El PO insiste en analizar el conflicto de los metalmecánicos de Córdoba desde una óptica “desvergonzadamente” sindicalista. Reafirma su posición contra el importante paso que dieron los trabajadores contratados de Gestamp que estaban despedidos, aislados de sus compañeros, boicoteados por la burocracia y hasta por sus delegados a pesar de lo cual fueron los primeros en salir a la pelea con métodos combativos como el corte de calle y bloqueo de portones, y denunciando el rol de la burocracia. Gracias a esta lucha, de la que el PO estuvo prácticamente ausente, impusieron que se discuta su situación, y aunque no lograron la reincoporación a la fábrica y están disconformes con el acuerdo que firmó SMATA (cuestiones que denunciamos también desde el PTS), hoy están suspendidos y en pie de lucha. El PO, como todo centrista, no va hasta el final, ya que de acuerdo a su lógica, deberían decirle a los trabajadores de Gestamp que su lucha estuvo muy bien, pero ya están derrotados, porque el porcentaje de las suspensiones “no llega al del convenio”. Esta fue la actitud que tuvo el PO con los despedidos de Gestamp hacia la preparación de la marcha del 19/12, llamándolos “desocupados” y además fue el más “fanático” defensor de la posición de que los pibes no hablen en el acto.

Pinocho

El PO se enreda en cifras e iguala periodísticamente la lucha de los trabajadores de General Motors, a la de Gestamp, Volkswagen o Iveco, sin tener en cuenta la relación entre la vanguardia, el activismo, la base obrera y la burocracia. Además, miente descaradamente afirmando que el PTS reivindica los acuerdos de la burocracia con las empresas, cuando lo que nosotros resaltamos son los avances de los trabajadores a pesar de los límites que impone la burocracia. Y todo esto porque el PO no tuvo nada que ver ni con los avances, ni con los límites, ni con nada. Además quiere hacer de la debilidad una virtud, remarcando que lo más importante que hicieron durante este conflicto fue sacar “ocho declaraciones” y “cinco” reuniones de sus militantes en las puertas de las fábricas a las que pomposamente llaman “actos”. No importa si lograron influenciar y menos organizar algún sector de obreros que pelee por su política en las fábricas, lo que importa es la cantidad de volantes impresos.

Junto a las intrigas de la burocracia

Ahora el PO agrega intrigas sobre los delegados combativos de Iveco, inventando una fábula sobre la última asamblea en la puerta del Ministerio, donde dice que la base llamó “tibios” a los delegados combativos que defienden a sus compañeros. En su afán faccionalista el PO se suma a las intrigas de la burocracia sobre estos mismos compañeros (ver nota aparte), esto simplemente los aleja más del activismo de Iveco que reconoce en sus delegados a quienes verdaderamente defienden sus intereses. El PO se queja de lo extenso de nuestra primera respuesta a su crítica, donde tratamos de explicarles minuciosamente lo que pasaba en las fábricas, porque evidentemente no conocen nada. Debemos reconocer que tienen razón, dicho en criollo parece que “no vale la pena gastar pólvora en chimangos” y mucho menos si no tienen ninguna influencia en este proceso.