Los diputados Luis Zamora de Autodeterminación y Libertad y Vilma Ripoll del MST en Izquierda Unida han dicho en distintos medios de prensa (TN y América) que proponen la elección directa de los comisarios.
El modelo de elección del comisario propuesto es un calco del sistema norteamericano. En ese país, pese a que el "sheriff" es elegido por voto directo, las fuerzas policiales son archiconocidas por su gatillo fácil, su racismo denigrante, apuntando siempre al blanco de negros y chicanos. La historia de Rodney King, hace ya 13 años, no deja de conmover. Es el caso de quien pagó muy caro la osadía de no detenerse ante una orden de la Policía de Los Angeles. Las imágenes de un video sintetizaron toda la brutalidad y el odio racial acumulados en la Policía. En un par de minutos el Sargento Stacey Koon y sus oficiales Larry Powell, Theodore Briceño y Timothy Wind le dieron a Rodney King 50 golpes de bastón, seis patadas y dos descargas eléctricas que le provocaron 11 fracturas en el cráneo, daño cerebral y un hígado semidestruido.
Por otra parte, esta propuesta está en línea con la política presentada por los garantistas, solo que en una versión más izquierdista. Saín o incluso Arslanian proponen algún tipo de control civil sobre la policía. Zamora y Ripoll van un poco más allá y pregonan la "democratización" de una fuerza cuya esencia es ser el brazo armado del sistema, orientado al control social de la juventud y los pobres, la represión de las luchas de los trabajadores y el pueblo, y garantizar la seguridad…de la propiedad privada. Ceden así a la opinión pública "progresista" que considera como necesaria a esta institución y que a lo sumo piensa que el problema está en las "manzanas podridas" o algunos policías "descarriados".
Democratizar la policía es funcional a perpetuar el sentido común que naturaliza en la población el monopolio de la violencia por parte del estado burgués. En vez de luchar por la disolución de la policía y de todos los organismos de seguridad, el planteo termina siendo que... el pueblo elija a sus verdugos.
La posición de Zamora y Vilma Ripoll siembra la ilusión en que esta fuerza es reformable mediante el control de la población y lo que es peor la reconoce como institución necesaria. Para nosotros la principal amenaza a la vida y la seguridad de los trabajadores y el pueblo sigue siendo la subsistencia del capitalismo, su estado y sus instituciones represivas. Una auténtica política socialista tiene que partir de enfrentarlos y no de legitimarlos.