Cobos, comenzó su gestión devolviéndole el poder de mando a la cúpula policial e inició con ella una oleada de ataques represivos que tuvo como resultado un promedio de 10 muertos en casos de violencia institucional por año, según datos de la Correpi. Entre estos, se destacaron los casos de Gatillo Fácil, que incluyeron en pocos meses el Fusilamiento de Mauricio Morán de 14 años cuando reprimían familias que tomaban piedras de carbón de un tren de la empresa Repsol (que deja en la provincia menos 180 de los 1500 millones de dólares que para ese entonces facturaba anualmente) para calefaccionar sus hogares de emergencia. Jonathan Oros (18 años) ultimado cuando estaba detenido en una acequia con el rostro contra el piso. Jonathan Chandía (19 años) retenido en una comisaría, torturado y finalmente fusilado.

Ante la “crisis de inseguridad”, convocó a los torturadores de la dictadura militar hoy al frente de las agencias de seguridad, para promover un rol más activo en la seguridad pública. (Jaque daría continuidad a esta “modalidad”: Ver “Porqué hay Genocidas en el Gobierno de Mendoza” en www.pts.org.ar).

Se despediría de los trabajadores a fines de noviembre, con la brutal represión a los ajeros de Campo Grande que tuvo como resultado más de 60 heridos y la muerte de Juan Carlos Erazo. Cuando los trabajadores protestaban contra la esclavista e ilegal Cooperativa Colonia Barraquero que pertenecía al, hasta hacía poco Ministro de Seguridad de su gobierno, Miguel Bondino (responsable de la policía durante los fusilamientos de menores mencionados arriba).