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Libertades democráticas

CAUSA LOPEZ: 2 AÑOS DE ENCUBRIMIENTO

El diablo metió la cola

La Verdad Obrera entrevistó a Myriam Bregman del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH), quién junto con otros abogados del colectivo de organismos Justicia Ya La Plata, representó a Julio López en el juicio oral contra el genocida Etchecolatz.

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19 de septiembre 2008

LVO: Myriam, se cumplen dos años de la desaparición de López en un marco convulsionado. Kirchner dijo “El caso López es una de mis grandes frustraciones… hay gente que trabaja para la impunidad y generar terror”...

MB: sí, cada vez que se acerca un aniversario, hay declaraciones de los que deberían dar respuestas y no meras opiniones diluyendo su responsabilidad. También hubo manifestaciones diciendo que Julio estaría muerto del ex ministro Arslanian y del propio juez Corazza que instruye la causa. La jugada que se monta la podríamos definir como muy audaz. Los funcionarios (políticos y judiciales) que deberían dar las respuestas salen a vociferar suposiciones nefastas, para ir sembrando la idea de que nada sucederá en la causa y que López será un desaparecido sin rastros… otro más, nuevamente.

Para que sea completo, falta algo más. Que la culpa sea de la víctima. Aunque cueste creerlo, Alfredo Gascón, el abogado de la familia López, acaba de presentar una denuncia penal contra los que representamos a Julio en el juicio. Exige a la justicia federal que investigue la responsabilidad de los funcionarios judiciales por no haber resguardado la integridad de López y la denuncia la extiende a los abogados de Justicia Ya! que representamos a Julio en el juicio contra Miguel Etchecolatz.

LVO: ¿Cómo es esto?

MB: Denuncia a los que entiende “deberían haber cuidado a Julio” y entre ellos a los abogados, a sus compañeros de militancia en esta lucha contra la impunidad. El encubrimiento de los organismos del Estado y sus responsables políticos convirtieron esta causa en un monumento a la impunidad, pero ahora somos los abogados de Justicia Ya! que lo representamos a Julio quienes tendremos que dar explicaciones en la justicia.

LVO: Es volver a aquel latiguillo que utilizaba la derecha para justificar las desapariciones durante la dictadura: “por algo será”…

MB: Exactamente. O cuando los genocidas le decían a las Madres “se hubiesen preocupado antes por sus hijos” o cuando le echaban la culpa a “las amistades” de los militantes secuestrados. Es algo muy serio, y perverso. Es un tiro por elevación que intenta cuestionar a todos los que militamos para cambiar este sistema social; y también la naturalización de la represión, los secuestros, las desapariciones. El mensaje no por siniestro deja de ser simple: “no milites ni te comprometas, no te metas ni te juntes con los que luchan que del otro lado hay un Estado o grupos paraestatales que te la van a dar”. El militante, en este caso Julio López, pasa a ser víctima no de sus victimarios, los genocidas, sino de lo que piensa o, peor aún, de su “entorno” que lo llevó “por el mal camino”. Contrariamente el mensaje es que lo que se debe hacer es bancarse las injusticias sin chistar. La denuncia que hizo este abogado no tiene desperdicio en este sentido.

LVO: ¿Creés que él sabe lo que significa esta denuncia?

MB: Mirá, ayer, miércoles 17, en una audiencia del Juicio por la Verdad de La Plata tuvo que declarar el que era jefe de personal de Propulsora Siderúrgica en la dictadura, sindicado por sobrevivientes de los campos de concentración como aquel que entregaba las listas de quienes serían secuestrados en esa fábrica. El ex delegado gremial Carmelo Cipollone denunció el rol de este personaje y contó cómo fue llevado por la Marina al Liceo Naval el mismo día del golpe, con otros trabajadores de Propulsora y con obreros secuestrados del Astillero Río Santiago y del frigorífico Swift.

Hoy la empresa se llama SIDERAR y está en manos del grupo Techint, y este personaje que se llama Ricardo Cortaletti sigue en la misma y es el jefe de relaciones laborales. ¿Sabés con quién se presentó como su abogado para esta declaración en el Juicio por la Verdad? Con el mismo Doctor Gascón. Nilda Eloy decía cuando salió de la audiencia “Ver a Gascón sentado ahí al lado de un tipo que entregó a compañeros que todavía hoy permanecen desaparecidos, realmente ya fue demasiado para el día de hoy…”

LVO: ¿Le ven alguna relación con la política más general sobre derechos humanos?

MB: Todo esto se da en un contexto en que hay sectores muy fuertes de la derecha que pelean por ampliar el concepto de lesa humanidad y volver a la teoría de los dos demonios queriendo que “se juzguen las acciones de las organizaciones guerrilleras”. Y por otra parte está la política oficial, más allá del discurso. En este tiempo, desde la desaparición de Julio, objetivamente se avanzó muy poco en la condena a los responsables del genocidio. Eso envalentona a los represores y a quienes los apoyan. De hecho se está instaurando un nuevo Punto Final, no se avanza más allá de los que ya están identificados por las víctimas o los que ocupaban importantes puestos en la cadena de mando. En ese contexto hay que mirar lo que pasa en la causa por la desaparición de Julio.

LVO: ¿Cómo influye ese límite de responsabilidades que denunciás?

MB: Muy concretamente. La desaparición de Julio sacó a la luz que no se va a avanzar contra los miembros de las fuerzas represivas que están en funciones, más allá de algún caso marginal. El caso de Julio topó con ese muro y por eso cada pista seria de la investigación se frustró.

LVO: Se priorizó la famosa “gobernabilidad de la fuerza”...

MB: Sí, ya Solá había anunciado la política que hoy continúa Scioli: no se va a afectar “la gobernabilidad de la fuerza”, lo que es lo mismo que decir que no se va a avanzar en nada que afecte a quién debería estar siendo investigada como primer paso, la bonaerense con sus 9000 policías que vienen de la dictadura en funciones y sus redes con los genocidas retirados.

La policía entendió el mensaje. En estos dos años la impunidad ha avanzado. A la desaparición de Julio debemos sumarle los secuestros no esclarecidos de Gerez y Puthod; hace poco fueron secuestrados Pablo Micheli y Nahuel Pino de la CTA. La misma bonaerense militarizó FATE y reprimió en MAFISSA.

LVO: ¿Qué perspectivas ves en esta lucha?

MB: Creo que el gran desafío que tenemos por delante es que cada luchador, cada trabajador, cada militante social o popular, comprenda que la causa por la aparición de Julio López es inescindible de sus demandas. Porque esa desaparición y la impunidad de sus secuestradores fortalece al aparato represivo del Estado y le da un gran mensaje de que tienen vía libre para actuar, como han actuado y como lo volverán a hacer cada vez que el régimen económico y social que instauró la dictadura se sienta amenazado.

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