logo PTS

FRANCIA

El triunfo del Partido Socialista en Francia

El futuro de la relación con Alemania, el ascenso de la derecha xenófoba, la política del reformista Frente de Izquierda y la campaña de la ‘extrema izquierda’.

PTS

10 de mayo 2012

El domingo 6/5 se realizó el segundo turno de las elecciones presidenciales. Como plantearon nuestros compañeros de la Corriente Comunista Revolucionaria en el Nuevo Partido Anticapitalista (CCR), el pueblo debió elegir entre dos caras del ajuste al pueblo trabajador: Fran˜çois Hollande, del Partido Socialista, vencedor de la contienda, y el actual presidente Nicolás Sarkozy. Reproducimos a continuación un primer análisis de Juan Chingo, dirigente de la CCR, en reportaje a los compañeros del programa Pateando el Tablero el martes 8/5.

¿Cuál es el primer análisis de las elecciones? 

El triunfo de Hollande se explica por un enorme hartazgo, sobre todo de los sectores populares, trabajadores, empleados, los jóvenes de los barrios, contra la política del gobierno de Sarkozy que se vino expresando durante los últimos años en enormes luchas como la lucha de las pensiones de 2010, que incluyó sectores de la clase obrera como los de las refinerías y los municipales, con movilizaciones multitudinarias e incluso con la entrada en lucha de los estudiantes que decían “no a los planes de ajuste de Sarkozy”. Sin embargo la derrota de esta lucha por las pensiones, por la política de negociación y de colaboración de clase de las direcciones sindicales, en particular de la CGT y de la CFDT, llevó a que el anti sarkozismo se expresara fundamentalmente en el terreno electoral. Y eso es lo que explica que un político no muy conocido como Hollande haya logrado ganar la elección aunque con un margen bastante ajustado. Este margen acotado es expresión de la política de Sarkozy que trató de cortejar al electorado de la extrema derecha, que en buena parte terminó votando por él.
 
¿Frente a qué escenario se encuentra Hollande? 

En el fondo el plan de Hollande es hacer pasar la crisis, avanzar en la austeridad pero cambiando el método. Si Sarkozy planteaba un método más bonapartista, pasando por arriba a las organizaciones sindicales, más parecido a un gobierno “de la derecha fuerte”; el método de Hollande es el de hacer más hincapié en el diálogo y la reconciliación. Esto porque después de 5 años de sarkozismo el hartazgo es grande y Hollande tiene que hacer algunos gestos. No puede aparecer directamente como el “gobierno de los ricos” (el “blin blin”, ruido de las joyas de los ricos, que era asociado al gobierno de Sarkozy) y exigir la austeridad. Por eso Hollande trata de presentarse como un presidente normal. 
 
En relación a Europa es evidente que el candidato preferido de Merkel era Sarkozy y esto es una derrota para Alemania que queda más aislada. Ahora bien, que vaya a haber una modificación sustancial de la política europea es una ilusión que se puede transformar en un gran desencanto. Lo que está planteando Hollande son medidas timoratas de estímulo económico que son incluso menores que las que tomó EE.UU. y que como se está viendo en el mismo EE.UU. la crisis no pasó y está volviendo el desempleo. Es decir que son unas tibias medidas de estímulo económico y algún límite al sector financiero pero en el marco de mantener el equilibrio presupuestario y el ajuste fiscal. Así y todo, estas medidas tienen que ser negociadas con Alemania y es muy probable que terminen en un compromiso de alargar un poco los tiempos de la aplicación de los planes de ajuste a cambio de reformas estructurales en el proceso de trabajo como exige Alemania y el Banco Central Europeo. Un pequeño “alivio” pero que no va a cambiar nada de fondo. 

¿Qué perspectiva se abre?

Más de fondo, la situación en Europa es que la política alemana, la potencia imperialista más fuerte, trata de imponer al resto de los países europeos un régimen económico interno en relación a los planes fiscales, tocando determinados atributos de la soberanía nacional, está poniendo en discusión el equilibrio entre los estados europeos y eso genera un gran problema. Por el temor de Francia de quedar alejada de Alemania y que eso implique un golpe económico de los mercados, parece difícil que en lo inmediato haya grandes rupturas. Pero al calor de la profundización de la crisis y de la lucha de clases, las opciones de los gobiernos pueden cambiar. Aunque el “eje franco alemán” se mantiene, la política que llevó adelante Sarkozy en relación a Merkel desde el punto de vista de sus intereses imperialistas, fue de subordinación de Francia a Alemania. ¿Va a pasar Hollande más adelante a encabezar un bloque con los países mediterráneos como España o Italia que le ponga límites a las ambiciones hegemónicas de Alemania? Eso es algo que está por verse.

La realidad es que toda la política de la burguesía alemana, francesa y la burguesía imperialista, lamentablemente está llevando de nuevo a Europa a una situación en la que los estados nacionales vuelven con fuerza, al igual que la xenofobia nacional y los discursos nacionalistas reaccionarios; eso para los trabajadores y la juventud no es una perspectiva para nada progresista. 

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: