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Mundo Obrero

El auto en el garage

No es que el valor de los precios hasta el 2009 nos haya permitido darnos algún “gustito”, pero hay cosas que eran parte de nuestros días y que hoy ya no lo son.
En la ex jabón federal el joven trabajador medio, que durante varios años hizo horas extras para llegar a comprarse ese auto (aunque le había puesto equipo de gas), hoy lo guardó toda la semana porque sólo alcanza para salir el sábado a la noche.

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25 de febrero 2010

por Franco

No es que el valor de los precios hasta el 2009 nos haya permitido darnos algún “gustito”, pero hay cosas que eran parte de nuestros días y que hoy ya no lo son.

En la ex jabón federal el joven trabajador medio, que durante varios años hizo horas extras para llegar a comprarse ese auto (aunque le había puesto equipo de gas), hoy lo guardó toda la semana porque sólo alcanza para salir el sábado a la noche. Optó por volver a agarrar la playera desinflada y ponerla lista para ir y volver, con frío o calor, todos los días hasta la fábrica. Ya no puede darse el gusto de dormir unos minutos más, y ni siquiera llega para tomar el colectivo donde viajó dos años apretado y parado. “Pero no te creas que el sábado voy a bailar donde siempre me gustó - dice -, me quedo en el Pub que no cobra entrada.

El otro de más de 30 años y con hijos, ya no va al almacén a comprar algo rápido. Compra hasta los pañales de menor calidad y de a bolsones enormes que te hacen precio, en los mayoristas. Vuelve a su casa en el colectivo (nada de remís), cargando bolsas de 10 kilos de arroz, fideos y tras cosas. Eso sí; de todo menos carne.

Pero hasta el mecánico que cobra más que el resto, su sueldo tampoco le alcanza. Como venia más o menos bien, se compró algunas cosas con la tarjeta que pensaba pagar metiendo algunas extras. Pero cuando fue a buscar el recibo, se dio cuenta que le habían descontado casi 500$ de ¡impuesto a la ganancia! – “Nunca más me quedo hasta las 6 de la tarde”, pensó.

Y el que cansado de un año de trabajo tuvo que resignar sus vacaciones y prefirió utilizar la plata para hacerle la pieza a su hijo, terminó aprendiendo él mismo a pegar ladrillos. Encima el precio de los materiales no le permitió más que levantar las columnas y dos paredes.
Mientras tanto, el que va a las paritarias sin que lo haya elegido ningún compañero de trabajo, nos cuenta al pasar y con apuro, que va a salir algo para abril.
Desde las puertas de los baños, pasando por cada sector y cruzando la avenida, el reclamo de aumento salarial ya, se siente cada vez con más fuerza.

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