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LIBERTADES DEMOCRÁTICAS

DOS CHICOS MUERTOS EN LA BOCA

El incendio nuestro de cada día

Casi 18 años de vivir en La Boca; pasé por los cientos de incendios, con muertes de chicos y grandes, y desalojos con represión, como el de frente a Parque Lezama a más de 20 familias tiradas en Paseo Colón, ya en el gobierno “desalojador” de Macri.

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24 de octubre 2013

Casi 18 años de vivir en La Boca; pasé por los cientos de incendios, con muertes de chicos y grandes, y desalojos con represión, como el de frente a Parque Lezama a más de 20 familias tiradas en Paseo Colón, ya en el gobierno “desalojador” de Macri.
Escribiré algo sobre la vivienda digna o indigna. Es una realidad social que vivimos los más pobres, en su mayoría trabajadores inmigrantes: albañiles, empleadas domésticas, cartoneros, changarines. Aquellos que han quedado desocupados de los puertos de Buenos Aires y que ya no pueden trabajar de estibadores por su edad, así que enfermos y ateridos viven en la calle, refugiados en la bebida alcohólica y comiendo solo los domingos en el comedor del San Juan Evangelista o Caritas. Pasen y vean la larga cola de linyeras barbudos y muy abandonados, con atuendos rotos e “higiene cero”. Me da mucha indignación; estos trabajadores habrán contribuido en forjar la “Nación”, dejando su fuerza para patrones capitalistas.
El barrio de La Boca, pintado de azul y oro con mil retazos de colores como fachada, pero que muestra por dentro lo deprimente de ver familias con 5 o más hijos en una pieza 4x4, con cocinas a garrafa, peligro real de incendio, baños compartidos por 6 o más familias. Es muy difícil describir la situación, hay que vivirla y contarla.

Dos caras de la misma moneda: este barrio tiene dos partes

Parte 1. Avenida Almirante Brown. Pasan 8 líneas de colectivos. Sería la parte más “paqueta” hacia el estadio Boca Juniors. Caminito. Las ferias de artesanías y los restaurantes turísticos. Torres de 10 y más pisos y gente de alto poder adquisitivo, descendientes de italianos, españoles o argentinos. Muchas personas grandes recontra católicas que arman procesiones de santos europeos, acompañados de alumnos del elitista colegio religioso San Juan Evangelista que tiene cuotas imposibles de pagar para los hijos de la clase trabajadora. Estas festividades van acompañadas por la parafernalia de la banda de músicos de los bomberos voluntarios de La Boca. Todo bien, pero cuando se incendia un conventillo tardan en aparecer o no tienen agua para combatir el fuego.

Parte 2. Avenida Almirante Brown para abajo. “Zona de riesgo”. No van ni taxistas después de las 20 hs. La calle Necochea, un par de años atrás llenas de cantinas muy coloridas, con bailarinas de flamenco y zarzuelas. Se comía paellas a la valenciana, infaltable pizza y empanadas gallegas. Pero “finí finí”. Un día se fueron todos al más allá, hacia el río. Ya están los derruidos conventillos, unos peor que otros. Con cada tormenta se vienen abajo y se llueve adentro. ¡Ahí viene la guardia de auxilio del Gobierno de la Ciudad para apuntalar o desalojar por peligroso! Generalmente clausuran y a la pobre gente les dan otro destino con subsidios en hoteles. Luego vía catastro se adjudican y engrosan las inmobiliarias de sus amigos. Reciclan y venden en dólares, así un trabajador no lo comprará nunca. Otros negocios son los estacionamientos de autos para cuando hay partidos de fútbol.
En menos de una semana dos incendios, donde niños pagaron con sus vidas inocentes de 10 y 11 años de edad. Varias personas internadas en el Argerich con asfixia. Como hace 4 años atrás en el que murieron 6 hermanitos, todos juntos, a una cuadra de mi casa, Suarez y Brown.

Es preocupante el triste fin de trabajadores inmigrantes y de provincias que llegamos a Bs. As., ilusionados de vivir mejor y de pronto nos encontramos trabajando muchas horas por nada; ni podemos alquilar, y terminamos en las villas miserias o hacinados en los mismos talleres con nuestros hijos, sin atención ni médica ni alimenticia. Discriminados y maltratados en las escuelas con la mala suerte de morir en incendios como pasó en el taller textil de Luis Viale, donde murieron padres e hijos. Somos nombrados con despreció: “paraguas”, “bolitas”, “perucas”, como culpándonos de la situación que traemos… como dijo y declaró el feroz y monstruoso discriminador, candidato a quedarse en su casa a masticar su amargura porque no lo veo como presidente ni del club de su barrio, el tal Binner del FAP de Santa Fe: “Llegan y arman villas los bolivianos, paraguayos, peruanos y aborígenes”. Culpando y derivando responsabilidades al mejor estilo macrista y kirchnerista. Tirándose la pelota cuando pasó lo del Indoamericano, desalojando con represión y muerte a inmigrantes. O ni que hablar del kirchnerista Gildo Insfrán, asesino de Qom en Formosa. ¡Así solucionan los problemas habitacionales los diversos gobiernos de los patrones!

Para terminar pediré permiso a Daniel Viglietti para nombrar su poema: “La tierra es de nosotras y no del que tiene más. A desalambrar, a desalambrar, que la tierra es nuestra, es tuya y de aquel, de Pedro y María, de Juan y José”.

Por Dora Franco

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