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OAXACA

El pueblo vuelve a las calles y enfrenta la represión

Como hace un año por estas fechas, el pueblo de la capital de Oaxaca encabezado por la sección 22 del SNTE (sindicato de maestros) y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), tomó las calles para realizar su Guelaguetza popular.

19 de julio 2007

Como hace un año por estas fechas, el pueblo de la capital de Oaxaca encabezado por la sección 22 del SNTE (sindicato de maestros) y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), tomó las calles para realizar su Guelaguetza1 popular. Con una marcha de más de un kilómetro, la APPO comenzó la fiesta alternativa que hasta hace un año era patrimonio de los grandes empresarios, hoteleros y magnates del turismo2. Con danzas tradicionales, desfiles, carros alegóricos, cohetes, el pueblo oaxaqueño, una vez más se hizo de las principales calles del centro histórico. El mismo 16 de julio, día de la megamarcha – la más grande después de la represión del año pasado- un contingente de por lo menos 10.000 maestros, trabajadores y jóvenes, se adelantó hacia el Hotel Fortín, donde el gobierno del tirano Ulises Ruíz realizaría su Guelaguetza, para tomar el auditorio. Los policías atacaron al contingente con gases lacrimógenos, piedras, palos y toletes, encontrando la resistencia de los jóvenes y maestros que combatieron durante cuatro horas. Utilizaron, como hace un año, barricadas para defenderse, desde donde regresaban los gases lacrimógenos a la policía. En un momento los maestros y los jóvenes tenían el control de la situación e hicieron retroceder a los cuerpos represivos, sin embargo, finalmente la policía logró replegar a los manifestantes, con un saldo de 50 heridos, más de cuarenta detenidos y hasta ahora dos desaparecidos.

Lo que se empieza a conocer como “la batalla del Fortín” y la megamarcha, son expresión contundente de que el movimiento popular de Oaxaca, a pesar del duro golpe recibido el año pasado, lejos de desaparecer, se está recomponiendo. La APPO ha demostrado que todavía tiene gran influencia sobre sectores de masas de la capital oaxaqueña. Y es que el proceso del año pasado pudo ser interrumpido por la represión y la política de las direcciones, pero no cerrado; las demandas y reivindicaciones que motorizaron el surgimiento de la heroica Comuna de Oaxaca siguen vivas: la renuncia del odiado represor Ulises Ruíz y acabar con las condiciones de pobreza, explotación y marginación que padece el pueblo y los trabajadores. El gobierno de Ulises Ruíz se ha mantenido, por una parte, gracias al garrote. Decenas de presos políticos siguen en las cárceles del tirano y la desaparición forzada se ha vuelto un uso común, como es la reciente desaparición de dos militantes del grupo armado EPR. Por otra parte, gracias a la política conciliadora de sectores de la dirección del movimiento.
Este proceso de recomposición muestra que la radicalidad de las masas oaxaqueñas puesta en juego el año pasado ha calado hondo en su subjetividad y combatividad. Estamos ante un proceso abierto y “la batalla del Fortín” puede ser un nuevo jalón que reanime la lucha del pueblo oaxaqueño e impacte sobre los trabajadores que se han movilizado en los últimos meses contra la Ley del ISSSTE (ver LVO 239).

Desde la LTS-CC, estamos con el magisterio oaxaqueño y la APPO en su lucha por la aparición con vida de los desaparecidos, la libertad a los presos políticos, castigo a los culpables de la represión y el asesinato de decenas de luchadores y por la salida del aparato represivo, en particular del ejército del estado.

¡Abajo Ulises Ruíz!

¡Viva la lucha de la APPO y el pueblo de Oaxaca!

Prensa

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