Las versiones de “estatización” de Telecom fue tapa de los diarios el 19 de enero, como parte del discurso del ministro De Vido y de Cristina Kirchner de quitarle la concesión a Telecom si la parte italiana, dirigida hoy por Telefónica, no vende su parte. Telefónica, asociada a cuatro firmas italianas, es parte controlante del 50% de Telecom Argentina, y monopolizaría entonces el negocio de las telecomunicaciones. El otro 50 % está en manos del grupo nacional Werthein, capitalista amigo del gobierno. Esta nueva reconfiguración en el mercado de las telecomunicaciones se dio en el primer semestre del 2007.

Pero lo que está en cuestión aquí no es la estatización de la empresa sino qué grupo económico nacional se quedaría con el 50 % de Telecom. El gobierno viene siendo principal sostén de que estas empresas sigan en manos privadas, sean capitales extranjeros o nacionales. Fue este gobierno el que les renovó la concesión de la privatización menemista, entregándoles también la propiedad del cableado subterráneo de interconexión.

Es de público conocimiento el interés del Grupo Eurnekian en comprar la empresa Telecom. A éste hoy se suman Irsa, de Eduardo Elsztain, con una oferta que ronda los US$ 600 millones, y competirá contra Eduardo Eurnekian y Ernersto Gutiérrez, que perdieron el aval del magnate mexicano Carlos Slim, pero sumaron a los empresarios locales Martín Garfunkel (BGH) y la familia Sielecki (laboratorios Phoenix). Cóndor (Carlos Joost Newbery) prometió US$ 835 millones, mientras que Genevieve Financial Corp (conformada en Panamá, con accionistas desconocidos) habría hablado de US$ 901 millones.

Aunque había más interesados originales (los grupos Clarín y Román, el fondo Pegasus, etc), Credit Suisse y Telecom restringieron la lista de las empresas con las que conversan.

La familia Werthein, dueña de la otra mitad de Nortel -la sociedad que controla Telecom Argentina, no ven con malos ojos a Eurnekian.

La posición de FOETRA

Horas después de la conferencia de prensa de De Vido, el secretario general Osvaldo Iadarola declaró en los medios que “los trabajadores de Telecom estamos en condiciones de operar el servicio en 24 horas, si las autoridades deciden quitar la concesión a la compañía”. A los dos días publicaron en una solicitada en Clarín el comunicado N° 833, en nombre de los trabajadores de FOETRA y FATEL (Federación Nacional), apoyando las declaraciones del ministro y comprometiéndose “a seguir de cerca el desarrollo de las acciones del Gobierno Nacional en defensa del servicio publico telefónico y el fortalecimiento del sector de las telecomunicaciones”.

La actual conducción de FOETRA (Lista Azul y Blanca) viene dirigiendo el gremio desde hace 13 años y poco y nada hizo por la “defensa del servicio público telefónico”, mucho menos en levantar la política de estatización. Al contrario de esto, fue el mismo Iadarola que siempre ha planteado “trazar una diagonal” entre capital privado y estatal. O sea un 50% privada y un 50% estatal. Una versión particular del ‘fifty-fifty’ (mitad-mitad) que pregonaba el peronismo en el reparto de la renta nacional.

Lo que si vienen haciendo desde hace un tiempo para acá es fortalecer el negocio empresario en las telecomunicaciones. Hace rato que en el gremio vienen dejando la aplicación de la polifuncionalidad que proponen las empresas y la tercerización del trabajo. Hace tiempo que los telefónicos sufrimos la prepotencia patronal tanto de Telecom como de Telefónica, que continúan deslocalizando actividades laborales y vaciando edificios históricos. Hace rato que vienen reventando las especialidades, imponiendo techos salariales y atacando nuestras conquistas y derechos laborales.

La dirección de FOETRA, como dicen claramente el comunicado y los dichos de Iadarola, dejará en manos del gobierno cualquier decisión que se tome el respecto.

Evidentemente el gobierno no quiere ningún tipo de estatización sino jugar para algún grupo económico nacional. La Azul y Blanca, dirección del gremio, sale en su apoyo, incondicional.

Los telefónicos de la Agrupación Violeta creemos que la única salida a favor de los trabajadores es la nacionalización sin pago, bajo gestión de los trabajadores y los usuarios populares, y que esta debe ser una perspectiva levantada por el conjunto del gremio telefónico, no sólo de Telecom sino también de Telefónica. Que las telecomunicaciones tengan como fin brindar un servicio acorde a las necesidades de los trabajadores y el pueblo, ofreciendo una tarifa fija y universal, servicio telefónico y de Internet gratuito para las escuelas y hospitales estatales, para los jubilados y desocupados. Un salario acorde a la canasta familiar para todos los telefónicos. Convenio único para todos los trabajadores de las telecomunicaciones en base a las actuales condiciones. El pase a planta permanente de todos los tercerizados, entre las principales demandas.
Esto sólo lo lograremos con la fuerza de los telefónicos a nivel nacional, en unidad con los usuarios y demás sectores gremiales, buscando la coordinación con todos los trabajadores de las empresas privatizadas de los servicios básicos para la población.

En este sentido, la dirección del gremio debe realmente abrir esta discusión, lo mismo la FATEL a nivel nacional. Para que seamos justamente quienes manejamos las empresas, el conjunto de los telefónicos, quienes decidamos qué política levantar para lograr la estatización, bajo gestión de los trabajadores y usuarios, de las empresa telefónicas.