En las últimas semanas venimos reflejando en La Verdad Obrera distintos conflictos obreros que los grandes medios no muestran. Ha habido triunfos y derrotas.
En muchos conflictos hay despidos y también en muchos casos la res-puesta inmediata de los trabajadores es enfrentarlos. En los ‘90 el despido era casi una cosa natural y muchos trabajadores tenían que luchar sólo por la indemnización.
En las páginas de esta edición podemos ver un triunfo importante de los ferroviarios contra Metropolitano. Con una firme decisión, los compañeros que vienen haciendo una campaña y cortes de vías, lograron el pase a planta del personal tercerizado bajo el gremio de Comercio, como antes sucedió con los trabajadores de las tercerizadas del subte que pasaron a la planta permanente de Metrovías. Es claro que en el transporte se potencia la capacidad de los trabajadores, por lo que ocasiona un paro o corte de estos sectores, entonces resulta más fácil enfrentar los despidos o el pase a planta, algo nuevo en este mundo obrero. Sin embargo, en subtes hay un cuerpo de delegados combativos, pero en el Roca está la burocracia. ¡Gran mérito para los ferroviarios que lograron doblegar a la patronal supe-rando a la burocracia!

No sólo en las grandes empresas
Pero ésto no se da sólo en las grandes concentraciones. Como también mostramos en las páginas de este LVO, los compañeros del laboratorio Fresenius evitaron el despido de 7 trabajadores. En una fábrica del plástico de 60 obreros en Campana, el sindicato nunca aparecía, no pagaban las horas extras, o las pagaban en negro, les daban bolsones de comida. Los trabajadores dijeron "basta, nos pagan como corresponde", y pararon la producción, obligando al sindicato a ponerse al frente. Así consiguieron la respuesta favorable por parte de la empresa.
En metalúrgicos son varios los casos. En dos fábricas de Avellaneda: una no paraba hace 5 años, y los obreros lucharon por un 30 % de aumento y ganaron. Pero la patronal contesta con suspensiones. Los trabajadores salieron a pelear y no sólo frenaron las suspensiones sino que echaron a los viejos delegados de la UOM y eligie-ron 4 nuevos. Su ejemplo se extendió a una pequeña fábrica de enfrente, de 50 operarios. Consiguieron un 20 % de aumento, la afiliación masiva de los trabajadores y la elección de de-legados. Es importante apoyar estos ejemplos. E imitarlos, claro. Eso fue lo que hicieron los compañeros que luego de ver el triunfo de la fábrica de enfrente dijeron "si ellos pudieron, ¿por qué nosotros no podemos hacer lo mismo?". Y en Dana de Rosario, una importante autopartista, frenaron un despido de un activista y ganó una lista de delegados enfrentada al sindicato local.
Estos ejemplos no quieren decir que siempre salen bien las cosas. En la industria, la patronal impone su dictadura. Despide y ataca con la complicidad casi siempre de la burocracia sindical. Por eso es más necesario aún, que en estatales o empresas de servicios, prepararse para salir a la lucha. La burocracia marca a los activistas y luchadores, es alcahueta de la patronal. Hay que organizarse lejos de la mirada de los buchones y si las circunstancias nos obligan a salir (por despidos, cierres, etc.) hay que hacerlo en forma inteligente y no dejarnos llevar sólo por el ímpetu que muchas veces mantiene el sector más decidido de la fábrica.
Ya hemos contado los despidos en Fresh Now, donde hoy hay dos compañeros despedidos por organizarse y están buscando la reincorporación. Ellos habían ganado un conflicto en diciembre en plena temporada y la patronal esperó para contragolpear. En SIAT los activistas fueron amenazados reiteradamente e incluso uno de ellos fue secuestrado. No es el único caso de ataques anónimos que todos sabemos organiza la patronal y a veces la burocracia sindical.
Por eso es importante abrir una reflexión alrededor de cuál es la situación que atravesamos los trabajadores. No sólo para reflejar los pasos adelante sino para sacar lecciones de las derrotas. Cómo no cometer los mismos errores, ser pacientes para avanzar en la organización. Para eso son importantes las actividades sociales, los asados y partidos que permiten entrar en confianza y saber con quiénes podemos dar los primeros pasos.
Pero estos pasos no pueden darse aislados y seguramente cada vez ha-brá desafíos más grandes.
Por eso hay que ayudar a prepararse a ese nuevo activismo que surge, para que sea desde la base, para organizar oposiciones clasistas en cada empresa, en cada sindicato, para elegir nuevos delegados y poner en pie Comisiones Internas antiburocráticas.

Paritarias: que decidan los trabajadores
Hay otro tema importante, el de las paritarias, sobre todo para los trabajadores en blanco. También exis-ten aquí nuevos ejemplos. Si bien la mayoría están controladas, hay casos como el del sindicato del neumático, dirigido por Pedro Wasiejko (CTA). A raíz de la discusión salarial, hubo una asamblea de FATE en San Fernando con 700 trabajadores donde votaron, a pesar de la posición de la burocracia y el techo del 15 % del gobierno, pedir un básico de $ 2.400, como la canasta familiar. Y eso tiene que ver con compañeros nuevos que se animaron a hablar.
En el Astillero Río Santiago, las asambleas eligieron delegados paritarios para luchar por $ 2.300 para el ayudante (la categoría más baja). Y ya arrancamos con las movilizaciones para conseguir el aumento y el resto de los reclamos pendientes. Ese es el camino: para conseguir un salario igual a la canasta familiar y mejorar las condiciones de trabajo, hay que elegir delegados en asamblea, incorporando a los contratados y tercerizados a la discusión, para que pasen todos a convenio.

Ante los ataques: una respuesta de clase
Por último, no podemos olvidar que en estos días volveremos a repudiar el golpe del 24 de marzo de 1976. Como las principales víctimas de la dictadura fuimos los trabajadores no podemos quedar ajenos al repudio. Aún más, ese repudio debe dar lugar a la organización obrera contra los aprietes y amenazas que sufrimos los luchadores. El ejemplo de los obreros de Zanon es claro. Para los compañeros "un sindicato recuperado no puede tener como objetivo solamente pelear por la recomposición salarial". Y ante las amenazas de un represor a un testigo, en una causa por la represión en la dictadura, los obreros decidieron tomar la protección del compañero. Como dijo Alejandro López, Secretario General del Sindicato Ceramista, "un compañero de clase tiene que ser protegido por su clase". En definitiva, es una tarea de la vanguardia obrera y de quienes nos reclamamos clasistas encabezar la movilización por el juicio castigo a los genocidas, pero también preparar a los nuevas generaciones obreras para enfrentar los ataques de la patronal, la burocracia y el Estado.