El MST hace un balance de la huelga policial salteña donde destaca la fuerza y el alcance de la movilización de los uniformados y el surgimiento de una nueva organización por la base que condujo el conflicto. El MST apoya incondicionalmente el conflicto policial con la excusa de que la huelga “no fue conducida por la oficialidad y retirados” y los uniformados supuestamente se posicionaron “claramente como parte de los trabajadores”. Extraña definición para un socialista que no parte de reconocer que la policía es un cuerpo dedicado a reprimir a los trabajadores, controlar a la sociedad y defender la propiedad privada y el Estado capitalista. La función del policía no es la del trabajador como cree el MST, sino la del represor y agente del orden, por ello recibe un salario. Es un gendarme del Estado capitalista. Si la huelga fue conducida por la oficialidad o por la base es secundario en cuanto a que la huelga era una puja dentro de la corporación policial por aumento salarial, para seguir cumpliendo la tarea policial. En este sentido el enfrentamiento con la oficialidad es relativo a los ingresos no a la función. Por lo que se desprende que difícilmente se ubiquen del lado de los trabajadores si la huelga no expresó, ni siquiera por asomo, un compromiso serio por parte de los uniformados de negarse a reprimir las luchas obreras y populares, y ni siquiera se plantearon dejar de ser el gatillo disponible de los actos de corrupción del alto mando policial.

Cabe preguntarse si el MST se ubica entre los que quieren una policía bien paga para cumplir las tareas represivas del Estado burgués. Lo que sí queda claro es que el MST con esta política de apoyo incondicional a los reclamos policiales, termina siendo funcional “por izquierda” a la campaña por la seguridad de la derecha argentina.