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INTERNACIONAL

Brasil | Agrupación "Pão e Rosas" ante la llegada de Bergoglio al país

El Papa y el Vaticano, ¡saquen las manos de nuestros cuerpos!

El último día 11 de julio, la clase obrera protagonizó un importante día nacional de actos y protestas, con cortes de calles y paros. El día nacional de luchas marcó su entrada en escena, después de un mes de intensas movilizaciones de masas, que hizo temblar la estructura del gobierno cuestionando la creciente precarización de la salud, la educación, el transporte y las condiciones de vida de la población, además de gastos exorbitantes del Estado para los mega eventos de los que Brasil será sede.

Agrupación de mujeres y diversidad sexual Pão e Rosas de Brasil

25 de julio 2013

Por Livia Barbosa y Marie C., militantes del grupo de mujeres y diversidad sexual P˜ão e Rosas de Brasil

El último día 11 de julio, la clase obrera protagonizó un importante día nacional de actos y protestas, con cortes de calles y paros. El día nacional de luchas marcó su entrada en escena, después de un mes de intensas movilizaciones de masas, que hizo temblar la estructura del gobierno cuestionando la creciente precarización de la salud, la educación, el transporte y las condiciones de vida de la población, además de gastos exorbitantes del Estado para los mega eventos de los que Brasil será sede.

El gobierno del PT y la misma Dilma enfrentan las innumerables reivindicaciones de la población, en un país que prometía ser la potencia y ofrecerse como alternativa a la crisis que se abrió en el 2008, ya que continúa con una tasa de desempleo en 5,8%. No saben cómo responder al sentimiento que los trabajadores y el pueblo vuelven a sentir de que es necesario luchar y es posible vencer. Después del claro intento de desvío de las movilizaciones con la propuesta de un plebiscito nacional por una reforma política, la presidente fue obligada a pronunciarse, alegando que “Oye la voz de las calles” y que las manifestaciones son legítimas. Nada de eso fue sin represión.

Es en ese escenario nacional que en los próximos días Dilma recibirá de brazos abiertos al Papa argentino Jorge Bergoglio, de “manos dadas” con Cristina Kirchner y Sebastián Piñera (maestros en reprimir las recientes movilizaciones en Argentina y Chile y que también siguen prohibiendo el aborto mientras miles de mujeres mueren diariamente).

Este Papa tan bien recibido por el gobierno brasilero fue aliado de la sanguinaria dictadura argentina, incluso entregando militantes de izquierda y miembros de la propia Iglesia que se ubicaban contra el Estado, y hoy expresa el colmo de la hipocresía y de la contradicción, al decir que apoya las manifestaciones de la población, desde una institución que posee un banco cuya fortuna es valuada en 6 mil millones. Así, se espera a miles de jóvenes que lleguen a Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud, evento organizado por la Iglesia Católica y los gobiernos federal y local.

A pesar de la hipocresía del Estado que se dice laico, sabemos que la Iglesia es uno de los pilares fundamentales que sustentan el sistema capitalista y prueba de eso es que los gobiernos federal, estadual y municipal solventarán nada menos que R$ 118 millones de los cofres públicos en gastos con la visita papal, y según el propio gobierno, la Iglesia debe recaudar como mínimo cerca de R$140 millones con las tasas de inscripciones de “sus fieles”. Una de las preguntas que tenemos que hacernos es a dónde va toda esa fortuna. ¿Irán a los cofres de la Iglesia católica y el modo de vida altamente suntuoso de los padres y obispos? ¡Hablan hipócritamente en nombre de la “justicia social” y contra la miseria y la pobreza en el mundo mientras ni siquiera trabajan y mantienen un gran contingente de curas pedófilos y viven bañados en oro!

Tanto la FIFA como el Vaticano, luego de la mayor movilización de la juventud de las últimas décadas que denunciaba la precariedad de los servicios públicos y las condiciones de vida, vienen a Brasil para realizar mega eventos, bancados con millones por el Estado brasilero, mientras las condiciones de vida de la población no se alteraron. No por casualidad, hasta el mismo Papa tiene que decir que son “justas” las reivindicaciones del pueblo brasilero, queriendo ubicarse como “parte” de esta movilización. Nada más hipócrita.

Como no podía dejar de ser, Dilma, Cabral y Paes organizaron un absurdo efectivo policial destinado a mantener el orden burgués y reprimir las manifestaciones que tendrán lugar en los próximos días en Río de Janeiro. Oficialmente el “trabajo” de la policía en la represión de las movilizaciones de julio contabiliza 15 muertos, de los cuales 13 fueron asesinados en el Complejo de Maré, en el mismo Río de Janeiro. La ciudad que ya desde antes se encontraba militarizada debido a los eventos en los que Río comienza a ser sede, contará con más de 14 mil policías y militares, incluyendo las Fuerzas Armadas y soldados de civil. Esto es expresión de cómo el Estado, el Vaticano y las mega empresas contratadas para el evento se arman hasta los dientes para garantizar sus ganancias mientras la población siquiera tiene acceso a condiciones básicas de vida.

La vinculación del gobierno brasilero con la Iglesia católica no es de hoy. En el 2008 fue reafirmado el Acuerdo Brasil Vaticano, que concede a la institución la exención fiscal y determina que todas las escuelas públicas garanticen la enseñanza religiosa como extra-escolar, combatiendo el carácter laico del estado y la educación. Además de esto, la “Carta al Pueblo de Dios”, dirigida a la población evangélica antes de su elección, muestra a Dilma rifando los derechos de las mujeres y de LGTTBIs a cambio de bases aliadas y más influencia en áreas más valiosas para su partido.

En el último período, Dilma llegó al nivel absurdo de ser connivente con la entrada en la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de uno de los más asquerosos reaccionarios representantes de la bancada evangélica, el diputado federal y pastor Marco Feliciano (PSC-SP) que tiene un amplio historial de declaraciones homofóbicas y racistas y es uno de los mayores entusiastas de los proyectos de ley “Estatuto do Nasciturus” y “Cura Gay”. En estos últimos días, otro escandaloso ataque a los derechos de las mujeres surgió por parte de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) que exige que Dilma vete un proyecto que reglamenta la atención de emergencia a las mujeres víctimas de la violencia sexual, impidiendo así que tengan acceso a la profilaxis, o sea, medicamentos contra enfermedades sexualmente transmisibles, cócteles anti-HIV, pastilla del día después y tratamiento psicológico. Es un ataque brutal a los derechos humanos y a los derechos de las mujeres.

Esta es solo una prueba más de que a la Iglesia y estos sectores ultrarreaccionarios no les importa que miles de mujeres mueran a causa de los abortos clandestinos anualmente, que sean violadas e impedidas de tener cuidados médicos u obligadas a cargar en sus cuerpos un fruto de la brutal violencia como es la violación. Las mujeres siguen sin derechos para decidir sobre su propio cuerpo. ¡Siguen siendo condenadas a la muerte por un Estado que les saca el derecho de autonomía y de decisión y por una Iglesia que quiere obligarlas a tenerlos aún siendo fruto de la violencia!

Respetamos a las mujeres, a los trabajadores y a la juventud en su decisión religiosa pero denunciamos firmemente a la Iglesia, al Papa y al Vaticano que viven en el lujo a costa de la fe de la población pobre y trabajadora. No debemos tener ninguna confianza en un Estado que gasta millones recibir a un representante de una Iglesia manchada de sangre, que dirige diversos ataques a la juventud, a los trabajadores y condena las religiones africanas. Que excomulga a una familia por haber luchado por el derecho al aborto de una niña de apenas 9 años violada en Pernambuco como sucedió en el 2009. ¡Un representante responsable por persecuciones políticas y aliado de la dictadura argentina, que se refiere a las relaciones homosexuales como “obras del demonio”! ¡No se puede confiar en una institución que condena a miles de mujeres a la muerte por aborto clandestinos! ¡No se puede confiar en una institución que condena al suicidio a miles de LGTTBLs!

¡Fuera el Papa y el Vaticano! ¡Saquen sus manos de nuestros cuerpos! ¡Separación e la Iglesia del Estado! ¡Fin del acuerdo Brasil-Vaticano!

¡Basta de mujeres muertas por aborto clandestino! ¡Educación sexual en todos los niveles escolares, distribución de métodos contraconceptivos de calidad por el Estado y derecho al aborto legal, seguro y gratuito!

¡Fuera Feliciano y toda la Comisión de Derchos Humanos de la Cámara! ¡Archivo del Estatuto del Nasciturus (Bolsa-Violación) y de la “Cura-gay”!

¡Expropiación de toda la riqueza de las Iglesias Evangélicas y católicas! Destinar este dinero y los R$118 millones para ecuación, salud y transporte gratuito y de calidad! Basta de privilegios a los curas, que vayan a trabajar! ¡Castigo a los curas pedófilos!

¡Basta de asesinatos a los homosexuales, travestis, transexuales! ¡Por la libre determinación de los cuerpos y construcción física libre de género!

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