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Elecciones de la ciudad, caso Skanska y lucha de clases

Tanto Macri como Telerman y Filmus pretendían realizar una campaña electoral despolitizante, donde no se diera ninguna discusión política sustancial sino meramente sobre “estilos de gestión”.

Christian Castillo

24 de mayo 2007

Tanto Macri como Telerman y Filmus pretendían realizar una campaña electoral despolitizante, donde no se diera ninguna discusión política sustancial sino meramente sobre “estilos de gestión”. Junto a la prensa capitalista pretendieron instalar una “agenda” de campaña que ponía en primer término el traspaso de la policía a la ciudad. Los responsables de las políticas que fabrican pobres, desocupados y precarizados; los que han aumentado dramáticamente la falta de acceso a una vivienda digna; los que han generado una ciudad donde el 10% más rico tiene ingresos 150 veces superiores al 10% más pobre; son los mismos que se esfuerzan en tratar de camuflar su política de criminalización de la pobreza y la protesta social, reclamando el “control” de la policía del gatillo fácil. Pero lo cierto es que ahora todos se alegran de que las elecciones estén cerca y rezan porque las derivaciones del caso Skanska o la realidad cotidiana de la lucha de clases no les altere sus planes.

El caso Skanska y sus derivaciones

Estos días han sido ricos en novedades respecto al llamado “caso Skanska”, especialmente a partir de la publicación de las desgrabaciones de la conversación entre un auditor interno, Claudio Corizzo, y un gerente implicado en el pago de coimas, Javier Azcárate, ambos de la filial argentina de la constructora sueca; una empresa que según denuncia Página 12 del domingo 20-5, ha tenido denuncias por prácticas similares en varios países (como Colombia, India, Uganda, Malasia y Dinamarca). Por las cifras implicadas, agregando lo abonado por las obras de Transportadora Gas del Sur –éstas podrían rondar los 100 millones de dólares– es tan difícil creer el cuento de Skanska de que fueron gerentes infieles, como el del gobierno de limitarlo a dos funcionarios de segunda línea o la de Techint, de hacerse el desentendido.

Las grabaciones dejan al desnudo no sólo que tanto funcionarios de primera línea del gobierno (el “pingüino que está acá a dos cuadras”, lo más probable De Vido) como Techint están directamente implicados en la recepción de coimas, sino que allí se describe cómo funciona más en general todo el sistema de obra pública en el país, mostrando incluso continuidad con lo que acontecía en el menemismo. En la grabación se alude a las coimas pagadas por Skanska y Techint en ocasión de la construcción del acueducto de Río Colorado, iniciado en 1997, hecho que provocó la renuncia del actual subsecretario de Obras Públicas de la Nación, Raúl Rodríguez, en ese entonces secretario de Obras Públicas de La Pampa. Antes, Kirchner había decidido por decreto la remoción de los cargos del titular del ENARGAS, Fulvio Madaro, y el de Nación Fideicomisos, Néstor Ulloa, también mencionados en las grabaciones.

Las grabaciones dejan claras muestras de que los negociados entre grupos económicos, empresas contratistas y funcionarios de turno son una constante del capitalismo, como lo son las maniobras impositivas mediante, entre otras, el recurso a empresas fantasma que emiten facturas truchas, tema que detonó las investigaciones de este escándalo y en el que están implicadas numerosas empresas (entre ellas varias contratistas de obra pública de Santa Cruz, como Gotti S.A., con pagos dudosos por 20 millones de pesos). Aunque políticamente quien se ve más directamente afectado en lo inmediato por este escándalo es el gobierno nacional, lo cierto es que ni a su candidato a jefe de gobierno en la ciudad, Daniel Filmus, ni a Macri ni a Telerman, les conviene que se hagan muchas olas con el asunto. El gobierno de Telerman ya fue denunciado por contratar a Sol Group, otra de las empresas que truchaba facturas, y Macri tiene todas las de perder si de lo que se trata es de negociados de las empresas contratistas y evasión de impuestos. Bastaría fijar la lupa sobre los millonarios emprendimientos inmobiliarios de la Corporación del Sur y la Corporación Puerto Madero para que muy probablemente quedasen en evidencia negociados como el de Skanska implicando a funcionarios del gobierno y Legislatura de la ciudad. Además, ninguno de estos candidatos ha dicho palabra sobre revertir las privatizaciones de los ’90, no ya de aquellas que involucran la órbita nacional, como el petróleo, el gas o los ferrocarriles, sino las que incumben al propio ámbito municipal, como la recolección de residuos (en su gran mayoría en manos privadas) o el subte. Como dijimos hace unas semanas: todos están manchados.

Lucha de clases

Pero también los planes de una campaña despolitizada se vieron modificados por la fuerza ganada en la lucha de clases en las últimas semanas. Primero fue la lucha docente neuquina y el asesinato de Carlos Fuentealba, que dejó al desnudo tanto al ministro de Educación Filmus como a Macri, que debió despegarse rápidamente de su hasta entonces aliado, Sobisch. Luego Santa Cruz, que al dejar en evidencia el doble discurso gubernamental volvió a dejar mal parado a su candidato capitalino. Y en estos días, la rebelión de los usuarios de los ferrocarriles y la huelga de los subtes, que han puesto sobre el tapete la estafa que fueron y son las privatizaciones, con cuantiosos subsidios pagados en el sector transporte a cambio de un pésimo servicio, justo cuando el gobierno de la ciudad, la Legislatura y el gobierno nacional se aprestan a dar en concesión a Metrovías la nueva línea H.

Vote al pts, una opción socialista y de los trabajadores

Contra estas variantes de políticos corruptos al servicio de los grandes empresarios y las privatizadas, este 3 de junio lo llamamos a votar por una verdadera opción socialista y de los trabajadores. Por nuestro programa, por nuestros candidatos y porque venimos en esta campaña difundiendo una propuesta para que los trabajadores tengan una herramienta para enfrentarse a los patrones y al gobierno, no sólo en las luchas cotidianas sino para constituir una alternativa política capaz de terminar con la dominación imperialista y la explotación capitalista: la construcción de un gran partido de la clase trabajadora.

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