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Notas de tapa

EDITORIAL

El gobierno gira a la derecha, los trabajadores no

El triunfo histórico de la lucha de los tercerizados del ferrocarril Roca que obtuvieron el pase a planta de todos los tercerizados, fue contestado con otro “hecho histórico”.

Manolo Romano

25 de noviembre 2010

El gobierno gira a la derecha, los trabajadores no

El triunfo histórico de la lucha de los tercerizados del ferrocarril Roca que obtuvieron el pase a planta de todos los tercerizados, fue contestado con otro “hecho histórico”. Al día siguiente, la burocracia sindical de la Unión Ferroviaria de Pedraza y la Fraternidad de Maturano lanzaron un “quite de colaboración y trabajo a reglamento” en protesta por “la incorporación de personal tercerizado al Roca”. ¿Hay una prueba más contundente de lo profundamente reaccionaria y antiobrera que es la casta de dirigentes sindicales enriquecidos que apaña el gobierno? La medida afectó a millones de pasajeros no sólo de la línea Roca sino también del Belgrano Sur y Norte, del Mitre y del Sarmiento. No hubo una acción coordinada de este tipo por ambos gremios ni siquiera contra las privatizaciones de Menem en los ‘90, pero sí ahora con el objetivo de mantener a miles en la superexplotación, la desigualdad salarial y defender los propios privilegios de estos dirigentes que, como Pedraza, son ellos mismos los empresarios. No lo pueden decir abiertamente pero, en verdad, este lock out patronal se realizó en “solidaridad” con los 7 procesados de la patota asesina de Mariano Ferreyra, el mismo día que la justicia les dictó prisión preventiva. ¿Qué más necesita la justicia para determinar que los responsables políticos del crimen de Barracas no sólo son los actualmente procesados sino que también se trata de la cúpula sindical por entero que está a la cabeza de los sindicatos ferroviarios?

El hecho pinta de cuerpo entero el carácter de la convocatoria que, en estos días, el gobierno ha dado en llamar el Acuerdo Económico y Social “tripartito” entre la corporación de los industriales de la UIA con los sindicatos de la CGT y el Estado para acordar “precios y salarios”. Un pacto podrido hecho sobre la sangre de Mariano Ferreyra. El anticipo se pudo ver estos días con la firma de la Promoción del Diálogo Social con los empresarios petroleros de la Patagonia y la burocracia sindical de los gremios del sector. “No falta nadie en este acuerdo. Si llegan a cortar algo o se arma lío, los mato a todos, van todos presos” advirtió, jocosa, la presidenta luego de la firma. Por supuesto que sí faltaba en el acuerdo los miles de tercerizados que trabajan en el petróleo bajo el convenio de la UOCRA (ver nota). Otro ejemplo, menos conocido, fue el que firmaron las empresas del sector eléctrico, Edesur y Edenor, junto al “gordo” Oscar Lezcano de Luz y Fuerza. Como allí cientos de tercerizados de Edenor ya se habían manifestado por el pase a planta, el “pacto social” en cuestión, homologado por el ministro de Planificación, Julio de Vido, y de Trabajo, Carlos Tomada, les dio una “solución”. Con las firmas de Alejandro Macfarlane, presidente de Edenor, y Lezcano, se comprometen a incorporar al convenio a 500 tercerizados con la condición expresa “que Edenor reciba un incremento en sus ingresos equivalente a no menos de un 25% del Valor Agregado de Distribución (VAD)”, lo que significaría un incremento de “entre un 7% y un 8% en las tarifas de los hogares” (El Cronista, 23/11). ¡Atan el pase a planta y la equiparación salarial al aumento de tarifas contra la población, como si la Asamblea de Tercerizados del Roca hubiera firmado el compromiso de pasar al convenio ferroviario a costa de aumentar el boleto de tren! Como en todos los casos, el objetivo central de esta política de Estado significa dar “por finalizado el incipiente estado de conflictividad existente entre las partes, manifestando las mismas su compromiso de mantener la paz social”. Las intenciones son claras: poner topes al salario, mantener la precarización laboral y dejar expuestos a las causas judiciales y procesamientos a quienes salgan a desafiarlos con huelgas, cortes de ruta o cualquier tipo de acción directa. Es decir, impedir la lucha de la clase trabajadora que es la que obtiene, como en el Roca, las verdaderas conquistas.

Luego de la muerte de Néstor Kirchner, el gobierno de Cristina, aprovechando su relativo fortalecimiento, viene girando a la derecha, como lo confirma la reciente “bajada de pantalones” (para usar las palabras de Boudou) ante el FMI para “asistencia técnica” al INDEC (ver nota), recostándose sobre el aparato pejotista, promoviendo la unidad con los gobernadores del peronismo sojero en Córdoba y Santa Fe que le permitan quitarle banderas a la desbandada oposición del Grupo A y asegurarse el triunfo en el 2011. Pero la clase trabajadora mantiene intacta sus aspiraciones y, lejos de sufrir derrotas, se viene recomponiendo y obteniendo enormes triunfos como el de los ferroviarios contra una de las conquistas estructurales que obtuvo la clase empresaria en los ‘90.

Queremos llamar la atención que esta situación, en la que el gobierno necesita utilizar a la odiada burocracia sindical para contener las aspiraciones igualitarias de millones, puede y debe ser aprovechada por el movimiento del sindicalismo de base que se viene desarrollando desde el 2001 y en el que la izquierda clasista está llamada a jugar un rol central. La crisis abierta en el ferrocarril, que se ha transformado en el eslabón más débil de la alianza entre el gobierno y la burocracia sindical luego del vil asesinato de Mariano Ferreyra, abre la oportunidad no sólo de fortalecer a las agrupaciones clasistas como la Bordó del Roca sino también de impulsar un amplio frente único de delegados de base para mostrar otro ejemplo a toda la clase obrera, una escuela en la conquista de los sindicatos como herramientas para la lucha de clases, sacándolos de las manos de la lacra de burócratas sindicales y matones a sueldo. En esta perspectiva y luego del gran triunfo ferroviario, los clasistas de la Comisión Interna de Kraft, del Subte, los emblemáticos ceramistas neuquinos que mantienen desde el 2001 a Zanon bajo control obrero, se preparan para reunirse el próximo 11 de diciembre en un nuevo Encuentro Nacional del Sindicalismo de Base, y confluir con los insustituibles aliados del movimiento estudiantil combativo que empezó un ejercicio de lucha en las tomas de colegios y facultades.
El PTS pondrá todos sus esfuerzos en el aprovechamiento de esta oportunidad histórica.

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