¿Cómo ves este proceso en la Zona Norte del Gran Buenos Aires, de nuevos delegados?

Es un proceso que nace de cero, porque los cuerpos de delegados que son combativos hoy vienen de muy poca cultura sindical. Hoy los que somos delegados no tenemos una cultura sólida en sindicalismo. Entonces, estamos elaborando nuestro camino propio. Empezar a coordinar con otros trabajadores, de otras empresas de la zona. Por ahí vas a una base y un compañero no entiende que el cartero o el recolector es igual a vos. Los cuerpos de delegados que somos antiburocráticos tenemos que revertir todo esto. Somos laburantes que tenemos un único enemigo que es la burocracia.

¿Cómo lo viven los compañeros de base en la Línea 60?

La base esta despertando de un largo sueño. Por ahí le importaba su bolsillo y su trabajo y el resto no le importaba. La solidaridad que hay entre los compañeros, antes no se veía y ahora se nota el trabajo que se está haciendo en las bases, para que todos los compañeros se sientan un eslabón de la cadena. No nos puede dividir una empresa, nos tienen que unir las necesidades de hermanarnos como trabajadores.

Uds. tuvieron que rechazar el ataque de una patota hace pocos meses...

El trabajador reacciona, cuando nos quieren tocar la fuente de trabajo, ahí es cuando demuestra la calidad que tiene. Nos vinieron a patotear un grupo de matones disfrazados de sindicalistas, y no pudieron con un grupo de trabajadores que simplemente repelió el ataque.

¿Qué opinás de estas reuniones que estamos realizando entre distintas internas y delegados?

Si esta mesa de coordinación se sigue llevando adelante va a terminar en algo muy positivo. Ya se han sacado cosas en conjunto, así que si evoluciona a este paso en 3 o 4 reuniones estaremos hablando de cosas importantísimas, no sólo como defender un cuerpo de delegados o de las patotas, sino que vamos a estar charlando cuestiones trascendentales para la historia de los trabajadores.