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Mundo Obrero

El Subte retomó la lucha

Una vez más, en las seis líneas y el premetro, con la sincronización que sólo es posible gracias al enorme apoyo de todos los compañeros, el paro del miércoles, se cumplió tal cual lo estableció el último plenario de delegados.

Claudio Dellecarbonara

8 de octubre 2009

Una vez más, en las seis líneas y el premetro, con la sincronización que sólo es posible gracias al enorme apoyo de todos los compañeros, el paro del miércoles, se cumplió tal cual lo estableció el último plenario de delegados.

Las provocaciones de la UTA, con el visto bueno de la patronal, no tuvo resultado. Apenas logró armar un pequeño incidente en la estación Constitución de la “C” con un puñado de adeptos. En el resto del subte se impuso la clara superioridad de los activistas de la nueva organización gremial.

Después del compás de espera de las últimas semanas, la reclamada medida, tonificó el ánimo de los activistas que tomaron en sus manos la organización del paro. Lejos de amedrentar, las apretadas de la empresa, con suspensiones, ascensos pactados por la UTA para fortalecer al sindicato y la verdadera provocación de imponernos el descuento compulsivo del 1% de nuestros sueldos a favor de la odiada burocracia, viene generando cada vez más bronca. Ahora hay que continuar por este camino, sin treguas innecesarias que la patronal aprovecha para intentar cambiar el eje del conflicto.

Es necesario un giro en nuestra lucha

 En el cuerpo de delegados venimos llevando adelante un importante debate sobre cómo seguir nuestra lucha. Hay compañeros que creyeron que con lo hecho hasta ahora se podía ganar. Pero, si hay algo que quedó claro en las últimas semanas es la absoluta negativa del gobierno de los K y su Ministerio de reconocer nuestra organización. Desde estas páginas venimos alertando sobre lo que Tomada hoy no tiene empacho en reconocer: que, sometido a las presiones de la UTA, no va a darnos lo que es nuestro. Si hacía falta más elementos la lucha de los trabajadores de Terrabusi demuestra hasta qué punto ellos son garantes de las corporaciones como Kraft y la burocracia de la CGT.

La mayoría de la “B”, junto con muchos compañeros de otras líneas hemos planteado la necesidad de sostener un plan de lucha sistemático con claridad a quién tenemos que enfrentar y quiénes son nuestros aliados. El rechazo del Ministerio a nuestro pedido así como el desenmascaramiento del gobierno de los Kirchner en la huelga de Terrabusi muestra a las claras que todas las medidas de lucha progresivas que votemos en las próximas asambleas, tienen que estar encaminadas a lanzar una gran campaña nacional e internacional de largo aliento denunciando que en la Argentina de los Kirchner no hay democracia sindical como lo demuestra el Subte y Terrabusi. Nuestras medidas de lucha en el lugar de trabajo, marchas y afiches por toda la ciudad deberían hacer esta clara denuncia.

Necesitamos aliados firmes para triunfar

La gran lucha en curso de los trabajadores de Terrabusi puso en el centro de la discusión nacional la representación de base de los trabajadores, sus cuerpos de delgados y comisiones internas. Es una verdadera estrechez de miras no ver que en la confluencia de estos procesos, como de otros menos notorios que se desarrollan en la clase trabajadora y los que vendrán está el destino de quienes apostamos a la construcción de un sindicato independiente y clasista. Con Terrabusi marchamos juntos en el acto de la CTA por la libertad sindical aprovechando esa instancia para unificar nuestro reclamo, a pesar que su dirección no había movido un dedo por la lucha y ya habían pasado 40 días de huelga y el desalojo violento. En ese momento, y con la posibilidad de poner a Tomada contra la pared, en lugar de incrementar alguna coordinación, se impuso un compás de espera. Un llamado del Ministerio que no prometía la menor concesión postergó la acción en ese momento clave.

El Cuerpo de delegados del subte que con la última medida de fuerza volvimos a mostrar que somos la verdadera representación de los trabajadores, tenemos que escapar del destino que permanentemente tienen las campañas de la CTA que hace años vienen fracasando en su política de presionar por su reconocimiento pero sin enfrentar los chantajes del gobierno.

Sus dirigentes deberían dejar de ubicarse como “semi-oficialistas o semi-opositores” y encarar junto a los compañeros del subte una lucha seria por la libertad sindical levantando un programa que responda a las acuciantes demandas de los trabajadores.

Nosotros debemos inspirarnos en otros ejemplos. Nuestra difícil tarea, que reconozcan un sindicato independiente en un medio de transporte clave en la Capital, debe tomar experiencias como la sostenida lucha de los obreros ceramistas hasta conseguir la ley de expropiación o la de los compañeros de Terrabusi que, en muy duras condiciones y enfrentando la principal alimenticia de los EE.UU. hicieron oír su voz en todo el país.

Nosotros, tenemos la ventaja de que no pueden entrar tan impunemente y saturar el subte con la policía federal, expulsar a los delegados y rodear nuestro lugar de trabajo con alambres de púa como están haciendo en Kraft. Aunque para sectores de la derecha, que le vienen imponiendo gran parte de la agenda política al gobierno, esa es una perspectiva.

Mientras discutimos las próximas medidas debemos profundizar este importante debate para seguir dando pasos en la construcción de un sindicato de lucha e independiente al servicio de mantener y avanzar en nuestras conquistas y de los procesos de reorganización obrera que están surgiendo con los que confluir.

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