En la izquierda hay quienes han realizado lecturas triunfalistas e increíblemente superficiales de los últimos resultados electorales, absolutizando el debilitamiento del gobierno.

Así, el PCR, titula su análisis “Golpeado” sin siquiera detenerse a interpretar si los golpes recibidos por Kirchner son por derecha o por izquierda, y confunde aún más la cosa cuando habla de “avances en la lucha y en el voto” y dice que “las derrotas electorales del kirchnerismo muestran que los tiempos se aceleran. Muestran la amplitud de los torrentes (¿?) que no se subordinan a las fracciones de poder en pugna (¿?). Y trabajan, con la lucha y con el voto (sic), para cambiar esta política kirchnerista de la mentira y el doble discurso, creando las condiciones para conquistar un gobierno popular, patriótico y democrático, que resuelva pan, trabajo, salud, educación, techo, tierra, libertad e independencia nacional”.

Pero en el caso del PCR los problemas no son meramente de análisis, sino que estos están en función de la política de conformar un “frente opositor” con alguna de las variantes patronales en curso, como expresó su apoyo expreso a la candidata del ARI en la segunda vuelta fueguina: “El PCR puso como blanco a la política de Kirchner y su instrumento fueguino, Cóccaro, haciendo acuerdos con sectores del ARI para la segunda vuelta”. Es decir, apoyaron la candidata de una fuerza que viene jugando nacionalmente para el proyecto del cardenal Bergoglio de construir una “oposición republicana”, y cuya candidata a presidente en octubre, Elisa Carrió, no se cansa de criticar por derecha al “nacionalista” Chávez y sostener la “reconciliación” con los genocidas de la dictadura.

Así, toda la alharaca sobre el voto en blanco y las lecturas forzadas sumando como “voto bronca” todas las abstenciones electorales en cualquier elección que sea, son en realidad una mera táctica en su estrategia de colaboración de clases y de integración al régimen burgués, ya sea junto a alguna variante de la centroizquierda o de la “burguesía nacional”, como lo hicieron formando parte del frente electoral que llevó a Menem a la presidencia en 1989.