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UTA: TRIUNFO DE LOS CHOFERES

El Cuerpo de Delegados de la línea 60 impone sus reclamos

Tras más de tres días de paro y una dura lucha, que implicó asambleas, movilizaciones al Ministerio de Trabajo, cortes en la Panamericana y piquetes en las cabeceras de Constitución y Maschwitz, los trabajadores de la línea 60 (MONSA) lograron un claro triunfo, imponiendo los puntos de su reclamo.

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21 de abril 2011

Tras más de tres días de paro y una dura lucha, que implicó asambleas, movilizaciones al Ministerio de Trabajo, cortes en la Panamericana y piquetes en las cabeceras de Constitución y Maschwitz, los trabajadores de la línea 60 (MONSA) lograron un claro triunfo, imponiendo los puntos de su reclamo.

“Estamos muy contentos; hemos logrado un triunfo rotundo”, nos expresa J, trabajador de MONSA y miembro de la Agrupación Al Volante, mientras concluye la asamblea en Constitución, que entrada la noche acaba de ratificar lo alcanzado por los delegados. “Creemos -continúa- que doblegamos a una empresa monopólica, que pocas veces le han impuesto todos los puntos”.

Ocho puntos sobre ocho

Los choferes de la 60, una línea mítica en el saber popular, que transporta por día más de 250.000 personas y cubre 19 ramales, llevan tiempo organizándose desde abajo mediante un fuerte Cuerpo de Delegados y enfrentando con decisión las maniobras y ataques de la patota de la burocracia sindical de la UTA (Unión Tranviarios Automotor).

“Logramos los ocho puntos del reclamo -sigue J-, y a partir del lunes comenzaremos a cobrar las liquidaciones de nuestras vacaciones que estaban impagas, y la patronal reconoce nuestro Cuerpo de Delegados. A la vez, se comprometieron a mejorar las condiciones de limpieza e higiene de las cabeceras, a renovar las unidades que son un desastre para los usuarios, y que se respeten las esperas y frecuencias de trabajo”.

Empresas subsidiadas por el gobierno

Si bien el conflicto viene de hace tiempo, los problemas se agudizaron a partir de la llegada del Grupo DOTA, que se quedó recientemente con la empresa MONSA. Este grupo empresario, cercano al gobierno (según sospechan los trabajadores), posee también el control de las líneas de colectivos 28; 21; 7; 117; 30; 6; 5; 9 y algunas otras más.

El Gobierno kirchnerista, fiel al modelo capitalista que llama “nacional y popular”, subsidia cada uno de los colectivos de grupos como DOTA con más de 30.000 pesos por mes, además de subsidiarle una parte del gasoil, que pagan a 71 centavos y llenan a diario en las más de 350 unidades. “Acá es todo ganancia para la empresa -reflexionan en Constitución los trabajadores-, un negocio redondo…”.

“Lo que les molesta son las asambleas y que nos organicemos”

Una de las claves de la fortaleza de la lucha, coinciden los trabajadores, es el Cuerpo de Delegados que la empresa se obstinaba en no reconocer. “Nosotros nos manejamos por medio de asambleas, en las cuales discutimos y decidimos democráticamente. Los delegados hacen lo que la base decide, y están bajo las directivas de los trabajadores”, comenta J.
Quizás por algunas de estas razones, desde la dirección de la UTA, en pleno conflicto, los burócratas atacaron la lucha de los choferes de la 60 advirtiendo que había que “levantar el conflicto” y (con el viejo verso peronista) que no hay que “defender determinada ideología política…” (como si los muchachos de la CGT no hicieran ideología y política a favor de las empresas capitalistas y minaran los derechos de los trabajadores).
Con todo, para los trabajadores de la 60, “lo que les molesta son las asambleas; que nos organicemos y preparemos para pelear por nuestros derechos como obreros; que luchemos de forma independiente a la dirección de la UTA”. Algo que nos les impide reconocer que la UTA sea “nuestro gremio y desde adentro luchamos”.

Unidad y solidaridad

Cae la noche en Constitución, los últimos cantos de triunfo de la asamblea quedan resonando en el ambiente. “Las pretensiones de la empresa de dividirnos -reflexiona J -, de no reconocer nuestro Cuerpo de Delegados, fue derrotada. A partir del lunes empezaremos a cobrar las liquidaciones que nos deben (que van de $400 a $1200 ) y deberán comenzar a cumplir los ocho puntos acordados, empezando por el traspaso de tareas de los 8 compañeros que por enfermedades auditivas y serios problemas en la columna no pueden seguir manejando”. Nos despedimos de J, que se vuelve y subraya: “un agradecimiento a los trabajadores telefónicos, a los del ferrocarril, a los de Kraft, del subte y de Ecotrans que estuvieron apoyando nuestra lucha”. Aquí queda escrito.

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