sus sectores combativos, con el “sindicalismo de base”, junto a los jóvenes trabajadores tercerizados y los inmigrantes, pueden enfrentar este ataque y dar una pelea, como lo han hecho varias veces a lo largo de la historia, para que la crisis la paguen los capitalistas. 

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