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El PCR y la teoría de los campos burgueses en disputa

El PCR es seguidor de Mao Tse Tung, dirigente de la revolución china de 1949. La idea fuerza del maoísmo consiste en que hay contradicciones principales y secundarias que determinan los procesos sociales. Para el PCR la contradicción principal en un país semicolonial es la que existe entre el imperialismo –o los imperialismos- y las fuerzas nacionales que se le oponen. Fue en 1974, durante su III Congreso, donde el PCR va a levantar esta concepción que mantienen hasta la fecha. Allí sostendrán que “la contradicción fundamental que hay que resolver

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26 de noviembre 2009

El PCR es seguidor de Mao Tse Tung, dirigente de la revolución china de 1949. La idea fuerza del maoísmo consiste en que hay contradicciones principales y secundarias que determinan los procesos sociales. Para el PCR la contradicción principal en un país semicolonial es la que existe entre el imperialismo –o los imperialismos- y las fuerzas nacionales que se le oponen. Fue en 1974, durante su III Congreso, donde el PCR va a levantar esta concepción que mantienen hasta la fecha. Allí sostendrán que “la contradicción fundamental que hay que resolver (…) es la que opone al imperialismo, la oligarquía terrateniente y el gran capital, a ellos asociado, por un lado y por el otro a la clase obrera, los campesinos pobres y medios, la pequeñoburguesía urbana, la mayoría de estudiantes e intelectuales y los sectores patrióticos y democráticos de la burguesía urbana y rural”, continúa afirmando que “De las numerosas contradicciones en la sociedad argentina sólo esta es la principal, la que desempeña el papel determinante (…) Durante esta etapa, la contradicción- proletariado burguesía es una contradicción secundaria” (Programa del PCR.

Fundamentos. III Congreso marzo de 1974). Esta es la teoría maoísta de los campos burgueses en disputa. Políticamente eso se traduce en que necesariamente en la lucha contra el imperialismo, la clase obrera tiene que poner en un plano secundario sus intereses y establecer un bloque de las cuatro clases –proletariado, burguesía nacional, campesinado y pequeñoburguesía-, para conquistar un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, como repite el PCR.

Para el marxismo, la burguesía nacional de los países atrasados se ha demostrado históricamente incapaz de llevar adelante la lucha por la emancipación nacional y por las demandas democráticas de las masas (como la liquidación de la propiedad terrateniente). Por lo tanto, la alianza de la clase obrera y los pobres urbanos y rurales necesariamente deberá construirse no sólo contra el imperialismo sino también contra la burguesía nacional. Los enfrentamientos entre el imperialismo y la burguesía de los países semicoloniales no pueden ser más que episódicos ya que en última instancia son choques por el reparto de las ganancias donde la burguesía nacional prefiere mantenerse como vasalla antes que enfrentarse a la movilización revolucionaria de la clase obrera. Esto ha sido corroborado por la historia una y otra vez. Para tomar un ejemplo: el peronismo,
representación política del nacionalismo burgués en nuestro país, prefirió capitular frente al imperialismo y los gorilas en 1955, antes que armar a los trabajadores que salieron a las calles para luchar contra el golpe. En sentido contrario, la revolución cubana demostró que sólo superando a la burguesía y llevando adelante tareas de la revolución socialista como la expropiación de la burguesía, es posible conquistar la independencia nacional y terminar con el latifundio terrateniente.

Para el marxismo la contradicción que atraviesa a la sociedad burguesa es la que enfrenta a la burguesía y el proletariado y a ella se subordinan todas las demás contradicciones producto de la opresión imperialista.
Sólo la dirección de la clase obrera sobre el pueblo pobre, combatiendo a la burguesía nacional, puede garantizar el éxito en la lucha contra el imperialismo.

Los tercermundistas Isabel y López Rega

La concepción del PCR los llevó en la década del ‘70 a apoyar al gobierno de la derecha peronista y la Triple A de Isabel Perón y López Rega.

Para el PCR el gobierno de Isabel era un gobierno “tercermundista” de la burguesía nacional acosado por la supuesta lucha entre el imperialismo yanqui y el imperialismo soviético que empujaban a un golpe de estado. Así lo defendían y lo defienden “Muerto el general Perón el 1° de julio de 1974, la situación se hizo más compleja. Nuestro partido caracterizó al gobierno de Isabel Perón como “un gobierno débil y heterogéneo, reformista, que practicaba una política internacional tercermundista; un gobierno de burguesía nacional (…) ese gobierno no era el enemigo principal a golpear” (Hoy, 24/1/2007). Así el PCR a través de Rene Salamanca en la clandestinidad llamó a los obreros del poderoso SMATA Córdoba a oponerse a las extraordinarias jornadas de lucha y movilización de la clase obrera argentina de junio y julio de 1975 y a las coordinadoras interfabriles, que impusieron la huelga general que terminó con el plan del ministro Rodrigo y expulsó a López Rega del Gobierno. En palabras de Otto Vargas “nosotros decimos que esa huelga (…) fue una huelga golpista” (Para una historia del maoísmo argentino. Entrevista con Otto Vargas. Mariano Andrade).

La teoría y la política del maoísmo –en su versión nacionalista burguesa de los ’70, como en la aggiornada versión filo-sojera- es opuesta a la independencia de clase y la democracia obrera. La lucha por la independencia política de la clase obrera y la defensa incondicional de la autoorganización obrera, es revolucionaria porque sienta las bases para que la clase obrera acaudille la lucha de la nación oprimida.

F.A

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