-¿Quién es César Santos del Corazón de Jesús Milani, el flamante jefe del Ejército?

– Milani tiene un largo recorrido en políticas represivas. Podríamos decir que va desde el Operativo Independencia a la ‘década ganada’ kirchnerista. Como tantos otros militares, continúa en la más absoluta impunidad a pesar de haber participado del aparato represivo de la dictadura cívico militar. Está siendo investigado por la Justicia tucumana por su participación en el Operativo Independencia desde 1975, un adelanto del terrorismo de Estado que se implementaría en todo el país en marzo de 1976. Allí se instrumentaron los primeros grupos de tareas y centros clandestinos de detención, entre ellos La Escuelita de Famaillá, donde pasaron 1507 detenidos-desaparecidos, en su mayoría obreros azucareros, de la construcción y peones rurales.

-¿Qué rol cumplió ahí?

– Se sabe que actuó como subteniente especializado en Inteligencia en el Batallón de Ingenieros 141, que actuó bajo las órdenes de los generales Acdel Vilas y Antonio Bussi, genocidas que diezmaron a la vanguardia obrera y estudiantil. Recordemos que, de acuerdo a su especialidad, Milani fue formado bajo la doctrina de Seguridad Nacional, dictada por la Escuela de las Américas, mediante la cual EE.UU. promovía los golpes de Estado en Latinoamérica. Sin vergüenza alguna, el ministro de Defensa Agustín Rossi dijo que el debate sobre Milani “ya está saldado”. Pero la impunidad de los represores no se “salda”.

-¿Es una señal política en su designación?

– Nosotros, que denunciamos el Proyecto X y somos querellantes junto a otros organismos en la causa del infiltrado de la Federal Américo Balbuena, vemos que esta designación de Milani ratifica el rumbo del gobierno en la criminalización de la protesta social y la persecución a delegados y activistas combativos que luchan por los derechos de los trabajadores. Es un claro mensaje de reforzamiento del espionaje interno. Milani fue educado, precisamente, en la búsqueda de ese “enemigo interno”.

Se dijo también que participó del levantamiento carapintada en 1987, donde se exigía impunidad para los genocidas. Una nota de la vieja revista derechista Somos lo muestra junto al entonces teniente coronel Aldo Rico, cuando integraba la Central de Reunión de Inteligencia Militar.

Y las malas lenguas le adjudican a Milani la autoría del Proyecto X. Lo que sí nos consta es que la elección de Milani, como la continuidad del secretario de Seguridad Berni, demuestran la predilección del gobierno kirchnerista por la inteligencia y el espionaje sobre las organizaciones populares, una tarea estratégica cuya única finalidad es blindar un “Estado fuerte” afín a los intereses de los capitalistas. No es casual que fuera él quien respondió a los requerimientos judiciales en la causa donde se investiga a Gerardo Martínez como buchón del Batallón 601 durante la dictadura.

Y parece que además Milani tuvo su propia ‘década ganada’. Desde el propio gobierno, a través del ministro de Seguridad Puricelli, y desde la derecha del PRO lo acusaron de compras irregulares sin licitación y facturas truchas por $150 millones. Algo que no resultaría extraño a juzgar por el notable incremento de su patrimonio y por su cercanía a la crema empresarial y la Iglesia.

El Encuentro Nacional del CeProDH que hicimos el último sábado en Córdoba resolvió una campaña nacional contra esta designación. Asimismo está por salir una declaración de repudio de todos los organismos que nos nucleamos en el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia.