logo PTS

Observatorio

LOS DECANOS “PROGRES” DE LA UBA Y LOS MEDIOS

El Observatorio de Cristina

Un sector de la intelectualidad, y del funcionariado académico se alistó para salir en activa defensa de las modestas retenciones kirchneristas a las exportaciones. Volvieron a encontrar un motivo para ser oficialistas tras la bandera “contra la oligarquía” y “los golpistas”.

Octavio Crivaro

10 de abril 2008

Un sector de la intelectualidad, y del funcionariado académico se alistó para salir en activa defensa de las modestas retenciones kirchneristas a las exportaciones. Volvieron a encontrar un motivo para ser oficialistas tras la bandera “contra la oligarquía” y “los golpistas”. La misma maquinaria que se enlentece para sacar declaraciones de apoyo a conflictos obreros, esta vez actuó raudamente y lanzó decenas de adhesiones entre las que estaban las de decanos de tres facultades de la UBA como Federico Schuster de Ciencias Sociales, Hugo Trinchero de Filosofía y Letras, y Jaime Sorín de Arquitectura; las de intelectuales como Nicolás Casullo y Horacio González, la del director de Sociología, Lucas Rubinich, entre otros. El Consejo Directivo de la facultad de Ciencias Sociales (órgano de gobierno) sacó una declaración apoyando los argumentos de la presidenta. Ninguno de ellos mencionó crítica alguna cuando Cristina, ya alejada de los discursos de barricada, se subió al exmenemista Tango 01 para negociar con el Club de París el pago de 7.000 millones de dólares adeudados. Comenzó, parece, la redistribución de la riqueza.

Schuster es una de las personalidades que se había adjudicado el etéreo mote de “ni oficialista, ni opositor”. Faltaba una crisis importante del gobierno de Cristina, como la puja por las retenciones, para que este independentismo fantasmal (así como el del PC, el del Secretario General de la CTA, Hugo Yasky, etc.), se disuelva, y que todos estos sectores se cuelguen de las faldas presidenciales.

El 1 de abril el Consejo Directivo de la facultad de Sociales de la UBA, aprobó una resolución criticando que los medios de comunicación durante la “crisis del campo” violaron su “responsabilidad ética y función social distintivas”, condenando el léxico discriminatorio de los mismos. No casualmente, días más tarde, Schuster y sus funcionarios se entrevistaron con la presidenta y algunos de sus ministros y secretarios, entre ellos el de medios, Enrique Albistur, para sumarse al “Observatorio de Medios” que el gobierno impulsa desde el COMFER y el INADI. No muy solapadamente, se entiende, el gobierno prefigura un control y un monitoreo del conjunto de los medios gráficos y televisivos, pero no exactamente para hacer de éstos medios menos discriminatorios y más inclusivos (ver nota relacionada).

La pelea con el Grupo Clarín

La ofensiva que el gobierno se propone sobre los medios, apunta centralmente “al” medio, al Grupo Clarín, al que Cristina apuntó cuando tildó de “cuasi mafiosa” una caricatura de Sabat en la que su boca aparecía tachada. En la misma Plaza de Mayo, Moyano portaba un cartelito que decía “Clarín miente”, en respuesta a la cobertura del medio sobre el asesinato del tesorero de la seccional Rosario del Sindicato de Camioneros. Este miércoles en un acto de la presidenta en Bernal, jóvenes K levantaron pancartas que decóan “TN, Todo Negativo”, y Luis D’Elía en el programa A dos Voces arremetió contra “el monopolio Clarín”.

Los efectos de la crisis política nacional desencadenaron una pelea entre los Kirchner y el “gran diario argentino”. Aunque Clarín prefiere hoy un mayor reparto de poder entre las fuerzas políticas burguesas, representa al mismo sector de la clase dominante sobre el que se asienta el gobierno, los grandes empresarios industriales. Por ello venían de entendimientos varios. Y no nos referimos, solamente, a gestos como darle al grupo Clarín primicias como el repentino acuerdo Kirchner-Lavagna para el congreso del PJ, sino a cuestiones más suculentas, como el haber dejado correr la evidentemente monopólica fusión entre Multicanal (del Grupo Clarín) y Cablevisión.

Pero se dice que Clarín suele ser “oficialista” de todos los presidentes en el primer mandato (para asegurarse los negocios), y “opositor” en el segundo, para acomodarse a los recambios que vienen. Durante el mandato de Néstor Kirchner, el Grupo Clarín recibió múltiples favores que pagó con una posición complaciente frente al mismo. Esto a pesar de ciertas fricciones que se dieron cuando Alberto Fernández asumió como presidente de Papel Prensa, la papelera (estatal-empresaria) más grande de Argentina, creada por la dictadura, que hasta entonces se salteaban en la conducción algún miembro del clan Saguier (La Nación), o Héctor Magnetto, pope de Clarín. En su momento el gobierno tomó esta decisión luego de que Clarín sacó una investigación sobre Romina Piccolitti, Secretaria de medio Ambiente, que había amenazado (pero no lo hizo), denunciar la contaminación de esta Botnia argentina. La discusión actual está cruzada por si el gobierno va a privilegiar al grupo Clarín o a Telefónica en el gran negociado del cableado que asistirá simultáneamente de telefonía, cable e Internet.

Queda más que claro, sin embargo, que ninguno de los intereses que defiende el gobierno, aun frente a imperios reaccionarios como el Grupo Clarín, son favorables a los trabajadores y el pueblo, porque o bien lo hace para favorecer a otros colosos capitalistas e imperialistas (Telefónica), o lo hace para avanzar en forma bonapartista sobre el control de la prensa, lo que ya se ha demostrado como hostil a los intereses populares. Que el gobierno no quiere ir lejos en su disputa con el Grupo Clarín, por otro lado, lo confirman dos hechos disímiles. Primero, que se niega a avanzar en una nacionalización bajo control de los trabajadores gráficos y de prensa de Papel Prensa, cuestión que nunca lo permitiría un gobierno capitalista; segundo, que han evitado siquiera mencionar Kirchner y Cristina, lo que es una sospecha en voz alta: que los hijos de Ernestina Herrera de Noble son hijos apropiados a militantes asesinados en la dictadura.

C5N comentarios

La cruda demostración del pragmatismo del “gobierno de los DD.HH.”, y de lo fraudulento de su discurso antidiscriminatorio, es la relación de los Kirchner y el grupo del derechista Daniel Hadad (que compone el canal C5N, Radio 10, Infobae y Canal 9). Estos medios, que fueron los adelantados en afirmar que Kosteki y Santillán habían sido fusilados por propios compañeros, hoy son cuidadosos analistas que entre todo el fascismo que segregan, se cuidan de no atacar la investidura presidencial de Néstor primero, y ahora de Cristina. Se entiende: Kirchner garantizó que C5N tenga espacio entre los más zapeados 10 canales, a costa de pasar el canal 7 al 15 del cable. Resultado: el gorila K de Hadad, tradicionalmente un “cruzado” contra los piqueteros, fue uno de los primeros en solidarizarce con Luis D’Elía en su parodia de cruzada contra “la oligarquía”.

Página/12 (o las que hagan falta para ser ultraoficialista)

Desde la asunción de Kirchner en 2003, Página 12 –a quien distintas voces sindican como propiedad del Grupo Clarín- tomó una posición abiertamente oficialista. Así como organizaciones políticas, piqueteras, y de DD.HH. se volvieron kirchneristas comprando el discurso de Kirchner, este diario se convirtió en escriba central del gobierno, al que cubre con un discurso como “progre”. Asimismo, como sucedió con las organizaciones mencionadas, no solamente hubo compra de discursos: la política del gobierno hacia Página/12 comenzó, primero, con la incorporación de Martín Granovsky –entonces director del diario- como jefe de la agencia oficial de noticias Télam, y siguió con la preferencia evidente en publicidad oficial de Presidencia, de los ministerios, e incluso de la provincia de Santa Cruz. Página/12, es noble decirlo, ha retribuido esta gentileza con la edición del medio gráfico más apologético del gobierno.

Que las facultades de Ciencias Sociales no se transformen en defensoras del gobierno y del Estado

El gobierno quiere aprovechar su actual conflicto con Clarín para tener un mayor control de la prensa y evitar ser criticado, cuestión a la que se suma alegremente el decano Schuster con su incorporación al “Observatorio…” impulsado por el gobierno, como si no hubieran sido los Kirchner quienes firmaron durante el mandato de Néstor el decreto 527/05 por el cual se prorrogaron por diez años más las licencias de radio, TV abierta y TV por cable. Por su parte, la oposición esgrimida a este organismo por la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) es puro cinismo por parte de quienes nada dijeron en momentos en que la prensa jugaba un rol nefasto, como durante la última dictadura, haciendo ideología constante en favor de la junta militar genocida.

En vez de emblocarse con el gobierno K, desde la Facultad de Ciencias Sociales habría que impulsar la creación de un canal de televisión, un diario y una radio, controlados por los estudiantes, docentes y trabajadores, que permitan escuchar la voz de los verdaderos ausentes de los medios de masas, los trabajadores, los sectores explotados.
Ni en manos de las empresas multimedios ni bajo control estatal: hay que pelear porque los medios de producción de la información pública estén en manos de los propios trabajadores, los únicos que pueden garantizar una verdadera libertad de prensa permitiendo que se expresen sin restricción alguna todas las visiones de los explotados.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: