LVO: Hace unos pocos meses Raúl Godoy realizó una gira internacionalista por Europa. Contanos cómo lo vivieron en Francia

Guillaume Loïc: El viaje de Raúl significó para nosotros una actividad internacionalista enorme. La causa es que en Francia hay un sentimiento importante de desconfianza a la clase obrera, y de desmoralización, que toca también a la izquierda, entonces Raúl aparecía como un símbolo muy a contracorriente para los activistas, jóvenes y obreros con los que estuvo. Además de un acto donde participaron más de 170 personas, él fue invitado a la asamblea de huelga de Peugeot-Aulnay, una fábrica importante donde los trabajadores estaban peleando contra del cierre, y también por los trabajadores de Goodyear. Más allá de la emoción que se vivió en estos encuentros, su viaje fue importante para que un sector de la vanguardia de Francia conozca la experiencia de lucha de clase que Zanon constituye. De hecho, Zanon, el control obrero y la figura de Raúl generaron discusiones programáticas centrales en el contexto francés, donde la izquierda desde hace años se niega a defender un programa de independencia de clase en los sindicatos y se adapta a la consigna de pelear por indemnizaciones en lugar de defender los puestos de trabajo con la ocupación y la puesta a producir por los obreros frente a los intentos de cierre de fábricas por las patronales. Esta fue la posición de Lutte Ouvri˜ére como parte de la dirección de la huelga de Aulnay. Nunca voy a olvidar la impresionante fraternidad y el interés de los huelguistas de Aulnay por Raúl. Creo que este interés tiene que ver con la perspectiva y el programa que ejemplifica nuestro compañero y la lucha de Zanon.