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El giro a la derecha de los K y el conformismo

El giro a la derecha de los Kirchner después de los festejos del Bicentenario les deja abierto un flanco izquierdo. En la clase trabajadora la puja salarial y el extendido reclamo del 35% encontró a los ministros Tomada y Fernández en el equipo de los que patean en contra de los aumentos junto a los empresarios.

Manolo Romano

17 de junio 2010

El giro a la derecha de los K y el conformismo

El giro a la derecha de los Kirchner después de los festejos del Bicentenario les deja abierto un flanco izquierdo. En la clase trabajadora la puja salarial y el extendido reclamo del 35% encontró a los ministros Tomada y Aníbal Fernández en el equipo de los que patean en contra de los aumentos junto a los empresarios, incluso en ocasiones a la derecha de los propios jefes sindicales de la CGT. En los sectores medios y universitarios, la penalización de los cortes de ruta que el gobierno quiere dejar como precedente en el caso de Gualeguaychú, va de la mano del giro discursivo hacia la “reconciliación” con las Fuerzas Armadas repentinamente “depuradas” que no cae bien. Pero en el marco de una relativa estabilidad económica, se ha extendido una idea sobre el gobierno nacional, alentada por todo un arco de centroizquierda, que dice que “hizo cosas positivas, otras no” pero que paso a paso todo va ir mejor. De esto desprenden que “hay que apoyar lo bueno y criticar lo malo”. Una idea política conformista ante un gobierno que hace pasar lo “malo” atado a lo que presenta como “lo bueno”. El ejemplo más elocuente es el acercamiento al capital financiero internacional con el canje de deuda en default y el pago con reservas con el argumento que ello sostiene el “nuevo derecho” de la Asignación por Hijo. Así, es presentado como una “necesidad” el inicio de un nuevo ciclo de endeudamiento. Ahora, el gobierno gestiona un crédito del Banco Mundial “por US$480 millones, (con los que) la ANSES tratará de cubrir unos $1.800 millones de los $7.350 millones anuales que prevé la asignación universal de la Caja de la Anses” (La Nación, 13 de junio). El titular de la ANSES, Diego Bossio, los presenta como “480 millones de dólares para sustentar el plan de ayuda social que actualmente llega a 3.677.409 chicos”. Es decir que el “plan de ayuda social” no es “sustentable” sin la asistencia del capital financiero. Un discurso que ya estaba inscripto en el “rol del Estado” durante el propio neoliberalismo y las recomendaciones del FMI en la segunda parte de los ‘90 para “contener la pobreza” y “evitar los estallidos”, más allá de los montos destinados. Lo que es presentado como “un nuevo derecho”, en el caso de los hijos de los trabajadores en negro, es la liberación de las cargas impositivas a los capitalistas sostenidas por el Estado, es decir otra forma de subsidios a los empresarios que significan el grueso del gasto estatal. A los hijos de desocupados se les asigna una asistencia a la que nadie puede oponerse como emergencia, pero se otorga sobre la base de la renuncia de su padre al único derecho real de los trabajadores en el capitalismo, el de ser explotado, manteniendo bajo la malla del Estado al “ejercito industrial de reserva” que la clase capitalista necesita para bajar la masa salarial de conjunto. Lo que propagandiza el kirchnerismo como piezas claves del “modelo de inclusión”, la asignación por hijo y las paritarias donde se puja por aumento de salarios sobre la base de la permanencia de las leyes laborales de los ‘90, son en realidad un operativo de pinzas entre el Estado, y sus punteros e intendentes, y la burocracia sindical de la CGT para reinar sobre la división de la clase trabajadora.

“Reforma política”

Después de la interna radical, el peronismo opositor se congregó en una foto para mostrarse unido y con la promesa de “un candidato común de un espacio homogéneo”. Pero entre Reutemann, Duhalde, el misionero Puerta, Rodríguez Saá y Felipe Solá, de homogéneo hay poco. Ante la indecisión de Reutemann de lanzar su candidatura, dentro del espacio peronista de derecha algunos tienden lazos para un acuerdo con Macri.
Duhalde, el gestor del encuentro, duda entre esa variante y la de participar en la interna peronista; y Felipe Solá anunció que va a ir “por fuera” de lo que resuelva las elecciones del PJ. Hugo Moyano, en su carácter de jefe de la CGT y del Consejo del partido, dijo que los presentes “tienen muy poco que ver con el peronismo”, borrando de un plumazo el apoyo que dio al efímero gobierno de Rodriguez Saá y, sobre todo, la estrecha “lucha” de Moyano junto a Duhalde en la “alianza devaluacionista” pre-2001. Lo cierto es que De Narváez, que llegó tarde y “no salió en la foto”, un día después disparó contra Macri por “gorila y derechoso”. La intención de “el Colo” es presentarse como un peronista de los últimos días para negociar su participación dentro de la interna que convoca Kirchner. Según medios que, como ˜ámbito Financiero, conocen las comidillas de la burguesía, el empresario derechoso se presentó ante Bill Clinton, que estuvo en Buenos Aires días pasados, como candidato a gobernador de Buenos Aires. El empresario Pro-peronista, ganador del 28 de junio, intentará negociar competir con el oficialismo en la interna, si este retira la candidatura de Scioli en la provincia, eyectándolo como eterno candidato vicepresidente y facilitando a De Narváez el triunfo a gobernador aunque su lista del peronismo opositor pierda en la disputa por la candidatura presidencial. No es de ninguna manera seguro, pero es una alternativa extrema que baraja el oficialismo para, de todas formas, terminar asegurándose la atracción de los votos de derecha en el 2011; mientras que, desde la centroizquierda, el “político nuevo” Sabattella podría participar con otra lista a gobernador bajo la misma fórmula nacional K. Más allá de lo que termine resultando de aquí hasta el largo tiempo en que se definan las candidaturas para las presidenciales, nos interesa resaltar que mientras por arriba los Kirchner aparecen junto a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, su intento de recomponer el sistema bipartidista con la nueva ley de internas abiertas va a engendrar resultados “monstruosos”. La “reconstrucción” radical bajo el proyecto de “Ricardito” Alfonsín, junto a Carrió y Binner con un perfil de socialdemocracia sojera, incluye la vuelta del ajustador neoliberal López Murphy al “pan-radicalismo”. No es de descartar que la interna abierta peronista termine arrojando una fórmula del tipo de “Kirchner presidente, ‘el Colo’ gobernador”.

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