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XI CONGRESO DEL PTS

El valor de la lucha por un Partido de Trabajadores

Preguntas a José Montes de la Dirección Nacional del PTS

PTS

17 de septiembre 2009

LVO: El Congreso del PTS definió trabajar la propuesta de un movimiento político por un Partido de Trabajadores, impulsado junto a los dirigentes sindicales antiburocráticos, clasistas y de la izquierda, ¿qué nos podes ampliar sobre esta propuesta?

En primer lugar, hay que constatar que al inicio de la crisis las corporaciones empresarias, como la Copal y la UIA, están imponiendo más condiciones de explotación. Se terminó el la época de ilusiones en que los trabajadores pueden mejorar al mismo tiempo que los empresarios mejoran sus ganancias. Desde fines del 2008 hay mas de 200 mil despedidos y no solo se mantienen los salarios por debajo de la inflación, sino que en el caso de los estatales están en peligro, al igual que las jubilaciones, por las crisis fiscales de los estados provinciales. En la industria, esta nueva realidad se expresa aún mas descarnadamente con el aumento de la superexplotación de trabajo precario y los mayores ritmos de trabajo con que las patronales mantienen “la rentabilidad”, produciendo lo mismo con menos trabajadores, como hacen las multinacionales automotrices luego de las suspensiones con rebaja salarial y despidos de contratados, festejan que van a producir 500.000 autos este año. Esta es la primera base de la realidad para plantear abiertamente que la clase trabajadora necesita, además de recuperar de las manos de la burocracia las comisiones internas y sindicatos y poner en pie organismos de coordinación, de un partido para la lucha de clases. Es decir no para la conciliación con los capitalistas que descargan la crisis sobre los trabajadores, sino para que los trabajadores tengamos una herramienta política para que sean los capitalistas los que paguen la crisis.

LVO: Pero los trabajadores aún no se plantean esta lucha política de conjunto…

Nosotros partimos de una necesidad objetiva. Porque esta situación va a poner cada vez más en evidencia el papel de los sindicatos dirigidos por la burocracia atada al Estado, a las patronales y sus partidos. Cada sector de la CGT sigue a un ala de la interna del PJ, y en la CTA a las variantes patronales de la centroizquierda que participan de los gobiernos patronales como en Neuquén donde son parte de una alianza con peronistas y radicales que reprimieron las tomas de tierras de familias sin techo y desempleados. Esta tijera que se empieza abrir entre la necesidad de los de abajo y las viejas direcciones del movimiento obrero y su política de seguir detrás de uno u otro de los partidos patronales, es lo que plantea a la clase trabajadora la constitución de un partido propio, como parte de la pelea por construir organizaciones para luchar y triunfar.

Cuántos trabajadores adhieren ya a esta idea, no tenemos como medirlo más que proponiendo la consigna ampliamente. Esta necesidad objetiva encontrará su expresión en la cabeza de los obreros y nuestro rol como revolucionarios es ayudar a avanzar en ese sentido.

En segundo lugar, los sectores que ya están peleando, como en el caso de Terrabusi, muestran que estas luchas pasan rápidamente al plano político, lo que no quiere decir que sean de entrada luchas antigubernamentales, pero es claro que superan el plano sindical. En Terrabusi no es sólo porque se trata de un monopolio norteamericano con mucho poder, sino porque es un ataque claramente político para destruir la organización obrera, su cuerpo de delegados, su comisión interna y, en un principio hasta contra los miembros del sindicato de Daer en la fábrica. Es la patronal la que eleva el enfrentamiento a una lucha política pidiendo públicamente la acción del Estado en defensa del monopolio Kraft, utilizando una fiscal de la Justicia que interviene como empleada del monopolio yanqui, y al gobernador Scioli que le facilita la guardia armada de la policía bonaerense. Está claro que no es una lucha restringida a obreros contra patrones al nivel de la fábrica. Se plantea como una necesidad dar una batalla de alcance político, aunque la reivindicación sea la de volver al puesto de trabajo a los compañeros despedidos. Esta necesidad de pasar a lucha política, por lo vasto del enemigo que enfrenta la clase trabajadora en épocas de crisis, pone al menos a los más avanzados ante la necesidad superar el horizonte gremial.

LVO:¿Cómo se relaciona la propuesta de un movimiento por un PT y la definición del Congreso del PTS de una nueva etapa en qué está planteada la construcción de un partido revolucionario de la vanguardia obrera?

Nosotros desde el PTS planteamos que la crisis actual reactualiza la estrategia y el programa revolucionario, y por esto nos organizamos en nuestro partido junto a todos los que quieran luchar consecuentemente por la revolución obrera y socialista. Pero esta idea todavía debe abrirse paso en sectores más amplios, porque recién empieza una experiencia política bajo los primeros efectos de la crisis capitalista internacional y se empieza a abandonar la idea de esperar ayuda desde arriba. Lo nuevo es el estado de ánimo y la disposición de la base obrera a la lucha ante los ataques, y el surgimiento de nuevos delegados y activistas que empiezan una experiencia política, y que las patronales persiguen. Bajo estas condiciones, se plantea el diálogo amplio, con miles y decenas de miles, sobre la necesidad de agruparse políticamente en un partido para intervenir en la lucha de clases. Con esto entendemos un partido con la capacidad de dirigir en la acción y tener influencia política para ser alternativa en medio de los acontecimientos, para superar a las direcciones burocráticas y conciliadoras, y ganar peso decisivo en los combates de clase, y no que se construya por una conquista de “espacios” ya sea electorales, puestos sindicales o en el movimiento estudiantil. Ya hubo una experiencia en los años 80 con la formación del MAS, que llegó a contar con cierta influencia pero se demostró inútil en los años 90 para ser una alternativa a la burocracias sindicales en las grandes huelgas de resistencia de los telefónicos o los ferroviarios contra las privatizaciones. Entendemos la participación electoral o la conquista de puestos sindicales al servicio de la intervención en la lucha de clases.

Planteada desde esta perspectiva, la consigna de Partido de Trabajadores permite, a nuestro entender, dos variantes posibles. Una posibilidad mas amplia es que sean las propias organizaciones de la lucha cotidiana de los trabajadores, los sindicatos, las comisiones internas, los cuerpos de delegados, que rompan con la subordinación de las burocracias sindicales al peronismo y demás variantes patronales, los que tomen en sus manos la tarea de constituir su partido de clase, como ha ocurrido en la historia del movimiento obrero en muchos países. En este caso los revolucionarios lucharemos por la más irrestricta democracia interna y un programa para que el partido de trabajadores adopte una estrategia y una dirección revolucionaria. Una segunda posibilidad es que el movimiento por un Partido de Trabajadores que proponemos, se desarrolle de forma más limitada, como tendencias en los sindicatos de masas, y logre reunir bajo una misma bandera de independencia política a los sectores más avanzados que se organicen políticamente, en cuyo caso habremos logrado que miles de compañeros superen la perspectiva de la lucha gremial y avancen más rápidamente hacia adoptar la estrategia revolucionaria.

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