En los 40 días de huelga surgió un bloque que intentó en diversas situaciones ser una alternativa a la política de la conducción de ATEN capital y provincial. Lo conformamos seccionales docentes opositoras como Senillosa, Picún Leufu, a las que después se sumó Plottier y agrupaciones como la Negra, Púrpura y Colorada. Al principio de la huelga, este bloque se expresó en el acuerdo de sostener la exigencia de salario igual a la canasta familiar y desde la asamblea del martes 10 claramente detrás de 2 mociones: no negociar con Sobisch en el gobierno y seguir el paro llamando a una asamblea provincial de trabajadores. Ese día era el momento justo para darle el golpe decisivo al tambaleante Sobisch. La moción de no negociar con el asesino fue votada en contra por la conducción de la Naranja (MST, MIC, independientes) y la minoría de la seccional capital (agrupación Rosa) secundados, esa vez, por Tribuna Docente-PO.
La asamblea provincial de trabajadores era el único camino que, uniendo las fuerzas de toda la clase obrera provincial junto a los estudiantes y demás sectores populares podía dar pasos en la preparación de la huelga general para echar a Sobisch.

Pasada una semana del acampe frente a gobernación una importante acción fue la marcha y acto del lunes 16 cuando miles cantaban por la unidad de los trabajadores, la necesidad de la huelga general para echar a Sobisch y "vengar" la muerte de Carlos.
En el acto, por primera vez -ya que la dirección de ATEN venía negándole la palabra en las asambleas- pudo expresar el sindicato ceramista y Zanon a viva voz la moción de "asamblea provincial de trabajadores". (ver discurso A. López) Esta, que era la única propuesta posible para que el conflicto se profundizara y retomara energía fue tomada por cientos de docentes que la aplaudieron en el acto. Al día siguiente fue defendida por nuestra Agrupación, La Negra, y las otras que forman el bloque opositor logrando la votación mayoritaria en la asamblea (674 votos) derrotando a la conducción de la Naranja, que junto a la Rosa se opusieron encrespadamente, llegando a plantear que una asamblea provincial de base seria disolver a ATEN (sic) y sacaron solo 260 votos (entre ellos los del MIC y MST). A pesar de la derrota de la política (de la conducción) de mantener separados a los trabajadores, cada uno peleando sus reivindicaciones (lo que llamamos "sindicalismo corporativo"), la impusieron en la práctica. Pese a que la propuesta de Asamblea Provincial tuvo el apoyo de 7 seccionales y ser mayoritaria en la provincia, la decisión del Plenario de Secretarios generales primó por encima de la voluntad de la base. No es casualidad que un sindicato de otro tipo, como el ceramista, fuera el que impulsara esta moción empalmando con el sentimiento de la mayoría docente. En el SOECN la que decide es la asamblea por encima de cualquier cuerpo orgánico.

Una pregunta que cruzó la asamblea
En la asamblea intervino Sandra Rodríguez (la compañera de Carlos Fuentealba) y se preguntaba ¿cuántos compañeros van a salir a luchar el año que viene si Sobisch no renuncia? "¿Quiénes creen que es posible echar a Sobisch?"
Cuando la pregunta retumbó en la asamblea, ante el silencio general, sólo algunas decenas levantamos la mano, en una demostración palpable de que el momento político más álgido de la crisis de Sobisch, con decenas de miles pidiendo su renuncia, había sido desaprovechado una semana antes.
No obstante, cuando Sandra se retiraba de la asamblea, surgió un aplauso espontáneo y de pie, y el grito de Fuera Sobisch se extendió por todo el salón en forma conmovedora.
Sorprendentemente Silvia Venero (MIC), secretaria adjunta de ATEN Capital tomó el micrófono pretendiendo tapar el clamor creciente con el tradicional cantito "vamos docentes.....". Esta actitud, que ya parecía un insulto a las intervenciones de la compañera de Fuentealba, fue completada acto seguido por su intervención: "podemos volver a trabajar con el bolsillo lleno o el bolsillo vacío". Fue abucheada y silbada. Aún así agregó la moción de "sentarse a negociar con un funcionario de Sobisch que elijamos nosotros" (que era precisamente la propuesta pública del gobierno asesino), que sólo consiguió 114 votos.
La crisis, aun no cerrada, en Neuquén desnudó la política conciliadora de corrientes como el MIC y el MST.